Ganadores del XVII Certamen Alberto Magno de Ciencia Ficción
La Facultad de Ciencia y Tecnología de la Universidad del País Vasco anunció durante la ceremonia Alberto Magno 2004-2005, el fallo del XVII Certamen Literario Alberto Magno de Ciencia Ficción. El ganador del primer premio, de 3.500 euros, es José Antonio Cotrina (Vitoria-Gasteiz, 1972) por la obra "Argos". El segundo premio, dotado con 1.500 euros, ha sido otorgado a Juan Luis López Aranguren (Zizur Mayor, 1982) por su relato "Las lágrimas de Caín". Por último, el premio al mejor relato presentado por un miembro de la UPV/EHU, dotado también con 1.500 euros, ha sido para "Las dudas de Job", de José Manuel González Rodríguez, de Sopelana, Bizkaia.
Del concurso, que arrancó en 1989 y es uno de los certamenes de Ciencia Ficción mejor dotado, participaron este año 39 relatos, todos ellos escritos en castellano. La mayoría de ellos fueron remitidos desde diversos puntos del Estado: País Vasco, Madrid, Andalucía, Cataluña, Asturias, Cantabria, País Valenciano, Aragón, Castilla la Mancha, Castilla y León, Islas Canarias, Murcia y Navarra; pero también llegaron relatos desde Argentina, Alemania y México. Ocho relatos fueron escritos por otros tantos autores que se acreditaron como miembros de la UPV/EHU.
Argos, el ganador, es una historia ambientada en un mundo futuro donde las redes informáticas han multiplicado su complejidad gracias a la nanotecnología y a la realidad virtual. Es posible conectarse a esas redes de manera total, sin más periféricos que la nanotecnología que cada uno de los sujetos lleva en su cuerpo. En este marco se desarrolla el relato, una historia con tintes de género negro en la que su protagonista, un joven pirata de los bajos fondos de Praga, trata de averiguar lo que ha ocurrido con su hermano, muerto en misteriosas circunstancias.
Las lágrimas de Caín, segundo premio, es un relato ambientado en un futuro cercano. Narra el encuentro de un antropólogo con un ángel que le pide que forme parte de la defensa jurídica de Caín.
Las dudas de Job, el relato presentado por un miembro de de la UPV/EHU, muestra a un teniente del cuerpo de Infantería de Marina, cumpliendo una misión de escolta en un planeta casi deshabitado que se ve obligado a enfrentarse a un autómata enemigo en inferioridad de condiciones. La única ayuda con la que puede contar es la de un robot doméstico averiado al que, tras ser manipulado para su reparación, han aumentado su capacidad intelectual, debido a lo cual sufre problemas psicológicos.
Del concurso, que arrancó en 1989 y es uno de los certamenes de Ciencia Ficción mejor dotado, participaron este año 39 relatos, todos ellos escritos en castellano. La mayoría de ellos fueron remitidos desde diversos puntos del Estado: País Vasco, Madrid, Andalucía, Cataluña, Asturias, Cantabria, País Valenciano, Aragón, Castilla la Mancha, Castilla y León, Islas Canarias, Murcia y Navarra; pero también llegaron relatos desde Argentina, Alemania y México. Ocho relatos fueron escritos por otros tantos autores que se acreditaron como miembros de la UPV/EHU.
Argos, el ganador, es una historia ambientada en un mundo futuro donde las redes informáticas han multiplicado su complejidad gracias a la nanotecnología y a la realidad virtual. Es posible conectarse a esas redes de manera total, sin más periféricos que la nanotecnología que cada uno de los sujetos lleva en su cuerpo. En este marco se desarrolla el relato, una historia con tintes de género negro en la que su protagonista, un joven pirata de los bajos fondos de Praga, trata de averiguar lo que ha ocurrido con su hermano, muerto en misteriosas circunstancias.
Las lágrimas de Caín, segundo premio, es un relato ambientado en un futuro cercano. Narra el encuentro de un antropólogo con un ángel que le pide que forme parte de la defensa jurídica de Caín.
Las dudas de Job, el relato presentado por un miembro de de la UPV/EHU, muestra a un teniente del cuerpo de Infantería de Marina, cumpliendo una misión de escolta en un planeta casi deshabitado que se ve obligado a enfrentarse a un autómata enemigo en inferioridad de condiciones. La única ayuda con la que puede contar es la de un robot doméstico averiado al que, tras ser manipulado para su reparación, han aumentado su capacidad intelectual, debido a lo cual sufre problemas psicológicos.
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