1965 El Año en que Murió Marte - cine de marcianos
1965: El Año que "Murió" Marte
por Eduardo Alberto Guzmán Novoa

Este artículo recorre todas las fantasías urdidas alrededor de Marte y Los Marcianos.
En julio de 1965 el mundo estaba atento a un pronto anuncio de la NASA. La sonda espacial americana Mariner 4 acababa de enviar fotos de la superficie del planeta Marte, las cuales se estaban por hacer públicas. Toda clase de conjeturas se tejían acerca de la superficie del planeta rojo: desde selvas y bosques salvajes hasta futurísticas ciudades comunicadas por canales artificiales.
Las fotografías del Mariner 4 fueron una verdadera sorpresa para la mayoría de los terrícolas: Marte era un árido desierto, sin señal alguna de vida. No había ni aire, ni agua, ni canales (excepto uno, pero que era natural), ni ciudades... ¡nada!
Si bien las mentes más científicas ya esperaban algo así, para la mayoría de los terrícolas esas fotos de la desierta superficie marciana fueron algo devastador. De golpe y porrazo, el planeta rojo dejaba de ser lo que el cine, la literatura y los cómics habían descrito casi de manera documental: un mundo habitado por seres inteligentes.
Es cierto que, pocos años atrás, ya habíamos "perdido" a la cara oculta de la luna y al planeta Venus, cuando sondas espaciales enviadas allá los mostraron como lugares desiertos e inaptos para todo tipo de vida. Pero Marte era el "engreído" de las tiras cómicas, los libros de aventuras espaciales y la pantalla grande. La ciencia ficción jamás volvió a ser la misma desde ese fatídico julio de 1965.
Todo empezó en 1877, cuando el astrónomo italiano Schiaparelli publicó un mapa donde mostraba a Marte recorrido por numerosos "canales" que él había percibido con su telescopio (aunque Schiaparelli nunca afirmó que fuesen artificiales). Sin embargo, la sola posibilidad que sí fuesen artificiales fue suficiente para que la cultura popular diese por sentado que el planeta rojo tenía que estar habitado.
El astrónomo americano Percival Lowell fue quien llevó más lejos esta creencia: por ser más viejo que la Tierra, Marte debía estar habitado por una super-civilización que, con su avanzada tecnología, había creado los canales para, desde los polos marcianos, distribuir la poca agua del planeta rojo a su sedienta población.
Aunque suene increíble, no solo propagandistas sino también científicos tan serios como Lowell apoyaron estas teorías. Con la posterior invención de la radio, muchos intentaron comunicarse radialmente con el ya indiscutiblemente habitado planeta rojo. Incluso una respetable institución científica ofreció un premio a quien se contactara por radio con cualquier civilización extraterrestre... ¡excepto Marte!
En 1898 el novelista británico H.G. Wells dio un giro inesperado a la imagen de Marte: su novela LA GUERRA DE LOS MUNDOS (The War of the Worlds, 1897) describía, por vez primera, una imaginaria invasión militar de la Tierra por hostiles monstruos provenientes del planeta rojo. Si bien la intención de Wells fue hacer un paralelo de los malévolos marcianos con los imperialistas británicos en Africa, LA GUERRA DE LOS MUNDOS dio un nuevo enfoque de Marte que pronto sería explotado: además de ser más adelantados que los terrícolas y de vivir en un planeta moribundo, los marcianos podrían ser una amenaza para la Tierra. Esa visión del "invasor enemigo" también se aplicaría, posteriormente, a los habitantes de Venus y de la cara oculta de la Luna...
Algún tiempo después, el mismo autor publicaría el cuento EL HUEVO DE CRISTAL (The Crystal Egg, 1900), donde narraba cómo los marcianos lanzan a la Tierra un cristalino huevo, que al final resulta ser una especie de aparato muy similar a una cámara televisiva (sorprendente profecía victoriana) para observar la vida en nuestro planeta. Dado que en LA GUERRA DE LOS MUNDOS ya se había mostrado su hostilidad, los lectores solo pudieron interpretar como un ingenio espía de los maléficos marcianos, aún cuando bien podría tratarse de un simple aparato de investigación científica.
Sin embargo, no todas fueron visiones de marcianos "hostiles". Por ejemplo, el americano Edgard Rice Borroughs, el mismo año que creó a Tarzán, publicó el célebre relato por capítulos titulado originalmente BAJO LAS LUNAS DE MARTE, aunque los editores lo cambiaron al absurdo título de UNA PRINCESA DE MARTE (Dejah Thoris, Princess of Mars, 1912), donde el héroe americano John Carter se "desdobla" para llegar a un Marte que estaba habitado por seres en plena etapa de barbarie (muy similares a los de los relatos de Conan el Bárbaro). El mismo autor reciclaría la idea en un posterior ciclo literario de aventuras en Venus...
Pero las imágenes de "marcianos pacíficos" fueron pocas. Y con la posterior llegada de los cómics y el cine, la hostilidad de éstos, junto con los venusinos y los selenitas (habitantes de la luna), quedó patente.
Los cómics de aventuras espaciales se llenaron de aventureros que combatían a melévolos hombres de Marte que siempre deseaban invadir o destruir nuestro planeta (Buck Rogers, Flash Gordon y otros similares). La imagen del monstruo marciano se acentuó más aún. Y fue en ese contexto que llegamos a octubre de 1938.
Un programa americano de radio que emitía dramatizaciones de obras literarias decidió adaptar LA GUERRA DE LOS MUNDOS. El encargado de adaptar y protagonizar esa obra fue el joven Orson Welles, quien optó por trasladar la acción de la novela de la Inglaterra victoriana a la América contemporánea. Emitido a manera de repentinos "flash" noticiosos, el público americano creyó que se trataba de auténticos anuncios de que una fuerza invasora marciana recién desembarcada estaba arrasando a USA. El pánico nacional, las multitudes huyendo, los robos, los incendios, los saqueos, el pillaje y los suicidios en masa hasta hoy son considerados como el mejor ejemplo de la "histeria en masa"... y contribuyó a aumentar más aún la imagen monstruosa de los habitantes de Marte.
El cine no se quedó atrás en explotar la veta del enemigo extraterrestre. En el ya pionero cortometraje fantástico francés UN VIAJE A LA LUNA (Le Voyage dans la Lune, 1902), ya se mostraba a selenitas hostiles.
Así llegó un film mudo soviético, AELITA (1924), donde el héroe es Los, un científico ruso creador de una nave espacial que lo lleva al planeta rojo donde gobierna la tiránica reina Aelita, cuya dictadura es similar a la de los despóticos zares. Así, Los incita al pueblo marciano a la revolución. El tono de propaganda socialista de esta aventura es harto evidente.
Con la llegada del cine sonoro, aparecen en la pantalla los héroes de los cómics (Buck Rogers y Flash Gordon, por ejemplo), quienes tendrían peligrosas aventuras en la Luna, en Venus.. y claro, también en el hostil Marte.
Después del breve paréntesis de la II Guerra Mundial, el cine fantástico volvió con nuevos bríos: la bomba atómica, los cohetes V-1 y V-2 nazis, los primeros avistamientos de OVNIS (desde 1947) y, sobre todo, el inicio de la Guerra Fría USA-URSS (también desde 1947), contribuyeron a que los marcianos, junto con los venusinos y los selenitas, apareciesen más hostiles aún en la gran pantalla de los "fríos" años cincuenta.
Citar todos los films de esa década, donde los peligrosísimos marcianos fueron los enemigos monstruosos a quienes se podía aniquilar sin remordimientos, sería extenso, así que solamente comentaré a los más recordados.
LA COSA (The Thing from Another World, 1951), donde una base militar de Alaska descongela a un monstruo espacial de la nieve, que se convierte en una amenaza para toda la humanidad cuando, tras despertar, manifiesta la terrible habilidad de reproducirse a sí mismo a gran velocidad. En varias secuencias de la película se le denomina como "el hombre de Marte", aunque su procedencia solo es deducción.
INVASORES DE MARTE (Invaders from Mars, 1953) mostraba la aterradora odisea de un niño que es testigo del aterrizaje de un platillo volador cerca de su casa. Los monstruosos marcianos comienzan a "robotizar" a toda persona que se acerque al lugar de su aterrizaje, para después usarlos en el sabotaje de nuestro aparato militar defensivo.
LA GUERRA DE LOS MUNDOS (The War of the Worlds, 1953) era una magnífica modernización de la novela homónima de H.G. Wells. La invasión marciana ya no será solo en Inglaterra sino en todo el mundo; los marcianos ahora pueden volar; su aspecto ya no es de lentos octópodos sino de ágiles bípedos; el final es igual al de la novela, aunque con cierta dosis de alusiones religiosas.
LA TIERRA CONTRA LOS PLATILLOS VOLADORES (The Earth versus the Flying Saucers, 1956) mostraba un masivo ataque de platillos voladores armados contra todos los países de la Tierra. Pero será un científico americano quien descubrirá cómo hacerles frente a estos "marcianos". Por cierto, en este caso su procedencia del planeta rojo solo es suposición.
En los ya citados films, así como en otros más de esa época, los crueles invasores marcianos fueron veladas extrapolaciones de la amenaza comunista contra el mundo libre. Los horrendos hijos del planeta rojo fueron tan tiranos como los soviéticos, tan colectivistas como los chinos rojos, tan traicioneros como los comunistas de cualquier nación de la Tierra (USA incluida)... Si bien los hombres de Venus y de la luna también eran hostiles, los de Marte lo fueron especialmente, por provenir del planeta ROJO.
Sin embargo, no siempre Marte fue una fuente de "maldad". Hubo pocos films donde el tan satanizado planeta rojo fue un planeta inofensivo, ya sea porque sus habitantes eran más pacíficos y civilizados que nosotros... o simplemente porque no tenía habitantes.
Ya había habido algunas pocas películas con la luna deshabitada, como CON DESTINO A LA LUNA (Destination to the Moon, 1950), en parte debido a que los cada vez más modernos telescopios astronómicos la mostraron desierta (aunque la cultura popular "se aferró" a que su cara oculta sí estaba habitada). Pero un Marte deshabitado no parecía muy "atractivo". Así y todo se hizo LA CONQUISTA DEL ESPACIO (The Conquest of the Space, 1955), donde astronautas terrestres desembarcan en un planeta rojo que más parece un desierto (aunque, sorpresivamente, cae nieve en una secuencia) e incapaz de albergar vida (aunque logran hacer germinar una flor terrestre en suelo marciano).
Otro film, titulado RED PLANET MARS (1952), trataba de señales radiales que, supuestamente, provienen de Marte y que mostraban un paraíso utópico que todos deberían imitar. Sin embargo, surge una duda: ¿en verdad estos mensajes provienen del planeta rojo o son una hábil falsificación de los soviéticos para incitar al descontento y a la revolución comunista en el insatisfecho mundo libre? No hay que ser adivino para ver en esta película la inspiración de Carl Sagan para su libro CONTACTO (Contact, 1986).
En EL DIA QUE PARALIZARON LA TIERRA (The Day the Earth Stood Still, 1951) un extraterrestre llamado Klattu y su gigantesco robot Gort llegan a la Tierra con un mensaje pacifista, pese a la hostil desconfianza de los terrestres. En una escena Klattu afirma venir de una distancia que hace de Marte su posible lugar de procedencia; más tarde, en un titular periodístico, se le llama "el hombre de Marte".
Una comedia titulada ABBOTT Y COSTELLO GO TO MARS (1953) mostraba a los dos graciosos personajes de los estudios Universal embarcándose accidentalmente en un cohete espacial experimental y llegando a un estrafalario planeta rojo. Sin embargo, pronto descubren que no estaban en Marte sino en la Tierra... en medio del Carnaval de Nueva Orleans, para ser más preciso. El resto de la película mostrará una aventura en un neblinoso (y habitado) planeta Venus (pese al título, nuestros héroes NUNCA llegan a pisar Marte).
La literatura fantástica también hizo algunas incursiones en la imagen del "marciano pacífico".
Ray Bradbury escribió CRONICAS MARCIANAS (Martian Chronicles, 1946) como relatos para entregarse como episodios, aunque publicó todos juntos como libro en 1950. Allí, son los pacíficos marcianos quienes deberán sufrir las consecuencias de la llegada de naves terrestres colonizadoras a su mundo; una clara alusión a los nativos americanos de USA.
En 1955 Fredric Brown publica MARTIANS, GO HOME! (1954), donde miles de verdes marcianitos se esparcen por la Tierra y, durante casi un año, no hacen más que decir la verdad y denunciar toda mentira. Tras esa "espantosa" experiencia (!), todos los pueblos del mundo deciden suprimir los ejércitos, abolir las guerras... y jamás tratar de invadir Marte.
Pero la mayoría de los films, libros y tiras cómicas de ciencia ficción mostraron un Marte habitado por peligrosas criaturas. Ya sea por seres super-civilizados o en plena barbarie, la lucha a muerte contra estos monstruos estaba asegurada.
En 1957 la URSS lanza el satélite Sputnik. Comienza la era espacial. Los extraterrestres de la pantalla grande son, inevitablemente, afectados.
La cara oculta de la luna es fotografiada: DESIERTA. Una sonda espacial llega a Venus: DESIERTO. Al cine, la literatura y los cómics solo les queda Marte. Y, pese a que renombrados hombres de ciencia afirmaban que el planeta rojo no podía estar habitado, la cultura popular se aferró al hecho de que, si no se lo había visitado, no se podía afirmar cómo era en realidad. Y, tal vez influido por esto, los medios optan por mostrar menos hostilidad (aunque sin descartarla totalmente) y más simpatía en los hijos del planeta rojo.
La teleserie fantástica LA DIMENSION DESCONOCIDA (The Twilight Zone, 1959-1964) tuvo un interesante episodio titulado «People Are Alike All Over» (25 de marzo 25 de 1960), donde dos astronautas desembarcan en un planeta Marte habitado por seres similares a nosotros. Sin embargo, pese a que reciben cordialmente hacia la expedición terrestre, los aparentemente simpáticos marcianos guardan un oculto desgnio contra los terrícolas...
En 1962 una marca de chicles americanos publica una serie de tarjetas titulada MARS ATTACKS, donde se narraba, por medio de imaginativos dibujos, una invasión a la Tierra por horribles marcianos.
Por ese entonces, la DC Comics publica la primera aventura de un nuevo superhéroe: el Detective Marciano. Se trataba de un hombre de Marte teletransportado accidentalmente por un sabio terrestre. Tras morir el científico, el marciano adopta forma humana y se resigna a vivir aquí. El mayor mérito de este cómic está en mostrar un Marte relativamente atrasado: su pueblo aun no domina los viajes espaciales, aunque sí los ilimitados poderes de la mente.
En 1963, la televisión americana emitió el primer episodio de la recordada comedia MI MARCIANO FAVORITO (My Favorite Martian, 1963-1966), donde un periodista terrestre "adopta" a un simpático marciano varado en la Tierra.
En noviembre de 1964, USA lanza el Mariner 4, con rumbo a Marte. El interés por el planeta rojo se renueva. Se tejen todo tipo de hipótesis de lo que la sonda espacial mostrará en sus fotografías de la superficie marciana.
En julio de 1965 la NASA hace públicas las fotos enviadas por el Mariner 4.
Marte: R.I.P.
Si bien Marte era un mundo muerto, la cultura popular pronto lo reemplazó por mundos habitados más allá de nuestro sistema solar. Así y todo, el "habitado" planeta rojo aún continuó en la nostalgia: involuntariamente, se llamaba "marciano" a cualquier extraterrestre. Pareciera que nos resistiéramos a creer lo que nuestros ojos habían visto: un Marte desierto y muerto.
Así, comenzó una nueva etapa en la imagen de Marte. En algunos casos se especuló sobre un hábil engaño de los marcianos, que no deseaban ser molestados por los terrícolas; en otros, que los marcianos realmente vivían "bajo tierra"; también se recurrió a mostrar que Marte estuvo habitado, en un remoto pasado, por una poderosa civilización que emigró a otros mundos cuando el agua y el aire se acabaron; y, finalmente, que las verdaderas fotos de Marte habían sido ocultadas por el Tío Sam al mundo (la archi-conocida "conspiración").
Pero veamos cómo reaccionaron las revistas, los libros y la pantalla tras ese catastrófico julio de 1965.
MI MARCIANO FAVORITO no se recuperó, y fue sacado del aire algunos meses después (1966).
Se estrena el film EL MAGO DE MARTE (The Wizard of Mars, 1965), donde astronautas terrestres encuentran las ruinas de una antigua civilización marciana y a sus habitantes en "animación suspendida". Uno de los marcianos "dormidos" se comunica telepáticamente con los astronautas y les pide que ayuden a su pueblo a morir (!), pues los hombres de Marte, buscando la inmortalidad, solo consiguieron quedarse "paralizados" en el tiempo.
En el film CAPRICORNIO UNO (Capricorn One, 1978), la NASA decide que la única manera de ganar la carrera espacial por llegar a Marte es "falsificando" la llegada de astronautas americanos. En un secretísimo estudio de cine, se duplica la superficie marciana y se muestra a los astronautas plantando en ese suelo la bandera de las barras y las estrellas.
1976: la sonda americana Viking se posa sobre la superficie de Marte. Las fotografías, tomadas "de cerquita", confirman su imagen desierta e inhabitable.
Se estrena en la televisión la teleserie CRONICAS MARCIANAS (Martian Chronicles, 1979), adaptada de la obra homónima de Ray Bradbury. El inicio mostraba a la sonda Viking transmitiendo imágenes de Marte. "Pero, si el Viking hubiese aterrizado un poco más allá de donde lo hizo..." Y vemos una ciudad marciana tras unas montañas.
La NASA hace públicas las fotos de un gigantesco rostro marciano esculpido (Sidonia) y posteriormente de unas pirámides.
Llega INVASORES DE MARTE (Invaders from Mars, 1986), remake de la cinta de 1953, planteando que los marcianos (otra vez feos y hostiles) provienen del interior del planeta rojo. Sin embargo, esta vez no desean invadirnos sino sabotear a la NASA para que nosotros no los invadamos a ellos.
Comienza la teleserie LA GUERRA DE LOS MUNDOS (War of the Worlds, 1988-1990), que continúa la película de 1953. A treintaicinco años de la invasión, los marcianos son accidentalmente sacados de su coma; se contactarán con su mundo para coordinar una, ahora sí, exitosa invasión de la Tierra. Se aclara que los invasores no venían realmente de Marte (como erróneamente se creyó en 1953), sino del lejanísimo planeta Mortrain.
También debe mencionarse la comedia MARTIANS GO HOME (1990), adaptación de la novela del mismo título, escrita por Frederic Brown. La película estaba tremendamente desfasada: no solo sabíamos ya que Marte está desierto, sino que la Guerra Fría ya había concluido (dos aspectos escenciales en el libro de Brown).
Tim Burton, célebre director del cine fantástico, rueda la comedia MARS ATTACKS! (1996), inspirado en la homónima serie de tarjetas de 1962. Una vez más, se parte de la suposición que Marte es una civilización subterránea.
Un sofisticado autito a control remoto recorre la superficie marciana, a la vez que envía imágenes del planeta rojo. Una marca de fotocopiadoras plantea, en un comercial televisivo, que los marcianos usan perfectas imágenes fotocopiadas para engañar así a la NASA.
Los estudios Disney deciden hacer el remake de un conocido clásico televisivo: MI MARCIANO FAVORITO (My Favorite Martian, 1999). La película comienza con uno de los autitos de la NASA recorriendo el desierto marciano. Falla y deja de transmitir, y en la Tierra nadie supo nunca que, detrás de la roca que captó la cámara, hay una super-ciudad marciana.
Empezando el siglo XXI se estrenaron dos interesantes films: MISION A MARTE (Mission to Mars, 2000), que mostraba una fenecida civilización marciana que había dejado un mensaje póstumo en la gigantesca cara de Sidonia; y PLANETA ROJO (Red Planet, 2000), donde una expedición a Marte deberá de luchar contra una peligrosa plaga de diminutos insectos propios de Marte.
Finalmente, nos ha llegado recientemente FANTASMAS DE MARTE (Ghosts of Mars, 2001), donde se va a algo realmente novedoso: los marcianos están en animación suspendida, escondidos en algun lugar del planeta rojo.
Como advertí más arriba, no están todos los que son ni son todos los que están. La lista de películas, teleseries, libros y revistas cuyos argumentos giran alrededor de Marte es más larga aún. Eso sí, para todos ellos hay un antes y un después, y se ubica en 1965.
Pese a las pruebas indiscutibles, Marte "se resiste a morir" totalmente. Y no importa que algún día, en el futuro, se muestren fotos subterráneas de Marte (mostrando que tampoco ahí hay habitantes), que se envíen misiones tripuladas que confirmen las fotografías, que lleguemos incluso a colonizar el planeta rojo. Siempre desearemos creer que Marte tiene (o tuvo) vida alguna vez. Y es que, en el fondo, nunca aceptaremos que lo descubrimos todo acerca del cuarto planeta de nuestro sistema solar.
Sí, querido lector... ¡Sí existen los marcianos!
- ¿Marte? Espere, no puede haber vida en Marte. Enviamos naves...
- Te lo explicaría, pero ustedes aún creen que E=mc². Y tratan de analizar nuestras rocas... ¡Ja!
[diálogo de MI MARCIANO FAVORITO (1999)]
Comments
Re: FE DE ERRATAS
¿donde estan las fotos?