Terror bajo cero: Las aventuras de Arthur Gordon Pym
Terror bajo cero: Aventuras en el polo sur
por Pablo Sapere
Edgar Allan Poe, Jules Verne, Howard Philiphs Lovecraft... Tres de los mas importantes autores de la literatuta fantástica convergieron con alguna de sus historias en un único y terrible punto del mapa: El Polo Sur. Esta nota recorre el camino que hicieron estos autores al país del hielo eterno.La Antártida, desde su descubrimiento, fascinó a los hombres.
En el siglo XVII el marino británico James Cook fue el primero
en cruzar el círculo polar antártico. A partir de ese momento
numerosos barcos se acercaron al continente hasta que el 7 de
febrero de 1821 el marino estadounidense John Davis logró
colocar su pie sobre la tierra (el hielo en realidad).
Las descripciones que llegaban eran muy llamativas: desiertos
helados y atardeceres eternos convertían a la Antártida en un
lugar realmente misterioso.
Las noticias sobre este nuevo continente llegaron a los oídos del brillante escritor Edgar Allan Poe, quien siempre se mantenía informado de las últimas novedades científicas (al fin y al cabo la geografía es prácticamente un ciencia).
Poe se sintió hechizado por el polo sur, el cual lo inspiró
para escribir uno de sus primeros relatos Manuscrito hallado
en una botella y posteriormente la novela Aventuras de
Arthur Gordon Pym. A su vez la novela de Poe inspiró a otros
dos grandes de la literatura fantástica, Jules Verne y H.P.
Lovecraft, a escribir sus propios relatos antárticos (también
el ignoto Charles Romyn Dake escribió una olvidada secuela de la
obra de Poe).
Esta nota propone aventurarse hacia el sur, recorriendo las
heladas obras de estos autores.
Las Aventuras de Arthur Gordon Pym
Las Aventuras de Arthur Gordon Pym (Narrative of Arthur
Gordon Pym of Nantucket) fue originalmente publicado en
entregas en el Southern Literary Messenger en el año 1837,
solo 16 años después de que Davis pisara la Antártida.
Si bien apenas suma unas 200 páginas es la obra más extensa que
escribió Edgar Allan Poe.
Inevitablemente, y pido perdón por eso, estoy obligado a
hacer un breve y desmerecedor resumen argumental de la obra.
Las Aventuras... es un relato en primera persona, narrado
por el mismo Arthur Gordon Pym. Este es un joven de espíritu
aventurero que se embarca subrepticiamente en el barco del padre
de un amigo.
Su vida de polizón se complica sobremanera cuando el navío
sufre un motín luego de una serie de intrigas (evidentemente
esta síntesis argumental está muy simplificada) Pym logra
recuperar el control del barco en el cual sólo quedan otros tres
sobrevivientes: August, Peters y Parker. En medio de una tormenta
el navío naufraga y si bien se mantiene a flote sus ocupantes se
quedan sin provisiones. Esto da lugar a una de las situaciones más
horribles que se han llegado a ver en la literatura. Los
sobrevivientes debieron recurrir al canibalismo para sobrevivir:
mediante un sorteo, la elección de la paja mas corta, los
navegantes decidieron quien debía morir para servir de vianda al
resto. El perdedor resulto el desdichado Parker.
Finalmente el pecio es rescatado por la goleta Jane Guy
con sólo dos sobrevivientes: Pym y Peters.
La Jane Guy era capitaneada por William Guy cuyo principal
objetivo era investigar las zonas inexploradas cerca del polo sur.
Hacia allí se dirigen con el barco, logrando cruzar la barrera
de hielo y descubriendo una extraña isla habitada por salvajes
de piel negra y un inexplicable terror hacia todo lo blanco.
Estos se muestras muy amistosos, pero finalmente mediante una
trampa logran asesinar a casi todo la tripulación de la Jane Guy.
Solo se salvan Dirk Peters y Arthur Gordon Pym.
Los dos sobrevivientes logran mantenerse con vida y descubren en
la isla una serie de curiosas inscripciones, finalmente logran
hacerse de una canoa con la que se lanzan a la mar en donde
encuentran una irresistible corriente que los empuja hacia el sur,
hacia el polo.
A medida que acercan al fin del mundo todo el entorno va
cambiando, se ve una enorme columna de vapor en el horizonte, el
agua toma un tinte lechoso y se calienta, cae sobre le canoa un
finísimo y pálido polvo, decenas de aves gigantes y blancas
gritan ¡Tekeli-li, Tekeli-li!
Sin dudas lo más sorprendente es el final, transcribo
textualmente:
Entonces nos precipitamos en el seno de la catarata, que se
entreabrió como para recibirnos. Pero he aquí que, a través de
nuestro camino, se alzó una figura humana de proporciones mucho
mayores que las de ningún habitante de la tierra, con el rostro
velado; el color de su piel tenía el blanco purísimo de la
nieve.
Eso es todo, mas abajo sólo figura la explicación de que Pym falleció sin escribir los últimos tres capítulos de la historia, además hay una escueta explicación de las inscripciones halladas en la isla escritas en diferentes lenguas (árabe, etíope) y que sólo agrega mas misterio al asunto.
Hay quien dice que los mejores finales son los que dejan mas preguntas que certezas. Si aceptamos esto, Las Aventuras de Arthur Gordon Pym tiene uno de los finales mas brillantes que hemos leído.
Esta obra, bajo el aspecto de un simple relato de aventuras, entraña diversas implicancias que la alejan del carácter aparentemente evasivo de este tipo de literatura. Uno de los elementos más curiosos pasa por el terror a lo blanco, color que la tradición siempre le asignó valores de pureza y bondad.
La Esfinge de los Hielos
En abril de 1864 se publica Edgar Poe et ses euvres, firmado
por un tal Jules Verne. Este escritor estaba dando sus primeros
pasos y todavía estaba lejos el día en que lo bautizaron El
Padre de la ciencia ficción. El ensayo mencionado no es otra
cosa que un panegírico a la obra del escritor norteamericano: "Permitidme
hablaros de ese hombre célebre y de sus obras; que ambos ocupan
un lugar importantísimo en la historia de la imaginativa".
Al final de este texto Verne escribe sobre el final de Las
Aventuras de Arthur Gordon Pym: "Y el relato queda así
interrumpido, ¿quién lo continuará? Otro más audaz que yo y más
osado para internarse por los dominios de lo imposible".
Treinta y tres años después (en 1897) a Jules no le faltaron ni audacia ni osadía para continuar la novela de Poe. Ese mismo año publicó La Esfinge de los Hielos (Le Sphinx des glaces) donde retoma la historia que "abandonó" Poe.
La Esfinge de los Hielos transcurre once años después de los
sucesos acaecidos en Las Aventuras... En este caso el
protagonista es un tal Jeorling, un geólogo norteamericano que
no se sabe porque razón esta paseando por las islas de los mares
del sur.
Este muchacho termina embarcado en la goleta Halbrane capitaneada
por Len Guy hermano del difunto William, capitán de la Jane Guy
donde había viajado Arthur Gordon Pym.
Len parte hacia el polo en busca de su hermano convencido de que
estaba vivo. Resumiendo... diremos que lo encuentra. Según Verne
el Capitán William Guy se salva de la emboscada de los nativos y
puede sobrevivir junto a seis hombres en esa isla sureña. Mas
retorcido resulta el final de Pym quien no habría vuelto de las
regiones polares. El que volvió fue Dick Peters quien llevó
consigo un cuaderno con notas escritas por Pym para que Poe
hiciera su novela (La Esfinge... juega también sobre el
eje ficción/no ficción que propusiera originalmente Poe).
Según Verne todo lo que vio Arthur Pym fue producto de su
estado mental... es decir que en su voluminosa novela no hay
vapor, ni aves gigantes, ni nubes de polvo. Así el padre de la
ciencia ficción reduce a la enorme figura blanca que menciona
Poe a un simple bloque de hielo con forma de esfinge y extrañas
propiedades magnéticas.
Para saber que pasó con el pobre Pym tendrán que leer el libro.
Esta claro que Verne se dejo llevar por sus tendencias positivistas, racionalizando lo que Poe había dejado en el plano de lo fantástico. A pesar de que La Esfinge de los Hielos desvirtúa las aventuras de Pym y de que sin dudas se trata de una obra menor del brillante escritor francés, su lectura es muy entretenida y recomendable.
En las Montañas de la locura
El último capítulo de esta historia fue redactado por H.P. Lovecraft. El creador de la mitología de Cthulhu no continuó la obra de Poe sino que la reinterpretó, convirtiéndola en una parte mas de su ciclo de Cthulhu.
En 1931 Lovecraft escribe la novela corta En las Montañas de
la Locura (At The Mountain Of Mandness), el relato de una
expedición científica al polo sur enviada por la Universidad de
Miskatonic.
Apenas llegan a la Antártida, los científicos descubre unas
montañas de una altura increíble (mas de 10.000 metros) y junto
a ellas unos fósiles antediluvianos de una raza desconocida
aunque muy semejantes a las que figuran en algunos grabados del
prohibido Necronomicón.
Luego de que algunos científicos murieran asesinados por una
mano misteriosa, dos miembros de la expedición deciden cruzar en
avión la cadena montañosa, descubriendo una ciudad construida
cientos de siglos antes de la aparición del ser humano.
Mediante el desciframiento de una serie de bajorrelieves los
investigadores lograron reconstruir la historia de los seres que
edificaron esa metrópoli, descubriendo que los autores de esa
arquitectura aberrante habías sido esos seres fosilizados que
habían encontrado.
No avanzaremos demasiado en el argumento de esta historia, tal
vez una de las mejores que escribiera Lovecraft, para no quitarle
su magia. Sólo agregaremos que HPL le asigna el terrible grito ¡Tekeli-li,
Tekeli-li! a estos seres: Los Antiguos.
Hacia el final de la historia Lovecraft escribe "Poe había
debido recurrir a unas fuentes muy poco conocidas cuando estaba
escribiendo Las Aventuras de Arthur Gordon Pym. Se recordará que
en esa fantástica narración hay una palabra de significado
desconocido, pero prodigiosa y terrible, y que gritan las aves
gigantes, blancas como espectros de aquellas malignas regiones
antárticas: ¡Tekeli-li, Tekeli-li! . Esto, debo admitirlo, es
lo que creímos oír en aquel grito que venía desde esa niebla
blanca "
¡Tekeli-li, Tekeli-li!
En pleno año 2000 se supone que el continente blanco esta totalmente explorado y catalogado. Se dice que decenas de expediciones han revisado y horadado los hielos más profundos. Hay quien afirma que no se han visto las montañas colosales que imaginó Lovecaft y los mapas se empeñan en mostrar que no se puede llegar navegando al polo, como afirmaban Poe y Verne.
Sin embargo en los últimos días circuló la noticia de que descubrieron una colonia de pingüinos gigantes (1,70 metros de altura). Si en todos estos años estos pingüinos lograron pasar desapercibidos existe la probabilidad, mantengamos la esperanza, de que algún día se escuche sobre los campos helados el terrible grito ¡Tekeli-li, Tekeli-li!.