Terror en Colombia: Jairo Pinilla
NADANDO A CONTRA CORRIENTE:
EL CASO DE JAIRO PINILLA
por Campo Ricardo Burgos López
Jairo Pinilla constituye un caso excepcional en el panorama del cine colombiano. Es que -a diferencia de los demás directores de cine que ha producido la tierra de la cumbia y el vallenato- Pinilla es un creador que ha dedicado la mayoría de sus obras cinematográficas a incursionar en el género fantástico En esta entrevista exclusiva nos cuenta las peripecias que tuvo que pasar para realizar su cine...Nacido en Cali por allá por la década de los 40, Jairo Pinilla constituye un caso excepcional en el panorama del "cine colombiano" (expresión que incluso es negada por algún director para el cual hay "películas hechas en Colombia" pero no algo que pueda llamarse "cine colombiano"). En fin. El hecho es que -a diferencia de los demás directores de cine que ha producido la tierra de la cumbia y el vallenato- Pinilla es un creador que ha dedicado la mayoría de sus obras cinematográficas a incursionar en el género fantástico. Es así como a partir de 1977 y hasta la actualidad, en el mundo de Pinilla son usuales los muertos que se levantan de los ataúdes, los científicos extravagantes que se adentran en inventos disparatados, los viajeros que arriban a islas que no figuran en los mapas, los practicantes del vudú, las reencarnaciones, o los niños poseídos por seres de otras galaxias. Como le ha ocurrido, le ocurre y le ocurrirá, a tantos escritores, directores de cine y dibujantes que aquí en Colombia -y por extensión en América Latina- aman la línea fantástica, Pinilla ha debido navegar en contra de la corriente artística principal, para la cual todo lo que huela a terror o ciencia ficción, es anatema. No obstante, no sólo ha sobrevivido a este constante "nadar río arriba", sino que hoy en día su terquedad comienza a ser valorada por nuevas generaciones para las cuales no es un pecado mortal que un latinoamericano inserte extraterrestres en sus obras. A raíz de una retrospectiva de sus filmes, que hace poco ocurrió en Bogotá, QuintaDimension.com pudo contactarle y hablar con él acerca de algunos aspectos de su vida y obra.
QD: ¿De dónde proviene su interés por el cine fantástico y en especial de terror?
Jairo Pinilla: Diría que del hecho simple de que no hay de eso por acá. Eso no es lo que normalmente se hace en Colombia. Desde el punto de vista de mi vida, diría que de algún modo se relaciona con el nerviosismo de mi infancia. Yo fui un niño muy nervioso y recuerdo que cuando estaba en tercero de primaria, el papá de un amigo se mató y a todos los niños del colegio nos llevaron al anfiteatro a ver al muerto. Desde entonces sentí la atracción.
QD: Háblenos de su primera película.
Jairo Pinilla: Mi primer largometraje fue Funeral Siniestro de 1977. No obstante, antes de eso filmé un cortometraje llamado Kondor, El Mago, una parodia de la tira cómica de Mandrake. Era la época del sobreprecio (1), y en un principio el Ministerio de Comunicaciones nos negó el permiso para pasar el corto por que -según decían- carecía de mensaje. Yo argumenté que sólo quería hacer algo para que la gente se divirtiera y nada más, y así fue como al final, tras una apelación, pude pasar el corto. Con Funeral Siniestro el proceso fue más largo, duré tres años con el guión debajo del brazo tocando todas las puertas posibles. Por fin conseguí que el dueño de una tractomula invirtiera en el proyecto y la filmé. Luego, casi no me querían recibir en Cine Colombia (2) debido a la mala experiencia que habían tenido con una película de corte similar llamada Pasos en la Niebla de José María Arzuaga. Arzuaga pensaba que hacer miedo sólo consistía en oscurecer la película y por ello todas las escenas transcurrían de noche. Además, en esa época sólo se apoyaban proyectos cinematográficos donde aparecieran actores reconocidos de la televisión nacional, y yo había filmado con actores completamente nuevos, y por ende desconocidos. No obstante, después de mucho persistir conseguí que el presidente de Cine Colombia de ese entonces accediera a hacer un experimento que determinaría la proyección de la película en las salas de su circuito. Para eso, yo llevé mi película y la exhibí ante un grupo de trabajadores de Cine Colombia, a los cuales el presidente les pidió que la observaran. Afortunadamente, los espectadores se aterraron mucho y entonces conseguí mi primer contrato de distribución.
Una vez Funeral Siniestro salió a las pantallas, le ayudó el rebote. Ese mismo día se estrenaron El Patrullero 777 de Cantinflas, Abba El Gran Show y Brillantina. La gente que no alcanzaba a entrar a esas películas se resignaba a ver Funeral Siniestro, pero para su sorpresa y la sorpresa de los directivos de Cine Colombia que no tenían fe en ella, apenas la vieron hablaron muy bien de la cinta. Cine Colombia sólo pensaba proyectar Funeral Siniestro una semana y luego sacarla de cartelera, pero al ver los llenos que tuvo, la sostuvieron. Funeral Siniestro estuvo como cuatro meses en las pantallas.
QD: Luego vino 27 Horas con la Muerte...
Jairo Pinilla: Antes de 27 Horas con la Muerte que es de 1981, en 1979 filmé Area Maldita, una película de suspenso. 27 Horas con la Muerte es una historia alrededor de un extraño invento. Trata de un científico que inventa una pastilla que puede matar por nueve horas, es una pastilla que no deja en catalepsia sino "más allá de la catalepsia". Al tomársela, todos los signos vitales del ser humano desaparecen y tan sólo queda activo el sentido del oído. Para estafar a una compañía de seguros, el científico se asocia con un amigo y toman un seguro costosísimo. La idea es que el amigo del científico se tome tres pastillas y quede muerto durante 27 horas para cobrar el seguro; esto por que luego de 24 horas sin reacciones, a una persona se la puede declarar oficialmente muerta. La película estuvo seis meses en cartelera y costó mucho hacerla. Siempre se nos negó apoyo por que en todas partes decían que una película de un país como Colombia, sólo era válida si mostraba la miseria de la gente. El argumento de siempre.
QD: Sí, el argumento de siempre. ¿Y qué pasó con su siguiente obra Triángulo de Oro- La Isla Fantasma?
Jairo Pinilla: Triángulo de Oro- La Isla Fantasma es de 1983, y tiene una historia interesante. En la época en que se estaba proyectando 27 Horas con la Muerte, yo tenía la costumbre de pararme a la entrada del teatro donde la estaban presentando, y a la salida de la película preguntarle a la gente cómo les había parecido. Resulta que muchas veces, cuando apenas la película llevaba unos minutos, yo veía que la gente se salía de la sala sin importarles perder el costo de la boleta, y les preguntaba por qué se iban. Para mi sorpresa, más que por otra razón, lo hacían por que la película era hablada en español y ellos creían que algo hablado en español no podía ser bueno. Entonces me dije: "Voy a meterle un gol a Colombia, la próxima película la filmaré en el exterior, la voy a doblar al inglés y le pondré subtítulos en español". Y así fue. Triángulo de Oro es filmada por fuera de Colombia, tiene escenas en Panamá y en el Mar del Caribe, es hablada en inglés, y con subtítulos en español; a la gente le gustó y pensaban que no era colombiana sino japonesa.
QD: Un buen chiste ¿Y de qué se trataba?
Jairo Pinilla: Trataba de una isla en el Atlántico que sólo era visible desde cierto ángulo, pero que resultaba invisible desde todos los demás ángulos. En la isla había un triángulo de oro macizo que muchos codiciaban pero que era peligrosísimo, ya que aquellos que llegaban a la isla a buscar el triángulo, generalmente no salían vivos. La historia muestra a unos exploradores en busca del triángulo de oro, y tiene el mérito de ser la primera película colombiana que cuenta con efectos especiales, hay escenas con plantas carnívoras y un monstruo y, gracias a ella, Armando Plata dijo en la televisión, que "guardadas las proporciones, Jairo Pinilla es el Steven Spielberg colombiano". Yo no oculto que -como siempre me ha sucedido- con Triángulo de Oro yo no quería hacer el cine-arte que pretendían los demás directores colombianos, quería hacer cine comercial.
QD: ¿Aquí en Colombia sí es posible recuperar la inversión que se hace en una película de género fantástico?
Jairo Pinilla: Sí se recupera la inversión pero tampoco se pasa de ahí, y eso por que entran a jugar diversos factores. Por ejemplo, en el caso de Triángulo de Oro, por culpa de Focine (3) no pudo distribuirse en el exterior. En esa época, uno tenía tres años para terminar la película y entregarla en el Ministerio de Comunicaciones, pero yo acabé antes, e iba a empezar a pagar mi deuda antes. Incluso ya había conseguido que United Artists distribuyera la película fuera del país, se iba a estrenar simultáneamente en Bogotá, Caracas y Panamá. No obstante, parece que en términos financieros a Focine no le convenía que yo le pagara antes de tiempo, así que torpedeó todo, no la pude estrenar cuando quería, y se cayó el contrato con United Artists.
QD: Creo que sigue Extraña Regresión ¿Cierto? Esa es otra película que como Triángulo de Oro también está hablada en inglés.
Jairo Pinilla: Sí. Extraña Regresión también está hablada en inglés con subtítulos en español debido a la misma razón que ya mencioné para Triángulo de Oro. Es una película de 1986 acerca de una mujer que muere y reencarna en otra persona. Una película que no ha tenido exhibición, ya que Focine me la embargó por ciertos problemas el día que la iba a estrenar. Hace como cinco años creí que ya había resuelto los problemas e intenté estrenarla otra vez, pasé un comercial en televisión y la anuncié, pero el día que iba a estrenarla, me la volvieron a embargar.
QD: ¿Qué opina de estos tres calificativos que ha recibido su cine: ingenuo (Lisandro Duque), comercial y kitsch (Mauricio Laurens)?
Jairo Pinilla: Lo de ingenuo creo que es verdad, yo trabajo con gente que quiere divertirse, no con gente pretenciosa. Comercial sí. Ya dije que no pretendo hacer cine-arte. En cuanto a kitsch, yo diría que también: Si usted considera cursi que la gente se divierta, entonces mi cine es cursi.
QD: Quisiera que me ampliara una frase suya que me encanta: "En cine, prefiero Supermán a Bergman".
Jairo Pinilla: Sí. Cuando digo eso me refiero a que, al ir a cine yo no quiero mirar lo que vemos todos los días en la calle sin necesidad de ir a cine. Para eso me quedo en la casa. Lo chévere es ver algo distinto, un tipo volando por ejemplo. Por eso, a riesgo de chocar a los pretenciosos, me gusta más Supermán.
QD: Cuéntenos de Posesión Extraterrestre.
Jairo Pinilla: Posesión Extraterrestre es un medio metraje del año 2000 de 38 minutos de duración, que mezcla el sexo, lo policíaco, el suspenso y la ciencia ficción. Yo he realizado la dirección y el guión, y cuento con el apoyo de estudiantes de la Universidad de los Andes y la Universidad Javeriana. Para mí, Posesión Extraterrestre ha significado descubrir las posibilidades de la edición digital, algo que antes no había hecho. En mis películas anteriores la edición era puramente artesanal, se realizaba con tijeras y acetona y -como me sucedió en Area Maldita- las doblaba en un baño donde acomodaba a los actores. Con la edición digital las posibilidades son inmensas, puedo estrellar una nave interplanetaria contra un edificio del centro de Bogotá o poner a volar al Presidente de la República.
QD: ¿Cuáles son sus proyectos hacia el futuro?
Jairo Pinilla: Quiero hacer algo en la televisión colombiana pero totalmente diferente a lo que vemos a diario en ella. Algo para que la gente se coma las uñas mientras está metida en las cobijas. Por supuesto eso en nuestro medio es difícil, aquí no me aceptan en la televisión por que en televisión todo lo quieren para ya. Cuando paso un guión me piden que lo resuma en cinco líneas por que no tienen tiempo para leerlo, y claro que una historia de suspenso donde el elemento sorpresa es tan importante, queda por completo desvirtuada en una sinopsis de cinco líneas. Quisiera hacer una serie de suspenso para el horario de las once de la noche, pero soy consciente de que aquí no hay ayuda de ningún tipo para un proyecto de esta clase. Desafortunadamente, Colombia es un país donde si no tienes un padrino político, no vas para ninguna parte.
QD: Otra pregunta de cajón ¿Cuáles son sus películas favoritas?
Jairo Pinilla: Me encantan Volver al Futuro, Supermán, Cazadores del Arca Perdida, Rambo. Con Cazadores del Arca Perdida me ocurre algo especial. Como director de cine, siempre que veo una película es inevitable para mí el imaginarme cómo el director de la película cuadró la cámara para cada toma que estoy viendo. Cuando una película me hace olvidar de la cámara que fue necesaria para ver lo que estamos viendo, esa película me convence totalmente. Con Cazadores del Arca Perdida me ocurre eso. Al verla, me olvido de que existe una cámara. En general, me fascina Spielberg. Ya en la órbita no fantástica me han gustado Calígula de Tinto Brass o Jesús de Nazaret de Zefirelli. Jesús de Nazaret creo que me la he visto unas 18 veces.
QD: ¿Qué sabe del cine fantástico latinoamericano? ¿Conoce algún director célebre como Zé Do Caixão?
Jairo Pinilla: Poco o nada. Hace poco vi una película de un director peruano, creo que de apellido Llosa, que me gustó. Pero ahora no recuerdo cuál era. Creo que ese director peruano ha trabajado con Stallone.
QD: En esta retrospectiva de su obra que ocurrió hace unos días, he visto un corto suyo no fantástico, llamado Un gallinazo sin suerte, y me dio la impresión que usted tiene una vena para el humor que poco ha explotado...
Jairo Pinilla: Puede que sí. Un gallinazo sin suerte es chistoso. No obstante, lo cómico es lo que casi todo el mundo hace aquí, y por eso no me interesa. Claro que lo cómico también lo he utilizado para producir un suspenso diferente como es el caso del cortometraje Robo Macabro (1986) donde la gente -paradójicamente- reía del susto. Fue tan raro este corto que la Junta de Calidad del Ministerio de Comunicaciones no me lo aprobó. Como lo corroboran quienes han visto la obra, ella provoca un efecto extraño en el sistema nervioso del espectador.
QD: ¿Alguna cinta reciente que lo haya impresionado? ¿Qué opinión le merecen filmes como, por nombrar algunos, Sexto Sentido, La Bruja de Blair, Scream o Matrix?
Jairo Pinilla: Sexto Sentido me gustó, está bien llevado. La Bruja de Blair me pareció una lata. Se me pareció mucho, por la perspectiva de narración, a una vieja película llamada Holocausto Caníbal. Creo que con La Bruja de Blair, a la gente le metieron los dedos a la boca. Matrix me pareció chévere. Scream no la vi. Recuerdo también una película fallida: La Amenaza Fantasma. Esta película se define con una sola frase: Todo extremo es vicioso. En La Amenaza Fantasma se les va la mano con el surrealismo. Es más, películas como esa muestran los peligros del abuso del computador en la creación cinematográfica. Muestra que el computador puede hacer caer al cine en una nueva regresión. Ahora que está de moda, recuerdo también El Exorcista. Esa cinta es la única donde he sentido miedo acerca del más allá.
QD: Para terminar ¿Cómo definiría usted a un director de cine?
Jairo Pinilla: Si imaginamos un tren que corre sobre unos rieles, el director de cine equivale a los rieles por donde corre el tren. La película es el tren que puede ver el espectador, y encima de mí está el tren.
Bogotá, Abril de 2001
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(1) Período del cine colombiano en que era obligatorio mostrar un cortometraje colombiano cada vez que se exhibía un largometraje extranjero.
(2) Una de las empresas que distribuye cine en Colombia.
(3) Focine fue una empresa estatal que años atrás pretendía impulsar la realización de cine en Colombia
Comments
Re: Terror en Colombia: Jairo Pinilla
deseo saber en donde encontra todas sus peliculas ya que me interesan porque un medio hermano mio actuo en una de ellas
Re: Terror en Colombia: Jairo Pinilla
Jairo Pinilla es un de los directores casposos, mas interesante que conosco, en la mayoria de sus peliculasl, el nivel de su calidas es alto, lo que no significa que no pueda mejorar.
Es lamentable que no se le reconosca su ardua labor en el mundillo del cine colombiano, por que peliculas como "Funeral Siniestro"o "Un libro de Ultratumba", son sin lugar a dudas una joya para todo amante del cine de buen mal gusto