Ciencia Ficción en España
Entrevistas: Elia Barceló, Armando Boix, Julián Díez y Javier Negrete: ¿Cómo Anda la CF En España? (Parte I)
por Jorge Oscar Rossi

Hace tiempo nos persigue la curiosidad de saber quienes son esos bichos exóticos que, en lugar de hacer cosas más productivas, como podría ser dibujar balances falsos para alguna empresa, se dedican a escribir cosas relativas a la Ciencia Ficción, la Fantasía o el Terror. Como además, (o, en especial), nos interesa el dinero, también queremos saber como anda el mercado editorial. Concretamente, ¿se venden los libros de genero fantástico?, ¿cuantos lectores compran estos libros?
Al principio, con falsa timidez, fuimos entrevistando a varios escritores, como Carlos Gardini, Fernando Sorrentino o Cesar Mallorquí, de uno en uno. Ahora, para no andarnos con pequeñeces, impropias de nuestro estilo, decidimos reportear, vía correo electrónico, a cuatro representantes de la literatura de Ciencia Ficción española. Para nuestro asombro, todos se molestaron en contestarnos el extenso cuestionario que les mandamos. Cuestionario que el lector veterano de QD pronto advertirá que contiene buena parte de las preguntas que les hicimos a los autores anteriormente nombrados. Es que, obsesivos como de costumbre, queremos chequear, confrontar y contrastar sus contestaciones, a fin de ver si podemos conocer un poco mas como es esa cosa misteriosa de escribir historias de tipo fantástico y, de paso, para hacer la denuncia correspondiente en caso de advertir la existencia de un presunto delito de acuerdo a las declaraciones de los imputados. Prometemos llegar hasta las ultimas consecuencias, como suelen advertir los políticos argentinos para anunciar que no se va a investigar nada.
Hablando de imputados, las mujeres primero: Elia Barceló es profesora de Hispanística en la Universidad de Innsbruck, Austria, país donde reside. Hasta la fecha publicó tres novelas de ciencia ficción: Sagrada (Ediciones B 1989), El Mundo de Yarek (Ediciones B 1994) –Premio Internacional UPC de novela corta de ciencia ficción 1993-, Consecuencias naturales (Miraguano 1994) y tres novelas juveniles: El caso del artista cruel (Edebé 1998) –Premio Edebé de literatura juvenil 1997-, La mano de Fatma (Alba editorial 2001) y El caso del crimen de la ópera (Edebé, en prensa) así como una treintena de relatos fantásticos y policiales en España y en el extranjero y un libro de ensayo sobre los arquetipos del terror en los relatos de Julio Cortázar: La inquietante familiaridad (egert Verlag 1999).
Por su parte, el barcelonés Armando Boix, publicó su primer relato en una pequeña revista en 1994. Su primera novela, El jardín de los autómatas, ganó un prestigioso premio de novela juvenil convocado por Ediciones SM y ha conseguido unas ventas nada despreciables: ya va para su sexta edición en la colección original, a la que hay que sumar una edición en Círculo de Lectores y su traducción al francés (Flammarion). Además, se cuentan en su haber las novelas El sello de Salomón (Gran Angular; 1998) y Aprendiz de marinero (Edebé; 2000).
El madrileño Javier Negrete, especialista en Lengua Griega, de la cual es profesor de secundaria de griego, es un frecuente protagonista del premio UPC, ("La luna quieta", en 1991, "Lux Aeterna", en 1995, "La mirada de las Furias", en 1997, "Buscador de sombras", en 2000 y "El mito de Er", en 2001, son las novelas que lo atestiguan).
Finalmente, aunque vendrá primero en las respuestas para que nadie se queje, está don Julián Díez, quien se gana la vida como periodista independiente y es autor de numerosos artículos y ensayos sobre el genero fantástico. Fue durante ocho años el director de la legendaria revista Gigamesh y ahora co-edita, junto con Luis Prado una antología-fanzine llamada Artifex, que va por su séptimo número.
Dado que la cosa resultó un poco larga y para que tu, lector amigo, sigas leyéndonos y siendo amigo en el futuro, decidimos dividir la entrevista en tres partes.
Esperamos que la disfruten en compañía de sus seres queridos, si les queda alguno:
PARA EMPEZAR, HABLEMOS DE GENERALIDADES
QuintaDimensión: ¿Como describirían el estado de la CF y la literatura fantástica española en la actualidad?

Julián Díez:
Confuso. A finales de los ochenta y principios de los noventa, con el único sustento de la colección Ultramar y el premio UPC, apareció la mejor generación de escritores de cf españoles de todos los tiempos. Desde entonces, han aparecido o se han consolidado revistas profesionales que pagan por los relatos, y hay numerosas colecciones de libros que, aunque con tirada modesta, están publicando profesionalmente novelas. Sin embargo, todo eso no resultó suficiente para retener a esa generación, que está ahora trabajando fuera de la cf. A cambio, la generación siguiente no está resultando tan brillante: las facilidades para publicar les hacen ser un tanto conformistas, aunque por supuesto del número está saliendo algo de calidad.Elia Barceló:
Lo primero que me gustaría decir, para que mis opiniones queden adecuadamente enmarcadas, es que, primero, yo vivo desde hace veinte años en Austria, lo que no me permite tener un contacto muy estrecho con el panorama de CF de mi país, y segundo, que desde hace unos cuantos años mi dedicación a la CF es sólo marginal: durante bastante tiempo me dediqué a ella en exclusividad, pero después empecé a trabajar en el campo de la literatura juvenil con novelas criminales y de aventuras y últimamente estoy haciendo novela generalista (con elementos fantásticos y criminales, pero mainstream). La última, El vuelo del Hipogrifo, acaba de aparecer en una colección de literatura española contemporánea general.Por todo lo anterior, mis opiniones no pueden ser tan de primera mano como las de otros colegas residentes en España y que siguen trabajando exclusivamente en el campo de la CF. Hechas estas salvedades, a mi modo de ver, la CF en España no va ni mucho mejor ni mucho peor que en otras épocas. Siguen existiendo colecciones en las que se pueden publicar obras escritas originalmente en español (Nova, Gigamesh, Timún Más...) y hay muchos fanzines e incluso revistas semiprofesionales. De todos modos, el estado de queja parece perenne en el panorama español, que se pasa el rato comparándose con el mercado estadounidense, sin darse cuenta de que allí la CF también es un ghetto; sólo que un ghetto mucho más grande, por la simple razón de que hay muchos más habitantes unidos por el mismo idioma.

El pasado noviembre fui invitada al Festival Utopiae 2001, en Nantes (Francia) y me resultó muy curioso que en una mesa redonda internacional sobre el estado de la CF los invitados anglosajones que participaban –entre ellos Octavia Butler y Nalo Hopkinson- se quejaban de lo mismo que nosotros: que tienen un público muy limitado y que no aumenta desde hace décadas, y que no consiguen –hagan lo que hagan- ser considerados como literatos. Sus obras no entran en las reseñas literarias y los críticos ignoran su existencia en el mejor de los casos, cuando no hacen comentarios despectivos al respecto. Es cierto que venden más (porque el pequeño tanto por ciento de público que lee CF es mayor, al ser un país más grande y porque sus agentes consiguen que las obras en inglés sean traducidas a otros idiomas, donde cuentan con otro pequeño núcleo lector; en España, al parecer, se trata de unos dos mil lectores que compran prácticamente todo lo que se publica), pero tienen la sensación de que no consiguen llegar al gran público lector, igual que sucede en los demás países.
Javier Negrete:
Sigue sin despegar del todo. Hay una gran resistencia entre quienes nos rodean a la fantasía, en general; y me refiero a críticos, editores, lectores cuya opinión influye en los demás…Armando Boix:
Creo que la ciencia ficción española está hoy en recesión, y no por falta de calidad. Durante la década de los 90 se vivió una cierta euforia -dentro de los pequeños límites del género en nuestro país-- y el hecho de que nuestros autores encontraran facilidades para publicar su obra de un modo profesional en diversas editoriales fue un poderoso incentivo a la creatividad: fue un momento de brillantez para gente como Rafael Marín, Elia Barceló, Rodolfo Martínez, César Mallorquí, Juan Miguel Aguilera o Javier Negrete, que reunían buenas ideas y calidad de estilo. En estos momentos, sin embargo, las posibilidades de publicar ciencia ficción como no sea dentro del circuito "amateur" son muy pocas y los novelistas más solventes han ido alejándose progresivamente del género, unos escribiendo otro tipo de obras y otros permaneciendo en silencio. Por desgracia, no se está produciendo el necesario relevo connuevas firmas, debido, precisamente, al pobre incentivo que el panorama editorial ofrece.
QD: En un anterior reportaje, César Mallorquí nos dijo que "No es que la cf en España esté en un ghetto, es que está en las cloacas de la cultura", ¿Comparten esa definición?
JD:
No. César es un buen amigo, pero su visión es la de alguien que está saliendo del género porque se siente decepcionado. En los últimos tiempos, la cf ha estado más presente que nunca antes en los grandes medios españoles. Hemos tenido, por primera vez, un especial sobre el género en el suplemento literario de "El País", el cenáculo por excelencia de la cultura oficial, en el verano pasado. A mí, que al fin y al cabo no soy más que un ensayista, me han entrevistado varias veces en programas minoritarios de televisión. La cf cuenta, por primera vez, como un hueco más dentro de la cultura. Otra cosa es que sea el último hueco aún, el más escondido y mirado con desconfianza. Pero eso ya supone un avance tremendo respecto a la situación de marginación absoluta de décadas precedentes. Un factor quizá no fácil de percibir desde fuera es cuán elitista y esnob es el mundillo de la cultura en España, un país que parece creer que el realismo agarbanzado es el único medio válido para crear arte. Romper barreras es un comienzo.EB:
César es un gran amigo mío y conozco bastante bien sus opiniones, por eso creo que exagera un poco. Es cierto que la mayor parte de la CF española está en un ghetto y además se siente orgullosa de estarlo. También es verdad que hay mucha gente que se siente bien en ese ambiente cerrado y secreto y no tiene demasiada preparación literaria. Tanto César como yo tenemos enfrentamientos ocasionales con ese sector porque lo que nosotros hacemos es demasiado "literario" y poco científico, pero hay que decir que también existe un núcleo de escritores recientes que tratan de hacer algo más digno, más literario y realmente alejado de los planteamientos miopes de la llamada "literatura de ideas", donde el énfasis siempre se pone en la segunda parte y nunca en la primera. No hay mucho bueno, pero sí hay algo. Yo no soy tan pesimista como César.
JN: No sé exactamente si César se refiere a que la cf está arrinconada en las cloacas por prejuicios ajenos o por deméritos propios. Yo no creo que la cf sea una "subcultura". He observado que entre los aficionados a la cf hay una amplitud de miras y una curiosidad especiales; no sé si se deben a que este género las ha despertado, o a que las personas más inquietas intelectualmente buscan una literatura de este tipo. Cuando me siento en la tertulia de Madrid y empiezo a hablar de libros, películas, ciencia o historia con mis amigos, descubro que hay una variedad de temas y puntos de vista mucho mayor que la que encuentro en mi trabajo, y eso que soy profesor de instituto y se supone que estoy rodeado de "cultura" oficial. En cuanto a los autores, de casi todos podría decir más o menos lo mismo. Otra cosa es que encuentren o encontremos un nicho en la cultura oficial. Sucede que cuando alguien publica una novela en una editorial de prestigio y aparece reseñado en un suplemento literario de gran circulación, de pronto se eleva cultural e intelectualmente sobre los demás multiplicándose aparentemente por un factor de diez. Pero, insisto, "aparentemente", pues en realidad no es así. Yo, personalmente, no tengo complejos con respecto a nadie, aunque salga en Babelia o en el programa de Sánchez Dragó y yo no.
AB: Es cierto lo que dice Mallorquí. Se puede recibir un cierto reconocimiento escribiendo literatura fantástica, pero si se permanece dentro de los límites del género de la CF -con las connotaciones peyorativas que aún tiene la "literatura de género" en España- es muy difícil que nadie preste la más mínima atención. Sigue siendo un milagro que la sección de cultura de los periódicos o las revistas literarias dediquen la más mínima reseña a una novela de anticipación.
QD:
A su juicio, ¿Cuales fueron las "ideas originales" de la CF de los ´90, a nivel mundial y español?JD:
No leo la suficiente cf estadounidense contemporánea para juzgar al respecto, sólo los títulos que se van traduciendo y alguno puntualmente en inglés de autores que me interesan mucho. Sí veo que hay temáticas, como la nanotecnología, que han tomado gran protagonismo.En cuanto a la cf española, creo que la clave está en el abandono final de los corsés estadounidenses, algo que se consiguió en Argentina años atrás. César Mallorquí es el ejemplo más evidente, pero creo que Javier Negrete con sus obras de inspiración mitológica o "La locura de Dios" de Juan Miguel Aguilera (que ha hecho todo el camino desde una cf " a la americana" hasta una voz personal, en una evolución muy significativa) son también ejemplos excelentes. La gente que escribe hoy es bastante libre gracias al trabajo de gente como ellos.
He de decir también que me interesa cada vez más la cf europea, aunque en este caso sí estoy bastante atado por cuestiones idiomáticas (hablo un poco de francés, pero lo leo con dificultad).
EB:
Por lo que yo sé –que no es mucho, comparado con otras personas que se dedican realmente a leer todo lo que sale publicado- lo más impactante fue todo lo relacionado con los desarrollos informáticos, la realidad virtual y la clonación de seres humanos. En España, además de estas ideas generales, el cambio que se aprecia en los 90 es un descubrimiento de las propias posibilidades en personajes y ambientación, que hasta ese momento habían sido muy anglosajones y poco a poco empiezan a tener nombres y circunstancias españolas. También aumentan los relatos adscribibles a un fantástico general, además de los claramente de Cf.
JN: Para mí la cf es fundamentalmente literatura, argumento, personajes… Las ideas las suelo encontrar en algunos libros de ensayo, o surgen por generación espontánea en los sitios más impensables. Cuando el autor de cf (empezando por mí mismo) se sienta a intentar predecir o encaminar el futuro, casi nunca acierta. ¡Gracias a Dios! Eso quiere decir que el mundo es menos previsible y más interesante, aunque eso suene a maldición china. Creo que la cf de los 90 no ha alumbrado grandes ideas. Me llamó mucho la atención cómo se anticipaba la sociedad de la información en la magnífica Ora’cle de O’Donnell… que fue escrita en 1983.
Por cierto, se acusa a la cf de no haber previsto la sociedad de la información. Pero, ¿acaso los mismos gurús de esta sociedad, como Esther Dyson, Negroponte o el propio Toffler habían previsto el frenazo que de momento está experimentando este cambio social que se suponía irreversible?
Insisto: el futuro es imprevisible y azaroso, excepto para los historiadores que prevén y explican a toro pasado.
AB: Aquí me pillas. Nunca he sido un lector obsesionado por estar al día. Leo de forma desordenada sin importarme demasiado si lo que me llevo a las manos se publicó ayer o hace un siglo. De todos modos, creo que lo que sigue conservando su mayor vitalidad va un poco más atrás de los 90, y me refiero al movimiento cyberpunk. Su visión de un mundo en el que el hombre entra en simbiosis con la tecnología me parece un retrato más vivo de los conflictos actuales -y por eso me excita mucho más intelectualmente- que la enésima space opera de Orson Scott Card o McMaster Bujold.
QD ¿Cuales son las tendencias en cuanto a temas y estilos dentro del genero en su país? ¿se copian tendencias de EEUU o hay una genuina CF o literatura fantástica española?
JD:
Yo creo que sí la hay, cada vez más, como decía antes. Hay tendencias curiosas, como lo que en broma llamamos "cachaba y boina": historias fantásticas en pueblos castellanos. También se revisita con frecuencia el singular pasado que nos tocó vivir. Y comienza a ser algo asumido que los personajes tengan, al menos en una amplia proporción, nombres españoles. Es una guerra que empezamos hace más de diez años y ahora parece algo asumido.EB:
Desde los años 90 se aprecia cada vez más la existencia de una Cf realmente española en personajes, ambientación e incluso tratamiento de los grandes temas mundiales. Por suerte nos hemos ido quitando de encima ese cierto complejo de inferioridad frente a lo anglosajón que tuvimos durante tantas décadas y yo creo que estamos en el buen camino para que nuestras producciones puedan ofrecerse a otros países del mundo, precisamente porque ahora empezamos a dar una óptica diferente, española, que es lo que de verdad interesa cuando se lee una obra producida en otro país. Los relatos que aparecen en Artífex, por ejemplo, son genuinamente españoles y entroncan en muchos casos no ya con la CF anglosajona, sino con nuestras propias raíces literarias.
JN: Hay bastantes diferencias entre los diversos autores y también entre sus obras. Es típico de principiantes imitar el modelo americano; pero cuando un autor empieza a sentirse más seguro, su escritura se suelta y en sus textos empiezan a plasmarse más cosas propiamente suyas y de su mundo personal, con lo cual se alejan del modelo. En mi caso, me aficioné a la cf por los americanos, pero no creo que el humor de Estado crespuscular, por ejemplo, sea un calco de ese modelo; ni siquiera Buscador de sombras, cuya acción transcurre en Estados Unidos; y aún menos El mito de Er, que es el fruto más claro de mi formación helenística. En fin, cada uno tiene detrás toda una historia cultural que, sin darse cuenta, impregna su obra. Otra cosa sería intentar encontrar la "auténtica ciencia ficción española". No creo que exista tal cosa.
AB:
Como el número de autores más o menos regulares en su trabajo es pequeño es difícil hablar de tendencias. Cada cual libra la batalla a su modo. Durante un tiempo pareció que había un cierto gusto por mezclar la narrativa histórica con la fantasía y la ciencia ficción, como Aguilera o yo mismo hemos hecho, pero otros autores han explorado territorios muydiferentes.
(Hasta ahora la jugamos de chicos buenos, para que estos incautos escritores entraran en confianza, pero en la segunda parte intentaremos arrinconarlos contra una metafórica pared, a fin de que nos cuenten todas las cosas malas que piensan de los demás o, por lo menos, que nos brinden precisiones sobre el mundillo de la CF, como diría mi tío Fulvio, el periodista de espectáculos)