Habla Guillermo Del Toro
(El País)
Mientras termina el montaje de El espinazo del diablo, Guillermo del Toro está preparando las maletas para regresar a Hollywood.
El director por estos días se encuentra terminando su primer película española; una producción que contó con un presupuesto de 1000 millones de pesetas (más de 6 millones de dólares) y de la que participaron Marisa Paredes, Federico Luppi y Eduardo Noriega.
El espinazo del diablo "es mi pelicula más personal y la experiencia profesional más feliz que he tenido en mi vida" dijo el director. "Es un melodrama con trasfondo gótico; un cuento de fantasmas, la historia de un orfanato en medio de la nada, un orfanato para niños con espinas bifidas donde se ha cometido un crimen terrible y la llegada de un niño precipita los acontecimientos" explico Del Toro.
Ahora el cineasta mexicano (director de Mimic y de Cronos) preparará en Los Angeles el rodaje de Blade II, que contará con un presupuesto de 50 millones de dólares y las actuaciones de Wesley Snipes, Kris Kristofferson y Terence Stamp.
"Con Mimic aprendí que en Hollywood las batallas se ganan de a poco" dijo Del Toro que intentara que su estilo sobreviva frente a la maquinaria de los grandes estudios.
Es bueno señalar que este director que vive en Austin, Tejas, desde hace un par de años tiene una cultura totalmente mexicana; según sus propias palabras: "de pequeño pertenecía a una congragación mariana con la que nos llevaban a rezar a las catacumbas de un templo Gótico en Guadalajara. Los niños quitabamos las losas para ver los cadaveres y tocarlos. No existe nada más gore que el Mexico católico. Mi gusto por las visceras y la sangre es una malformacion que podríamos llamar lógica" contó en alguna entrevista, y remarcó que "Lo normal es que me gusten los muertos, aunque yo lo que busco es la humanidad del horror, la empatía con el dolor"

El director por estos días se encuentra terminando su primer película española; una producción que contó con un presupuesto de 1000 millones de pesetas (más de 6 millones de dólares) y de la que participaron Marisa Paredes, Federico Luppi y Eduardo Noriega.
El espinazo del diablo "es mi pelicula más personal y la experiencia profesional más feliz que he tenido en mi vida" dijo el director. "Es un melodrama con trasfondo gótico; un cuento de fantasmas, la historia de un orfanato en medio de la nada, un orfanato para niños con espinas bifidas donde se ha cometido un crimen terrible y la llegada de un niño precipita los acontecimientos" explico Del Toro.
Ahora el cineasta mexicano (director de Mimic y de Cronos) preparará en Los Angeles el rodaje de Blade II, que contará con un presupuesto de 50 millones de dólares y las actuaciones de Wesley Snipes, Kris Kristofferson y Terence Stamp.
"Con Mimic aprendí que en Hollywood las batallas se ganan de a poco" dijo Del Toro que intentara que su estilo sobreviva frente a la maquinaria de los grandes estudios.
Es bueno señalar que este director que vive en Austin, Tejas, desde hace un par de años tiene una cultura totalmente mexicana; según sus propias palabras: "de pequeño pertenecía a una congragación mariana con la que nos llevaban a rezar a las catacumbas de un templo Gótico en Guadalajara. Los niños quitabamos las losas para ver los cadaveres y tocarlos. No existe nada más gore que el Mexico católico. Mi gusto por las visceras y la sangre es una malformacion que podríamos llamar lógica" contó en alguna entrevista, y remarcó que "Lo normal es que me gusten los muertos, aunque yo lo que busco es la humanidad del horror, la empatía con el dolor"