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King Kong

King Kong, USA, 1933
Género: Fantasía
Director / Autor: Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack
Elenco: Fay Wray, Robert Armstrong, Bruce Cabot, Frank Reicher

Sinopsis: Cuando la actriz Ann Darrow aceptó protagonizar una película de aventuras, no imaginó que acabaría en una aventura real, que superaría la proyectada cinta. Acompañando al excéntrico director Carl Denham y su equipo de filmación a una desconocida isla del Pacífico, entabla un romance con el joven contramaestre Jack Driscoll. Pero un romance más alucinante le aguarda en la prehistórica Isla de la Calavera: capturada por los nativos, es ofrendada en sacrificio a un ser monstruoso que veneran y temen. Su amado Driscoll y varios marineros se internan en esa selva habitada por feroces bestias antediluvianas, buscándola. Pero la mayor amenaza no está en los peligrosos dinosaurios o en los nativos salvajes, sino en este mismo monstruo de tiempos remotos, quien al tener a la rubia Ann en sus garras repite la tragedia de la Bella y la Bestia. Se trata del gigantesco gorila que pronto el mundo conocerá como la Octava Maravilla del Mundo... ¡KING KONG!

Crítica: «Y ahora, damas y caballeros, antes de contarles más, voy a mostrarles la cosa más grandiosa que sus ojos hayan visto antes. Fue un rey y un dios en el mundo que él conoció, pero ahora viene a la civilización solamente como un cautivo - una muestra para satisfacer su curiosidad. Damas y caballeros, vean a Kong, la Octava Maravilla del Mundo».

Uno de los más recordados clásicos del cine fantástico hecho por la RKO (de hecho, la cinta salvó a estos estudios de la bancarrota), dirigido por Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack.

Basado en un relato de Edward Wallace, inspirado en el mito de la Bella y la Bestia, el film logra una atmósfera onírica difícil de igualar. Comenzando con una visión de la América de los tiempos de la Depresión (la protagonista es una actriz sin trabajo ni dinero), pasamos a un viaje lleno de misterio y acabamos en una parte del mundo donde cualquier cosa parece posible, para de ahí regresar al mundo "normal", que pronto se verá tremendamente alterado por una "insólita" muestra que parecía solo ser un comercial souvenir.

Con este film se iniciarían muchas cosas que serían repetidas por posteriores películas fantásticas: para empezar se harían populares los efectos especiales "stop-motion", en este film realizados por el mago de la animación William O'Brien (cuesta trabajo creer que Kong era, en realidad, un pequeño muñeco animado cuadro por cuadro), combinado con secuencias con unas enormes cabeza y mano de gorila; luego está lo de la isla y/o selva "perdida", habitada por monstruos prehistóricos (donde "la Evolución se detuvo"); la bestia antediluviana adorada por nativos salvajes, que le ofrecen sacrificios humanos; el ser no-humano que inverosímilmente se enamora de la bella protagonista; la criatura salvaje que, exhibida comercialmente en la civilización, escapa y comienza a desatar muerte y destrucción; y, finalmente, un final trágico para el monstruo, que hará reflexionar al espectador sobre el duro trato que los humanos damos a otras especies.

Hay aquí escenas que pasarán a la historia: el primer encuentro de Ann Darrow (Fay Wray) ante el dios bestial con quien los salvajes quieren aparearla; Jack Driscoll (Bruce Cabot) y otros expedicionarios enfrentando en un tronco-puente al feroz Kong; el colosal simio desvistiendo lentamente a su bella "novia"; la feroz incursión del gorila en la aldea nativa; el escape de Kong cuando Carl Denham (Robert Armstrong) lo exhibía en Nueva York; y, la más recordada, King Kong enfrentando a los aviones de combate, en la cúspide del edificio Empire State.

Como anécdotas: tuvo varios títulos previos, como "The Beast", "The Ape", "King Ape" y "Kong"; en el pre-estreno hubo escenas que fueron consideradas demasiado “fuertes” para el público de la época, y que fueron suprimidas (algunas ya están perdidas para siempre); la colosal puerta de la aldea nativa fue quemada para una escena de LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ (Gone with the Wind, 1939); el rugido de Kong es el de un león y un tigre, pero grabado en reversa; y en la escena culminante, los directores Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack hacen un cameo como pilotos de un aeroplano que ataca a Kong.

Este clásico ha conocido un remake en 1976, cuyo único mérito es el contenido ecológico (ver mi artículo KING KONG ECOLÓGICO), y se anuncia otro para diciembre del 2005 dirigida por Peter Jackson, más fiel al original de 1933. Sin embargo, nada podrá empañar esta joya del cine fantástico: el KING KONG clásico siempre seguirá rugiendo.

Puntaje según el autor de esta crítica: 10

Observaciones: Secuela: «El Hijo de Kong» (1933)

Crítica enviada por Eduardo Alberto Guzmán Novoa, el 30-Nov-2005 | Calificación según los lectores: 8.18 | Total de votos: 23

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Última actualización: 15-Mar-2009 - 19:07:22