Cronenberg presentó su nuevo film “Spider” en Cannes
“Spider” significa el tercer paso de David Cronenberg por Cannes, luego de la presentación de “Crash” en 1996 y de ser presidente del jurado en 1999.
Basado en la novela del escritor británico Patrick Mc Grath, el film relata la historia de Spider, un individuo esquizofrénico interpretado por Ralph Fiennes, quién tras haber pasado buena parte de su vida en instituciones psiquiátricas, regresa al barrio de su infancia en el East End londinense para reconstruir su pasado.
Spider cree desde niño, que su madre ha sido asesinada por su padre, para sustituirla por una impostora.
Sueños, recuerdos y alucinaciones surgen continuamente de su interior mientras trata de descubrir la verdad.
Cronenberg, luego de abandonar el proyecto de filmar “Basic Instint 2” disconforme con el guión, recibió esta propuesta del propio Ralph Fiennes quién lo convenció a través de una carta enviada por su representante junto con el guión escrito por el propio Mc Grath.
Fiennes llevaba varios años interesado en esta historia y siempre quiso que fuese dirigida por el realizador canadiense.
Al reflexionar sobre el personaje, Cronenberg otorga la misma valoración a los sueños que a la realidad. Cree que ambos son igualmente genuinos, que los recuerdos y las distorsiones de la realidad se interrelacionan, se mezclan y tratan de prevalecer unos sobre otros. Considera haber concretado en este nuevo proyecto, un ejercicio de introspección, de reflexión acerca de la locura y la memoria, compartiendo con Mc Grath su interés por la exploración psicológica de las dificultades en las relaciones humanas, especialmente las familiares.
Acompañan la actuación de Fiennes, Gabriel Byrne en el papel de padre de Spider y Miranda Richardson que representa tres personajes: la madre, una prostituta y una vieja avara. La fotografía pertenece a Peter Suschitzky y la música estuvo a cargo de Howard Shore.
El rodaje fue realizado principalmente en Londres y Toronto con un presupuesto estimado en 8 millones de dólares. El financiamiento no fue fácil, ni siquiera la presencia de Fiennes fue suficiente para convencer a los inversores, pero su apoyo y el del resto del elenco igualmente resultaron determinantes.
Alejandro Zuy
Basado en la novela del escritor británico Patrick Mc Grath, el film relata la historia de Spider, un individuo esquizofrénico interpretado por Ralph Fiennes, quién tras haber pasado buena parte de su vida en instituciones psiquiátricas, regresa al barrio de su infancia en el East End londinense para reconstruir su pasado.
Spider cree desde niño, que su madre ha sido asesinada por su padre, para sustituirla por una impostora.
Sueños, recuerdos y alucinaciones surgen continuamente de su interior mientras trata de descubrir la verdad.
Cronenberg, luego de abandonar el proyecto de filmar “Basic Instint 2” disconforme con el guión, recibió esta propuesta del propio Ralph Fiennes quién lo convenció a través de una carta enviada por su representante junto con el guión escrito por el propio Mc Grath.
Fiennes llevaba varios años interesado en esta historia y siempre quiso que fuese dirigida por el realizador canadiense.
Al reflexionar sobre el personaje, Cronenberg otorga la misma valoración a los sueños que a la realidad. Cree que ambos son igualmente genuinos, que los recuerdos y las distorsiones de la realidad se interrelacionan, se mezclan y tratan de prevalecer unos sobre otros. Considera haber concretado en este nuevo proyecto, un ejercicio de introspección, de reflexión acerca de la locura y la memoria, compartiendo con Mc Grath su interés por la exploración psicológica de las dificultades en las relaciones humanas, especialmente las familiares.
Acompañan la actuación de Fiennes, Gabriel Byrne en el papel de padre de Spider y Miranda Richardson que representa tres personajes: la madre, una prostituta y una vieja avara. La fotografía pertenece a Peter Suschitzky y la música estuvo a cargo de Howard Shore.
El rodaje fue realizado principalmente en Londres y Toronto con un presupuesto estimado en 8 millones de dólares. El financiamiento no fue fácil, ni siquiera la presencia de Fiennes fue suficiente para convencer a los inversores, pero su apoyo y el del resto del elenco igualmente resultaron determinantes.
Alejandro Zuy