La argentina promonitoria en El Eternauta - parte 1
LA
ARGENTINA PREMONITORIA
EN E L ETERNAUTA
DE HÉCTOR GERMÁN OESTERHELD
por Jorge Claudio Morhain
El Eternauta de H.G. Oesterheld, no sólo es la obra cumbre de la historieta argentina (y de la ciencia ficción argentina) sino que también sería un documento premonitorio del futuro de este país. Este extenso ensayo desarrolla al máximo esta hipótesis .1.El Eternauta, una historieta.
Como en ninguna obra de otro género cuyo análisis encarásemos, en el caso de El Eternauta debemos aclarar que se trata de una Historieta. Ni novela, ni cuento, ni cine. Una combinación particular de ilustraciones y textos secuenciados, conocida en la Argentina como "Historieta". Como para ningún otro género, la Historieta requiere, pues, una explicitación previa.
1.1.La Historieta.
Consiste este género literario en la concatenación inseparable entre la ilustración artística y una historia narrada.
Rivera. Panorama de la Historieta..., 4.
Esta característica especial obliga a considerar su análisis semántico teniendo en cuenta tres puntos de vista: lo textual, lo gráfico y lo historietístico.
Aunque ha bebido en las fuentes del cine, la Historieta difiere de ese género (más allá de lo obvio) en la mayor dosis de imaginación que el lector debe disponer en su interpretación. Su capacidad connotativa estaría a medio camino entre el cine y la literatura textual. Por otra parte, la ilustración pierde su carácter de gratuidad narrativa, de unicidad cognitiva, para ponerse al servicio de la continuidad de la anécdota: la carga significante de la ilustración aislada puede variar, reforzarse o debilitarse al servicio del relato. Por eso nunca podrá apreciarse el "dibujo de historieta" como entidad aislada (al estilo de Lichtenstein), sin descontextuarlo y cambiar inmediatamente de género expresivo: ya no será historieta sino dibujo, pintura, etc.; arte figurativo en suma, en contraposición del arte narrativo que es la historieta. Como no podría analizarse un guión sin aclarar que no se analiza una historieta sino un guión de historietas Las variaciones de valor en la capacidad narrante hacen más a la calidad intrínseca individual que a la aptitud del género.
Esa capacidad narrante tiene que ver con la cultura literaria y audiovisual de la época. La historieta de los tiempos iniciales puede parecernos arcaica y de continuidad fragmentaria, pero acaso eso se deba más a nuestra educación en una cultura de mass media, que al producto en sí. Jorge Rivera, en la obra citada (22), llama
Y llama
En tal caso, la Historieta neográfica es la más "historietística", por su mejor uso de la técnica verboicónica. Porque si acaso merece un nombre más técnico y ajustado, debiéramos reemplazar el peyorativo Historieta por el más realista de Narrativa Verboicónica.
1.3 Desvaloración y
Devaluación
Sus orígenes meramente mercantilistas (atraer lectores para secciones áridas en los periódicos), satíricas o infantiles se asocia a su nombre peyorativo -en Argentina- o equívoco -en el resto del mundo (Cuadrinhos, Brasil; Comics, Estados Unidos; Fumetti, Italia; Bande Desinée, Francia; Tebeos, España; etc.) para conformar su desprestigio secular.
La suposición de un exceso de facilismo en su lectura contribuyó a descalificarla y aún a anatemizarla.
Esa condición de "género marginal" (el mismo Jorge B. Rivera escribió para la Historia de la Literatura "Capítulo" de CEAL su historia del género dentro del tomo "Literaturas Marginales") favoreció (y favorece) su producción sin los controles sociales que impone la difusión, la crítica y la investigación. Es decir, acentúa la publicación de "material historietístico" que proporcione dinero rápido, sin otro objetivo.
La "fabricación" rentable de ese material exige su producción rápida. El método norteamericano implica la fragmentación de la tarea: alguien propone el tema, otro escribe el guión, uno lo hace a lápiz, otro dibuja los escenarios, otro lo pasa a tinta, etc. En Argentina esta fragmentación suele hacerla el dibujante, creando estudios de producción. Si no, trabaja solo. Y rápido. Lo mismo sucede con el guionista. Además, la rentabilidad implica bajas remuneraciones. Lo que conlleva baja calidad de los trabajos. Esta mala producción retroalimenta la desvalorización: al no existir el feed-back (las cartas son escasas), el editor tiene las manos libres para seguir girando la rueda. Consecuencia: la clara devaluación del género.
1.4.Valoración y Sobrevaloración.
A partir de Umberto Eco (Apocalípticos e Integrados) que en 1965 elevó la Historieta e nivel de género "estudiable", pasando por investigadores como Dorfman y Mattelart (Para leer el Pato Donald). Y, aún como materia curiosa o tema "snob", los intelectuales se ocuparon de ella. Lichtenstein y Warhol utilizaron su gráfica en obras "mayores" (descontextualizándola, claro). Pero fue de todos modos una revalorización, o al menos una mise en scene que significó para muchos enterarse de su existencia. La aparición de la crítica -apenas incipiente en nuestro país, y sumamente monotemática por un real desconocimiento del medio por parte de los críticos e historietólogos (salvo honrosas excepciones) significa un comienzo de apreciación, aunque ineficaz casi siempre, por darse en los mismos medios historietísticos, y no en los ámbitos habituales de la crítica (salvo de nuevo a las excepciones, como Clarín).
Por otra parte, los nuevos métodos educativos descubren con Rodari que el niño que lee historietas...
A los personajes se les debe atribuir una voz. Es cierto que cada bocadillo tiene el punto de partida casi siempre marcado con precisión: la boca, si el personaje habla; la cabeza, si el personaje piensa (también la distinción entre lo pensado y lo hablado comporta la lectura atenta de ciertas señales). Cuando los personajes dialogan, se les debe atribuir las palabras a uno o a otro; comprender en qué orden son pronunciadas (en las historietas el tiempo no siempre va de izquierda a derecha como en la línea tipográfica); si son contemporáneas; si un personaje habla y otro piensa; si uno de ellos piensa una cosa y dice otra, etc.
Simultáneamente debe reconocer y distinguir los ambientes, internos y externos, registrar sus modificaciones, su influencia sobe los personajes, recoger los elementos que anticipan lo que podrá ocurrir al personaje si hace cierta cosa o si va a determinado lugar que él no sabe porque no es omnipresente como el atento lector. En la historieta el ambiente no es casi nunca decorativo, sino funcional con respecto a la narración, a la estructura de la narración. Una intervención activa, activísima diría, de la imaginación es necesaria para llenar los vacíos entre una viñeta y otra. En el cine o en la televisión, las imágenes se suceden con continuidad, describiendo punto por punto el discurrir de la acción. En la historieta la acción puede comenzar en la primera viñeta y acabarse en la siguiente, saltando todos los pasajes intermedios. El personaje que en la primera estaba pavoneándose a caballo, en la segunda ha acabado en el polvo; la verdadera y propia caída debe imaginarse. De cierto gesto es visible el efecto final, pero no su desarrollo. Si los objetos están en una disposición cambiada, es necesario imaginar el recorrido realizado por cada uno de ellos desde la posición primitiva a la nueva.
Todo este trabajo se confía a la mente del lector. Si el cine es escritura, la historieta es escenografía, desde la cual es necesario volver al texto.
Mientras tanto, el lector no deberá perder de vista los sonidos indicativos en los correspondientes "bocadillos", aferrar los sentidos (un "screek" no es lo mismo que un "squash"), individualizar la causa. En las historietas más banales el alfabeto de los rumores es muy limitado y grosero. En las cómicas o en las más sofisticadas, a los rumores fundamentales se suman frecuentemente nuevas invenciones, y también éstas se deberán descifrar.
Todo el curso de la historia tiene que reconstruírse en la imaginación, combinando las indicaciones dadas por los pies con los diálogos y los rumores, con las dadas por el dibujo y el color, reuniendo mentalmente en un solo hilo continuo los diferentes hilos de que consta la escenificación, cuya trama permanece invisible durante largos períodos. Es el lector quien da sentido al conjunto; a los caracteres de los personajes, que no están descriptos sino mostrados en la acción; a sus relaciones, que son consecuencia de la acción y su desarrollo; a la acción misma, que se desvela sólo por medio de saltos y fragmentos.
Para el niño de 6-7 años me parece un trabajo suficientemente interesante, rico en operaciones lógicas y fantásticas, independientemente del valor y de los contenidos de la historieta, en cuya discusión no entramos aquí. Su imaginación no asiste pasiva, sino que es llamada a tomar posición, a analizar y sintetizar, clasificar y decidir. No hay espacio para el fantaseo vacío mientras la mente está obligada a una atención compleja; la fantasía es obligada a asumir sus funciones más nobles. Diría que, hasta cierto punto, el principal interés del niño por las historietas no está condicionado por su contenido, sino en relación directa con la forma y con la técnica de expresión. El niño quiere apoderarse del medio.
Lee la historieta para aprender a leer la historieta. Para comprender las reglas y las claves. Goza con el trabajo de su propia imaginación más que con las aventuras del personaje.
Esto no quiere decir que las cosas aparezcan siempre tan claras. Pero vale la pensa profundizar y distinguir, si la distinción nos ayuda a no subvalorar al niño, ni siquiera en esta ocasión. No subvalorar su seriedad de fondo, el compromiso moral que pone en todas sus cosas.
Todo lo demás, sobre historietas, ya ha sido dicho, para bien o para mal, y yo no lo repetiré.»
Rodari. Gramática de la Fantasía, 165-68
Salvado el "efecto pernicioso" para los niños, quedaba aún considerar su valor para los adultos. Esa tarea aún no está hecha. Y la marginalidad del género ha llevado a identificar a sus estudiosos como adalides de causas perdidas, o a lo sumo como exégetas de exotismos o rescuers de lo bizarro. Entonces, ellos se ponen a la defensiva e intentan recargar sus apreciaciones con los máximos significados y subdiscursos. Como para hacer ver que el género también puede generar su hermetismo cenacular. La sobrevaloración lleva al aislamiento.
La Historieta es un medio de expresión lo suficientemente rico como para que sea sólo eso: un medio de expresión.
El medio en el que se expresa la obra El Eternauta es, pues, la Narrativa Verboicónica. Y con esa premisa la analizaremos.
2.Los Cinco Eternautas
En la página 7 del Nº 1 de la revista Hora Cero, Suplemento Semanal, del 4 de setiembre de 1957 ($ 1,50), aparecía "UNA CITA CON EL FUTURO: el ETERNAUTA; MEMORIAS DE UN NAVEGANTE DEL PORVENIR". Tal el nombre completo con que Héctor Germán Oesterheld presentaba la historieta dibujada por Francisco Solano López. Se publicó todas las semanas, a razón de tres o cinco planchas por revista, hasta la página 19 del Suplemento Nº 106, del 9 de setiembre de 1959. Costaba $ 4.-. Y había disminuido notablemente su calidad artística, con la ausencia de los grandes nombres iniciales (Pratt, Del Castillo, Roume, etc.). También la calidad del papel se había derrumbado. Y, en cierta forma, las historias tenían menos aliento, menos majestuosidad.
2.1.1.Cuadro de Situación.
El 16 de setiembre de 1955 es derrocado Perón. El 13 de noviembre es destituido Lonardi, que propiciaba "ni vencedores ni vencidos". Se establece un férreo mecanismo de censura hacia todo lo que tenga que ver con "el régimen depuesto"; aún nombrar por su nombre a Perón está prohibido. En 1956 fracasa el movimiento del general Valle y se lo fusila junto con sus seguidores. En 1957 se divide el radicalismo. Lucas Demare filma Detrás de un largo muro, y Torre Nilsson La casa del ángel. En 1958 gana las elecciones Arturo Frondizi, y produce un giro en la política petrolera que había de algún modo preanunciado. La inestabilidad del gobierno y los continuos planteos militares, la crisis económica y el conocimiento de un pacto Perón-Frondizi mantienen al país en la inseguridad. Hay estado de sitio y huelgas generales.
2.1.2.La obra.
Este estudio se centrará en este Eternauta, al que he calificado de Obra Cumbre. Digamos solamente que se traza en ella lo principal de la historia: la invasión extraterrestre, la resistencia y la desaparición final en el Tiempo.
Rivera, op.cit., 52
«Esta historia es, a no dudarlo, la mejor aventura de ciencia ficción escrita en la Argentina y la mejor historieta nacional de todos los tiempos.»
García y Ostuni, El Eternauta, en Comic Magazine 1(2), 7
«El Eternauta I representa la cumbre de la historieta de ciencia ficción argentina.»
Cáceres, Charlando con Superman, 198.
Fueron 350 planchas (páginas) en blanco y negro.
2.2.Narración en prosa: otro ámbito
En 1962 Oesterheld republica El Eternauta como historia unitaria, en tres tomos. En vista del éxito conseguido Editorial Ramírez comenzará a editar con el autor la revista El Eternauta. En febrero de 1962 aparece el primer número ("Nº 4"), donde el protagonista narra, en prosa, su aparición en Hiroshima en el momento de la explosión atómica (pag. 31-53).
En el número 5 (pag. 101-127) su protagonismo es en Pompeya en momentos de la erupción del Vesuvio.
Recién en el número 6 (95-114), El Eternauta retoma la historia original, en cierto modo. Continuará hasta el número 9, donde la publicación se interrumpe definitivamente.
2.2.1.Cuadro de Situación.
La revolución triunfante en Cuba gira al comunismo. Una visita del Che a la Argentina complica la situación presidencial. Finalmente, el 29 de marzo Frondizi es derrotado y comienza El Onganiato, sinónimo de oscurantismo, represión y desculturización.
2.2.2.La Obra
Luego del interregno del Eternauta "testigo" de grandes acontecimientos (técnica que tendría su cumbre en Mort Cinder), Juan Salvo aparece en el Delta, en una zona "limpia" de la nieve mortal de los invasores. Oesterheld narra aquí historias de sobrevivientes, una constante recurrencia a la traición y al engaño, un comienzo de la muerte como solución, donde El Eternauta se convierte en un constante asesino de sobrevivientes "pasados". Reencuentra a Favalli, y un grupo norteamericano los rescata, para que ayuden en el Gran Contraataque que vendrá del Norte. Pero, como si HGO se hubiese arrepentido en el curso de las entregas, los protagonistas viajan a Nueva York... sólo para presenciar su destrucción. Entonces son capturados por los alienígenos, y el dúo es llevado a otro planeta, donde se les propone una prueba de muerte para ingresar al servicio de los Ellos. En este punto la historia narrada en prosa se detiene para siempre.
No hay fuerza en estos relatos, no hay demasiado oficio narrativo. Los colores son chatos, las recurrencias a la desesperación y a los actos ciegos es constante. La situación se enfría rápidamente, y pierde lo mejor que tenía, el "color local", al extrañarse del planeta. La impresión que da es la de un borrador inconcluso y publicado sin mucha corrección.
2.3.El Eternauta de Breccia: otra historieta.
El 29 de mayo de 1969 la revista Gente, de Editorial Atlántida, comete un error. Comienza a publicar en su revista frívola, de tratamiento superficial de la realidad, la "pesada" narración de un Oesterheld desengañado y amargado, la "dura" historia de una invasión que dejaba poco lugar a la metáfora y mucha a la comparación con la historia argentina.
Para peor, el dibujante es Alberto Breccia, que, encandilado por la fama y el arraigo del Eternauta semanal, decidió utilizar las páginas de Gente para experimentar. El 18 de setiembre, en su número 216, la revista publica el último episodio del Eternauta Breccia, junto con palabras agraviantes para la cultura argentina: "Que me disculpe Breccia, un gran dibujante y diría artista, pero nosotros en nuestra misión de lograr comunicación no debíamos habernos entregado a la forma estética de su dibujo, que por momentos la hizo ininteligible. Aquí también la forma, el adorno, el medio, se convirtió en fin y quedó a mitad de camino de nuestra intención."
Esta disculpa estaba firmada por Carlos Fontanarrosa, director de la publicación.
2.3.1.Cuadro de situación.
Muchas cosas han pasado en el país. Onganía, el Cordobazo, casi contemporáneo a la aparición de este Eternauta. También en el mundo: Kennedy, Vietnam. La guerrilla ha comenzado a gestarse. La violencia como único medio de salir del huis clos político y cultural está adquiriendo status de verdadero. La hipocresía y el fingimiento se contraponen a la resistencia en las sombras. Oesterheld no está ausente.
2.3.2.La Obra.
El Eternauta de Breccia es una historieta menor. Sus dibujos son extraordinarios, las imágenes son sugerentes, la técnica apasionante. Pero la relación verboicónica es débil. Y el guión es endeble.
Cáceres, Germán. Op. Cit., 200
El mismo Oesterheld opinaba:
Oesterheld, en reportaje de Carlos Trillo y Guillermo Saccomano, en Página/12, 26/12/89.
Sea por esos cortes, como por el apuro por cerrar la historia, para no dejarla inconclusa, pero acaso mucho más por incapacidad del guionista para abstraerse del Eternauta Semanal, lo cierto es que muchas partes de la narración aparecen sintetizadas, como sobreentendidas, en implícita referencia a la primera versión que supuestamente el lector debiera conocer. Si funcionase así, si la historieta fuese teatro, donde se evalúa por un lado el guión y por otro la puesta, ésta sería una adaptación brillante, una nueva ilustración de un texto conocido. Y eso es lo que encandila a muchos que ven en ella una obra mayor, acaso maestra. Para quien se ha apasionado con el Nº 1, el Breccia es entrañable y hermoso. Pero si alguien nunca se aproximó a la historieta original, acaso quede más cerca de justificar al director de Gente que de los ofendidos historietistas. Las relaciones humanas, el fuerte de Oesterheld, quedan despiadadamente esquematizadas. Los personajes no alcanzan (no tienen tiempo) carnadura real. Las soluciones aparecen como mágicas, y es habitual la resolución por medio del texto. Y el recurso de la muerte, que ya habíamos visto en los cuentos (o fragmento de novela) se exacerba. Además, la declamación política es muy fuerte. La toma de posición notable. Aquí ya no somos elegidos por azar, o no estamos en el mejor de los casos narrando una invasión global desde nuestro punto de vista: ahora somos víctimas del Imperio del Norte. Situación acaso mucho más realista. Pero poco historietísticamente presentada. Poco narrativamente presentada, incluso. Por todas esas razones, la historieta Eternauta Breccia es una buena galería del gran artista Alberto Breccia. No mucho más.
Lo que no obsta para que haya servido como carta de presentación de la historieta nacional en el mundo:
Lipszyc, David. En Histoire Mondiale de la Bande Desinée, 200
2.4.La Segunda parte: obra menor.
Luego de publicar, primero en fascículos semanales, luego en libro y finalmente en versión coloreada, fascículos y libro, el Eternauta Semanal, Alfredo Scutti, director propietario de Ediciones Record, pide a Héctor Germán Oesterheld que continúe El Eternauta. Ediciones Record basa su método de trabajo en la venta a Italia de historietas producido en la Argentina. La publicación de todo el material anterior (excepto lo narrativo) creó la expectativa económica de una continuación: esta sería la motivación de las Segunda y Tercera partes.
En diciembre de 1976, en el Libro de Oro de Skorpio, comienza la Segunda Parte. Docientas cuatro páginas, esta vez en formato vertical.
2.4.1.Cuadro de Situación.
La Argentina ha entrado en su Noche Oscura. La invasión se ha producido.
Feinmann, en Página/12, 26/11/89, 20
Las hijas de Héctor Germán Oesterheld son Montoneras. Él colabora, convencido de la necesidad de la resistencia armada. Su labor es militante. Afuera, rugen las sirenas. Los muertos son impiadosamente exhibidos en las calles. Otros muertos, otros torturados, son sustraídos del mundo real. Entran a una zona nebulosa, de existencia ficticia. Desaparecen.
2.4.2.La Obra
García y Ostuni, Op. Cit., 9
Pero toda la historieta es fallida. Las situaciones son elementales. Se abusa de los recursos del suspenso. Se empobrece el entorno. Hay situaciones sin explicación y la historia del enemigo "bueno" se repite hasta el cansancio. La crueldad de ese ser alienígeno en que se ha convertido Juan Salvo, con superpoderes, ya ha sido destacada por García y Ostuni, más arriba. La exacerbación de la muerte como recurso final agota. Esta, diría yo, es una de las pocas malas historietas de Oesterheld. Y esto sin entrar a juzgar el contenido ideológico, que pudo ser mejor o peor, errado o acertado. De cualquier forma, como en el Eternauta-Breccia, los sistemas declamatorios son los peores que pueden emplearse para transmitir una idea, cualquiera sea. Oesterheld, en su desesperación por justificar su vida y la de los suyos, lo hizo.
2.5.La Tercera Parte: Traición Alienígena.
Como si los Ellos realmente hubiesen tomado venganza del autor Desaparecido, se publica la controvertida Tercera Parte.
Volvamos a García y Ostuni:
García y Ostuni, Op.Cit., 9
Este histórico malentendido, que será repetido a través de los siglos, me adjudica la última traición a Oesterheld. Es cierto, como allí dice, que Scutti hizo por su cuenta la Tercera Parte, 272 páginas hechas en parte por Solano, en su mayoría por mi hermano Mario y Osvaldo Viola (Oswal). Acaso porque mi hermano "firmó" muchas de las planchas, en lomos de libros, en carteles callejeros, etc., alguien dedujo que quien esto escribe era el guionista. Pero en realidad fue Alberto Ongaro, veterano autor italiano, quien viniera a Buenos Aires en la década del '50 como parte de aquel mítico equipo de Editorial Abril que hizo Misterix. Y que dio origen a la profesión historietística de HGO.
2.5.1.Cuadro de Situación.
En 1983 recuperamos la democracia. El 27 de octubre de ese año, la revista Feriado Nacional publicó un poster. Allí, el Sargento Kirk, Ernie Pike, Sherlock Time, Mort Cinder, Randall, Bull Rockett, Nahuel Barros, Ticonderoga Flint, las Madres de Plaza de Mayo, una multitud, y... El Eternauta, desfilaban por la Avenida de Mayo con una pancarta que decía ¿Dónde está Oesterheld?
Muy pronto lo hallaríamos.
En el libro Nunca Más.
Su última, eterna morada.
2.5.2.La obra
Esta historieta de ciencia ficción no está mal como novela-historieta. Es coherente, atractiva, bien hecha. Pero, es claro, nada tiene que ver con El Eternauta. Si cambiamos los personajes de Juan Salvo y del propio Oesterheld, no perdería absolutamente nada. Ganaría la memoria de HGO.
Y El Eternauta.
En 1997 y 1998 la revista Nueva publicó una nueva aventura de El Eternauta, con dibujos de Francisco Solano López y guión de su ayudante, Pablo Maiztegui (Pol). Vemos aquí a un Solano López con un dibujo fluido y europeizado, que se complementa con el color por computadora. Pero el guión es pobrísimo. Narra una revuelta en un mundo de una raza vacuna. No hay ninguna intriga, y la presencia de Juan Salvo (caído desde el continuum) es circunstancial, no decisiva y anecdótica. La presentación se hace en la cima de un ilusorio Uritorco (se ven vehículos en la cima, cosa imposible, así como profusión de yararás), con un grupo de jóvenes tampoco definidos. Aparentemente el guión fue hecho semana a semana, porque hay olvidos, reiteraciones y redundancias. Una pobre muestra del aprovechamiento del personaje.
Otra cosa es la versión de Ricardo Barreiro, "Odio Cósmico", con dibujos de Walter Taborda, Gabriel Rearte y color de Sebastián Cardoso. El planteo de Barreiro reinicia la invasión, inspirado en la película "Hombre mirando al sudeste". Luego de escribir dos episodios Barreiro muere. Continúa dos episodios más Pablo Muñoz, tratando de resolver todo rápidamente. El dibujo está encarado al estilo "comic" de superhéroes norteamericanos, estilo que hacia fines de los ’90 es el único que queda en la Argentina (junto con el manga), y por lo tanto el único conocido de los jóvenes compradores. Apareció entre mediados de 1999 y los primeros meses de 2000, cuatro números.
Dentro de la misma revista apareció un episodio suelto donde las protagonistas eran Elena y Martita, en el planeta de los cascarudos. Es una aventura trivial donde los manos salvan a las chicas. Legión fue de Armando Fernández y el dibujo de Castro Rodríguez con color de Guillermo Romano.