Interpretando El Planeta de los Simios
INTERPRETANDO EL PLANETA DE LOS SIMIOS
por Campo Ricardo Burgos López
El reciente estreno de El Planeta de los Simios (Planet of the Apes) de Tim Burton ha creado una gran ola de discusiones a su alrededor, de la cual no pudimos quedar al margen. Este artículo presenta una posible interpretación de la película, por lo cual es especialmente recomendable para quienes ya la hayan visto. (en otras palabras, que te contamos el final).
Antes de lanzarme a escribir una probable interpretación de El Planeta de los Simios (Planet of the Apes), la última creación del director de culto Tim Burton, quisiera aclarar que para llevar a cabo tal interpretación no tomo en cuenta la cinta original de 1968, entre otras cosas por que ya mi memoria me falla y de esa película todo lo que recuerdo es su ingenioso final con el señor Heston observando alelado las ruinas de la Estatua de la Libertad neoyorquina. En este caso sólo he considerado la película del año 2001. Así pues, comencemos igual que en la escuelita, ofreciendo una reseña argumental.
Argumento (con spoilers)
La historia se inicia en el año 2029 cuando la nave espacial Oberón transporta un grupo de astronautas y además un conjunto de monos que han sido genéticamente alterados para ciertos propósitos (uno de estos propósitos puede ser, por ejemplo, el de introducir monos en hábitats potencialmente peligrosos para los hombres). Cuando uno de estos monos que es llamado Pericles se pierde en una sonda espacial lanzada sobre cierto planeta, el astronauta Leo Davidson aborda otra sonda en búsqueda de su adorado mono, y he aquí que también esta sonda de Davidson se pierde en el mismo túnel temporal en el cual se extravió la primera. Una vez el vehículo de Davidson se estrella contra un planeta, el astronauta descubre que se halla en un mundo donde la especie dominante son los simios y los humanos son sus esclavos. Davidson es capturado y llevado a una ciudad de simios donde es vendido a la hija de un senador que -contrario a la tendencia general- es una decidida defensora de los derechos animales y por ende de los derechos humanos. De algún modo, Davidson se las ingenia para escapar de la ciudad junto a un grupo de humanos y algunos simios entre los cuales está la defensora de los derechos humano-animalescos. El grupo así conformado, retorna al lugar donde está la sonda estrellada de Davidson, y allí el astronauta recobra algunos artilugios técnicos que le permitirán retomar contacto con la nave Oberón. En cierto momento, parece que la señal enviada por Davidson es localizada y que la nave Oberón estará esperándolo en cierto lugar del planeta, hacia el cual se dirige entonces el grupo.
Mientras los fugitivos caminan hacia el lugar de donde proviene la señal de contestación, Davidson se entera de algunos hechos. El sitio de donde parte la señal resulta estar en una zona que los simios prohíben por razones religiosas, creen ellos que allí es donde comenzó la creación y habitó el primer simio, una especie de Adán llamado Semos de quien está anunciada una segunda venida sobre el planeta. Simultáneamente, un ejército simio comandado por el general Thade parte para recapturar a Davidson y sus amigos. De modo íntimo, Thade está aterrado por que le ha sido revelada una leyenda según la cual, al principio de los tiempos, eran los humanos quienes dominaban a los simios y no cómo sucede ahora. Cuando Davidson y compañía arriban al lugar de donde proviene la señal, con asombro descubren que quien la emitía eran los restos de la nave Oberón estrellados allí hace siglos. Se enteran entonces de cómo se ha originado el planeta de los simios. Hace cientos o miles de años, la nave Oberón arribó a ese planeta en búsqueda de Pericles y Davidson que se habían perdido. Por desdicha, los simios, comandados por Semos, se rebelaron y tomaron el control tanto de la nave como del planeta, esclavizando a los humanos. En este momento, el ejército simio de Thade ataca a Davidson y a todos los humanos que desde varios kilómetros a la redonda se habían congregado alrededor de Davidson, de quien se dice libertará a los humanos de la opresión simiesca. En medio de la batalla, cuando los humanos están a punto de ser sometidos por los simios, aparece una nave en el cielo, y tanto simios como humanos detienen el combate para verla descender. Una vez la nave aterriza, de ella desciende nada más y nada menos que Semos que resulta ser el mismo Pericles. Los simios creyentes se arrodillan ante la venerable aparición del mono, pero Thade no. En vez de ello, Thade se hace con una pistola y ofrece resistencia, aun cuando termina siendo vencido. Con la promesa de un nuevo planeta donde humanos y simios aprenderán a convivir pacíficamente, Davidson se marcha de allí en la misma sonda que empleó Pericles-Semos. Tan pronto la sonda de Davidson se aproxima de vuelta al Planeta Tierra, el astronauta se encuentra con que en su propio mundo no le reconocen y no le conceden orden de aterrizar. Así pues, Davidson acaba estrellando su sonda en Washington frente al monumento a Lincoln. Cuando Davidson sale de la sonda, descubre que Lincoln tiene cara de simio, que el célebre ícono washigtoniano es ahora un monumento al general Thade, y que cientos y cientos de simios ataviados con trajes del siglo XXI, se encuentran rodeándolo.
Dos apuntes interpretativos
Dos puntos que me parecen dignos de mención para una interpretación del texto cinematográfico en cuestión, son los siguientes:
1) Es claro que en esta película no hay un tiempo lineal, sino que pasado, presente y futuro se confunden (Cuando Davidson arriba al planeta de los simios, hace apenas unos minutos ha visto a Pericles, y sin embargo resulta que Pericles-Semos estuvo en el planeta de los simios hace cientos o miles de años; hace unos días que acaba de dejar la nave Oberón y al encontrarla resulta que esa nave llegó al planeta de los simios hace cientos o miles de años; parece que Pericles-Semos arriba al mismo tiempo por primera y segunda vez al planeta de los simios; Davidson regresa a la Tierra en un tiempo que resulta distinto al que esperaba; el general Thade con el cual acaba de combatir Davidson hace apenas un rato resulta un personaje que existió en la Tierra hace muchísimos siglos). En realidad, toda la historia está estructurada para desorientar temporalmente al espectador; para que se vuelva muy difícil reconocer cuándo estamos en el presente, cuándo estamos en el pasado, y cuándo estamos en el futuro. Por ejemplo, Pericles-Semos, que se supone llegó hace milenios al planeta de los simios, en las escenas finales resulta llegando después de que murió hace tiempo; es decir, llega por primera vez después de haber llegado por primera vez o ya ha llegado por primera vez antes de haber llegado por primera vez; en otras palabras, Pericles-Semos llega después de haber existido, el pasado está después del futuro o el futuro está antes del pasado. En general, toda la película remite a un desorden espacio-temporal, se recrea constantemente con eso que los físicos denominan "bucles de tiempo".
Bueno -se me dirá- ¿ y toda esta apreciación para qué? Básicamente para introducir el primer apunte interpretativo. La historia de El Planeta de los Simios transcurre más o menos ordenadita mientras el hombre no ha metido mano para alterar la naturaleza. En el momento en que el hombre altera genéticamente a los monos y para su desdicha ello confluye con una circunstancia imprevisible (el túnel temporal), se desencadena la cultura simia y un futuro diferente para el hombre. Lo trágico de la historia que se nos narra en la película, es que todas esas desgracias que sobrevienen sobre los pobres humanos tiene su origen en los mismos humanos. El hombre ha metido mano donde tal vez no hubiera debido hacerlo, y de allí que deba padecer las consecuencias; el aparentemente insignificante acto de manipulación genética de unos animales, ha traido unas consecuencias gigantescas. Así, El Planeta de los Simios nos recuerda aquel célebre cuento de Bradbury donde unos turistas del futuro viajan a la era de los dinosaurios pero expresamente se les prohibe tocar cualquier cosa de ese mundo de los dinosaurios; sin percibirlo, uno de estos turistas mata una mariposita insignificante, y cuando todo el grupo retorna al futuro, resulta que su mundo ya no existe. Nos recuerda también esa vieja tesis filosófica según la cual todo está interconectado con todo, y por ello hasta el más diminuto acto del más diminuto ser del universo, está influyendo decisivamente en la construcción de las grandes realidades del futuro. El Planeta de los Simios nos estaría recordando que el rumbo de la humanidad depende de todos nuestros actos por minúsculos que nos parezcan; que aunque no lo creamos, sobre los hombros de todos recae una gran responsabilidad y de allí que tengamos el deber de cuidar de nosotros mismos, no sólo por nosotros mismos sino también por los demás. La tesis de El Planeta de los Simios coincide con la frase de algún personaje de Gladiator de Ridley Scott cuando afirma que todos los actos humanos tienen una resonancia en la eternidad.
2) Entre muchas definiciones posibles, la ciencia ficción puede ser definida como el intento de crear una escatología laica o escatología profana. La escatología es una rama de la teología que estudia tanto el fin de la humanidad como el fin sobrenatural de la vida natural (de allí que sus temas sean del tipo "qué ocurrirá en el final de los tiempos", o "en qué acaba la vida, si en el infierno, el purgatorio o el cielo"). La ciencia ficción es un género interesado en estudiar cómo vamos a acabar los hombres pero prescindiendo de interpretaciones sobrenaturalistas, quiere saber cómo será el fin del hombre y del cosmos pero atendiendo únicamente a fuerzas naturales. El Planeta de los Simios es un buen ejemplo de escatología laica. Dice algo así como "Acabaremos mal por que estamos metiendo las manos donde no debemos", y en último término reactualiza el eterno problema planteado en la obra que inició la ciencia ficción contemporánea: Frankenstein de Mary Shelley. Los hombres hemos tocado lo que no debía tocarse, y por ello pagaremos las consecuencias; todo acto en contra de los demás es en últimas un acto en contra de nosotros mismos.
Una valoración formal
El Planeta de los Simios
remite al estilo gótico que es la marca de fábrica de las películas de Burton, otra vez advertimos en él la atracción por lo nocturno, lo pesadillesco y lo romántico. Otra vez -por desdicha- el mal triunfando sobre el bien. A este goticismo, Burton le ha agregado algunos toques humorísticos (el simio que usa bisoñé para disimular su calvicie o la simia que pretende verse sexy en su noche de amor), que por lo menos son un espejo de la ridiculez de la especie humana. Estoy de acuerdo con nuestro jefe (el señor Pablo Sapere que escribe su apreciación sobre El Planeta de los Simios en la Zona Crítica y a quien -so pena de despiadadas represalias- debemos citar de vez en cuando), en que esta versión de Burton por momentos no se define y no se sabe si es una película de acción o una parodia, pero me parece que ese es un mal menor. También estoy de acuerdo con el jefe (y hago notar que esta es la segunda vez que lo cito) en que El Planeta de los Simios no es precisamente lo mejor de Tim Burton, pero creo que es una película que paga la boleta (al menos ya pagó la mía).
Bogotá, Agosto de 2001
Comments
Dios Simio
En la pelicula tocan un tema sobre dios, pero no recuerdo muy bien como es el cuento, alguien me podria ayudar con este tema, en tre pocas palabras como se llama el dios simio...