Los disfraces en la Expocomics
La máscara tras el rostro
Los disfraces en la Expocomics
por Jotar
La Expocomics & Animé, realizada en Buenos Aires entre el 23 de noviembre al 2 de diciembre, no dejó demasiado en el tintero en una Argentina sumida en una profunda crisis. Sin embargo, hay algo para destacar y tiene que ver con la pregunta que pretende responder este artículo: ¿Qué hay detrás de los chicos y chicas que se convierten de personajes salidos de cómics, juegos, cine y TV, y pululan por pasillos atestados de otros jóvenes aparentemente iguales a ellos?¡Santos trucos de la explosión! Es posible que sólo la Espada de la Luz nos devele el misterio. Así que, Autobots, ¡transfórmense! ¡Adelante, Realistas de la Restauración, yo los elijo, para salvar al mundo de la devastación y desproteger a los pueblos de nuestra nación...
¿Que qué estoy diciendo? Creo que la sobre exposición a un ambiente de pseudo cómic japonés y memorabilia sesentosa vivido durante el último Expocomics & Animé, realizado en el Predio Ferial de Palermo del último 23 de noviembre al 2 de diciembre, afectaron considerablemente las facultades mentales de este pobre cronista. Escribir una nota sobre el colorido o el contenido de este maravilloso shopping del siglo XXI sería como agregar una gota de agua dentro de un tanque cisterna... por lo tanto, he decidido sumergirme en el glamoroso mundo del disfraz, del engaño visual y del arte del camuflaje juvenil. ¿Qué hay detrás de los chicos y chicas que se convierten de personajes salidos de cómics, juegos, cine y TV, y pululan por pasillos atestados de otros jóvenes aparentemente iguales a ellos? Esta nota se trata exclusivamente de lo que se halla mucho más profundo tras la superficie de sus máscaras. Un viaje al desconcertante mundo de la fantasía mental pre y post teenager.
Huele a espíritu adolescente
"Bueno, no se, vine porque tenía ganas de hacer el ridículo, prácticamente." Shaoran Li, el ex-rival y actual amigo-socio-enamorado de Sakura, la Card Captor sobre ruedas, se confiesa. En este caso no se trata de un niño que ayuda a la heroína a recuperar las cartas Clow, sino de un rubio muchacho de 16 años de nombre Darío. "El disfraz lo hilvané yo y me lo cosió mi vieja." Dice entre risas de sus acompañantes. Es obvio que Darío busca lo que todo adolescente necesita y se traduce como "aceptación grupal". Si todos los amigos se disfrazan, yo no puedo quedarme atrás. Su disfraz consiste en un traje largo al estilo oriental, con el clásico gorrito estilo mandarín, representación casi perfecta de su par televisivo. Verde y amarillo. Darío sonríe como advirtiendo que efectivamente está haciendo el ridículo, aunque nadie se lo diga. En este mundo de apariencias él es parte del color de relleno.
Una de sus compañeras resulta ser Lina Imbers, de la serie animé Slayers. Como su personaje, Florencia, de 17 años, ojos grandes y audaces, es mucho más agresiva que su chino amigo Li. Esto nos pone frente al primer descubrimiento. Hombreras de batalla, capa y espada. Consciente o inconscientemente, cada joven elige un personaje a su medida. Las características externas del personaje son meros detalles en comparación al paralelismo de sus psicologías. En otras palabras, cada disfrazado da el psique du rol. "Vine a Expocómics así por las ganas de divertirme. Me dijeron que era más divertido." Tras la clásica frase "lo hice sólo por diversión" se esconden motivos que ya hemos explicado como en el caso de su acompañante Darío. Esos motivos están todos emparentados con el concepto de adolecer... Adolecer de pertenencia.
No sólo el mundo del manga y del animé están presentes a la hora de convertirse en referentes de la generación "Y". Nuevos híbridos nacen, crecen y se reproducen a la sombra, o más bien debería decir, al resplandor de una pantalla de computadora. Es el caso de Seifer Almacy, erradicador de espectros en el juego para Playstation Final Fantasy 8. Su eslabón con el mundo de los mortales juveniles: Pablo, un muchacho alto de 15 años de edad. Aunque aún hay marcas de acné en su rostro, porta una impresionante espada cuyo mango no es otra cosa que un arma de fuego. "La gabardina la compré en la Feria de las Pulgas, todos los adornos los hice en un material que se llama goma "Eva", recortados y pegados. El Arma, que es una combinación de pistola y espada, me ayudó un amigo a hacerla." Horas invertidas en la realización del perfecto disfraz. "Ya había venido disfrazado de lo mismo el año pasado, pero me había salido bastante mal". La revancha de Pablo se materializa. Está contento porque lo paran y le piden sacarse fotos con él. Su orgullo se inflama. Aunque no todas son rosas en el Jardín Salvaje que es Buenos Aires puertas afuera de la exposición. "Vine así por la calle, fue terrible. Primero caminé seis cuadras para comprar un rollo de fotos, y ahí me miraban re-mal. Por el calor y la gente que te mira así fue terrible. Pero en sí, es divertido, que la gente te mire torcido y que vos les pongas cara de malo." Es cierto, Pablo, huele a rebelión adolescente más que a espíritus alienígenas vaporizados.
Por el honor del género
"Estoy de civil". Nos dice Fernando de 19 años, que con sus patillas morochas superpobladas aparenta muchos más y complementa a la perfección la apariencia externa de Logan, más conocido como Wolverine (o Guepardo, o Lobezno, según medio y origen de la traducción) del cómic X-Men. Fernando es mucho más maduro de lo que uno pensaría de un joven disfrazado. El lo resume así: "Decidí venir así para reivindicar el cómic. Vine el primer día, y vi demasiado manga, muchos personajes disfrazados de esto. Fue una forma de fomentar más el género." Sus patillas y su camisa leñadora son reales, no son un disfraz, y sin embargo... "Vine por la calle caracterizado la primera vez, pero ahora, ya no. En la calle la gente te reconoce, algunos se ríen, otros solamente miran. No tenía las garras puestas –hechas de telgopor prensado, pintadas de plateado- y sin embargo me gritaban, ¡Logan, Logan! Todo bien, muy buena onda." Quizás de los personajes entrevistados, Fernando Logan el más difícil de sondear a primera vista. Alguien con un gran mundo interior privado y el menos exhibicionista. Otra coincidencia notable entre el personaje de los X-Men y su propia personalidad.
La modestia es también la característica principal de esta espectacular Lara Croft, la heroína virtual entre las heroínas, de nombre Cynthia y también de 19 años. Alta, cabello castaño recogido en clásica trenza y bien formada para el caso, Cynthia parece dudar de su apariencia. "Siempre hay alguien que te critica, pueden decir que está re-mal. Traté de hacer lo mejor posible." Créanme cuando les digo que Cynthia es Lara, -o se le parece muchísimo- por lo tanto su inseguridad es más un producto de su humildad que de sus limitaciones. "Juego al Tomb Raider desde hace mucho. Vine al Fantabaires que se hizo el año pasado y me gustó mucho la idea de disfrazarme. No sabía de qué. Me vestí de ella porque me gusta el personaje." Lara relata lo gracioso de venir producida por la calle, aunque reconoce sólo haber caminado dos cuadras luego de bajarse de un auto. "Las pistolas por supuesto las guardé, sino la gente iba a salir corriendo. Yo escuchaba que decían, mirá, mirá, es Lara. No me gritaron nada y después acá en general tuve muy buenas críticas." Su novio -que se identifica además como su agente- vuelve a abrazarla y la introduce otra vez en el mundo de pasillos repletos y bulliciosos.
Si te he visto no te reconozco
Aunque todos salen a la caza y a la pesca de los quince minutos de fama que cada ser humano tiene por derecho, según cuentan algunos, no todos buscan ser reconocidos enteramente. Algunos buscan un llamativo anonimato. Many Calavera, protagonista del juego de Lucas Arts, Grim Fandango, es un esqueleto que trabaja en la tierra de los muertos tratando de venderle pasajes para el otro mundo a los recientemente fallecidos. Tras la máscara de calavera de la tradicional festividad mexicana, la túnica negra con capucha y la hoz, se esconde Lucas, de 21 años. "Traje todo a escondidas para que ni mis amigos supieran que me iba a disfrazar. De hecho, es muy gracioso cuando voy caminando por ahí y saludo gente que me conoce, pero que no me reconoce." ¿Qué lo movió a convertirse en un fenómeno conocido e irreconocible al mismo tiempo? Su definición, "¿Disfrazarme? Divertirme. Por que si no, la verdad es que esto es un embole... no da para más de media hora e irse." Lucas, una persona de muy buen humor al igual que otros, pero con el impulso que a más de uno le hace falta a la hora de cruzar la línea que separa al disfrazado del que lo mira.
Agustín tiene 18 años. Es imposible saber a que se dedica este joven que bien podría estar terminando la escuela y podría ir a bailar los fines de semana como tantos otros mezclándose entre la multitud. Pero en Expocomics esta condición de igualdad con los de su edad se termina abruptamente. Su rostro es negro y tiene marcas rojas atigradas que lo surcan. Retira su capucha y saliendo de su cuero cabelludo afeitado se observan unas hileras de cuernos. Ya no se trata de Agustín, sino de Darth Maul, el villano Sith de la película Star Wars Episodio 1. Su disfraz es asombrosamente creíble y pocos son los detalles que indican que no se trata del verdadero actor. "Tardo cerca de cuatro horas para maquillarme. Me ayuda un amigo que está estudiando pintura en una escuela de arte." Como si fuera en la película. "Exactamente". Luego de la rigurosa pose con el sable láser doble Agustín confiesa que el venir por las calles producido como Darth Maul le resultó divertido. "Me tocaban bocina, me reconocían. La verdad que la gente me gritaba, pero bien, me vivaban."
La gloria de ser alguien que uno no es. La tentación de ser alguien quien todos conocen –al menos en este medio dónde la fantasía y la ciencia ficción ocupan un lugar de privilegio-. Ese es el principal motor y motivador para la caracterización de decenas de chicos y chicas que pasaron y pasearon sus cuerpos animados por la selva de papel y componentes digitales. Alguien se me acerca y me dice, "Eh, cada día más parecido a Qui-Gon Jinn". Y eso que solamente llevo el pelo largo recogido y una barba que bien se que tengo que recortar... Quizás el año que viene La Fuerza estará conmigo y supere la invisible barrera que separa al entrevistador de los entrevistados.
Jotar, 10/12/01
Comments
la mejor pàgina DEL MUNDO
bueno yo estuve en los expocomics y solamente puedo felicitar a los pibes que se disfrazaron como yo ( de una revista gigante) y decirles que cagarse en el ridiculo es una de las mejores cosas que se puede hacer en esta suerte de años o vida (chan chaaán...) y que de paso tambien otra de las mejores cosas que se pueden hacer es entrar a "clober.com.ar" para cultivar el bocho... adío
-Eneas-