La argentina promonitoria en El Eternauta - parte 2

LA ARGENTINA PREMONITORIA
EN E L ETERNAUTA
DE HÉCTOR GERMÁN OESTERHELD

por Jorge Claudio Morhain

El Eternauta de H.G. Oesterheld, no sólo es la obra cumbre de la historieta argentina (y de la ciencia ficción argentina) sino que también sería un documento premonitorio del futuro de este país. Este extenso ensayo desarrolla al máximo esta hipótesis.
Aqui publicamos la segunda y ultima parte de este trabajo.

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3.El Eternauta Semanal

3.1.Héctor Germán Oesterheld.

Nació en Buenos Aires, en 1922. Estudió Geología en la UBA, trabajando en el sur argentino. Hacia fines de la década del '40 escribe cuentos infantiles. La Editorial Abril lo acoge y allí hace Bolsillitos, Gatito y El Diario de mi Amiga. Colabora en Más Allá donde publica cuentos antológicos como Cuidado con el perro, además de contestar las cartas, escribir las notas científicas y supervisar la publicación. Su primera historieta es de 1950: Alan y Crazy, con Eugenio Zoppi. Hasta 1957 trabaja para Abril, haciendo El Sargento Kirk y Bull Rockett, entre otros. Funda su propia editorial, Frontera, y comienza la renovación de la historieta argentina.

  • «...la poética esencial de Oesterheld y su peculiar visión del heroísmo marginal y los desencantos y desencuentros de la vida....la inyección de vitalidad creativa a que nos hemos referido provocará la aparición de nuevas revistas y la adopción de criterios más maduros en la selección de ideas, argumentos y tratamientos gráficos....Darán fe los trabajos iniciales de importantes guionistas como Julio Portas y Oesterheld, que intentan una madurez y un desprejuicio temático hasta entonces cohibido o sólo abordado periféricamente. El esquematismo caracterológico y los estereotipos heroicos se diluyen con estos escritores para dejar paso, en sus mejores momentos, a un mayor ahondamiento en los rasgos psicológicos y en las motivaciones existenciales y éticas, y al mismo tiempo parece ganar espacio un criterio revisionista más contemporáneo, que explora niveles y situaciones humanas y sociales más creíbles que las abordadas convencionalmente en las viejas tiras.»

    Rivera, op.cit., 50,51

  • En la década del '60 pierde su editorial y comienza un largo peregrinaje como free lance por las más diversas editoriales, desde las de primera línea a las piratas. En 1970 ingresa a Editorial Columba donde reescribe buena parte de su producción adaptándola al estilo de esa casa y crea algunos personajes memorables, como Roland El Corsario o Aakon (sobre Mort Cinder), y continúa dos personajes de la casa que habían sido creados por el autor de este ensayo: Kabul de Bengala y Argón. Desde 1975 trabaja para Ediciones Record.

  • «Me llamo Eduardo Arias, soy psicólogo y tengo 38 años. Fui una de las últimas personas que vio vivo a Héctor Oesterheld. En noviembre de 1977 fui secuestrado y permanecí "desaparecido" hasta enero del '78. Todo ese tiempo estuve en un "chupadero" (prisión clandestina) situado en el Camino de Cintura y autopista Ricchieri....Cuando llegué, Oesterheld estaba hacía tiempo. Su estado era terrible. Permanecimos juntos mucho tiempo. Nos encadenaron espalda con espalda.... Las cabezas cubiertas por capuchas....Oesterheld -como yo y como todos los que estábamos allí fuimos torturados salvajemente. Él unía a ese tormento su dolor ante la suerte de tres de sus hijas, que también habían sufrido secuestro. La cuarta era buscada junto con el marido......Él me hablaba un poco de sus historietas, y a veces jugábamos mentalmente al ajedrez, cantando las jugadas. Uno de los momentos más terribles fue cuando trajeron al pequeño nieto de Héctor, de cinco años. Esa criatura fue recogida tras la captura y muerte de la cuarta hija y el yerno de Héctor y la llevaron a aquel infierno....Yo fui liberado en enero de 1978. Él permanecía en aquel lugar. Nunca más supe de él.»

    Arias, En Feriado Nacional, 80, 81

  • 3.2.Francisco Solano López

    Nació en Buenos Aires, en 1928. Descendiente del mariscal homónimo, que protagonizara la Guerra del Paraguay. Fue discípulo de José Luis Salinas. Su primera historieta es de 1951. Dibujó Bull Rockett. Dibujó el Eternauta Semanal, la Segunda Parte y algunos rostros de la Tercera Parte. En 1992 continúa trabajando activamente para Europa.

     

    3.3.La Historieta.

    3.3.1.Morfología.

    Está presentada en 350 planchas apaisadas de un promedio de nueve cuadros por plancha. Esto hace más de tres mil cuadros.

     

    3.3.1.1.La Historia

    Una noche del invierno austral de 1963 cae sobre Buenos Aires (y aparentemente buena parte del mundo) una Nevada Mortal, gigantesca e inesperada: los copos matan toda forma de vida. Un grupo de sobrevivientes, Juan Salvo y su familia y los ocasionales participantes de una partida de truco, sobreviven en la casa hermética. Organizan la supervivencia y se producen algunos ataques de otros supérstites. Comienzan a descender astronaves hacia el centro de Buenos Aires. El Norte envía aviones, que son destruidos por el invasor. El Ejército Argentino organiza la resistencia, y se producen algunas batallas en las que intervienen diversos entes esclavizados mentalmente por Ellos, los invasores omnipresentes y ocultos: Cascarudos, Manos, Gurbos y finalmente Hombres-robot (sobrevivientes esclavizados). Las fuerzas leales son derrotadas. Juan Salvo y su grupo, en acción individual, consigue destruir la Base Central Invasora. Al destruirse la barrera protectora, los misiles provenientes del Norte hacen impacto en Buenos Aires: uno es atómico. El grupo regresa a la casa, y se reinicia la Nevada Mortal. Simultáneamente, por radio se propala información sobre resistencia en sectores sin nevada. Se trata de una trampa, y el grupo es derrotado. Juan Salvo entra a una nave Ello, y, al azar, acciona una máquina de tiempo que lo traslada a distintas estancias. La primera a la que llega, solo, es el Continum 4, donde un viejo Mano le dice que deberá viajar en el tiempo hasta hallar a los suyos. En uno de esos viajes (no narrados) vuelve a su barrio, y le cuenta la historia a Oesterheld. Pero ha llegado antes de la Invasión, y la historia "cierra" con una Paradoja Temporal, en círculo.

     

    3.3.1.2.Episodios

    Se puede dividir en 26 secuencias, a saber:

    1
    Introducción. El guionista de la historieta (no se lo nombra), presencia la aparición del envejecido Juan Salvo, que se dice Eternauta "según me llamara un filósofo del siglo XXI.....por mi condición de navegante del tiempo, de viajero de la eternidad, mi triste y desolada condición de peregrino de los siglos..."

    2
    Truco en el altillo de Juan Salvo. Presentación de los personajes secundarios: Favalli, Herbert, Polski, Elena y Martita Salvo. Indicio de polvo radiactivo en la zona, por radio. Corte de luz. Primera aproximación a la nevada mortal.

    3
    Episodio de Polsky. Sale y es muerto: demostración de la condición letal de la nevada. Desaparece un personaje.

    4
    Investigaciones y planes. Favalli predomina. Episodio de la casa de enfrente (muerte). Sorteo del debut con el traje aislante. Sale El Eternauta.

    5
    En la Ferretería. Encuentro y traslado de Pablo.

    6
    Muerte de Lucas. Desaparece otro personaje.

    7
    Ataque de sobrevivientes.

    8
    Caen las Bolas de Fuego.

    9
    Proyecto de huida. Apropiación de camiones. Rapto de Pablo.

    10
    Aparecen aviones defensores. El Rayo Mortal.

    11
    Llegada de los soldados, con Pablo. Organización militar. El Eternauta nombrado teniente. Aparición de Franco, el tornero, y de Mosca, el historiador.

    12
    Batalla de la General Paz. Aparición de los Cascarudos. Descubrimiento de su condición de vicarios, robots.

    13
    Marcha hacia River. Toma de River.

    14
    Batalla de River: cesa la nevada; ataque aéreo; alucinaciones.

    15
    Salida nocturna. Pabellón de Barrancas de Belgrano. Primeros Hombres-robots. El Mano de 15 dedos. Captura de El Eternauta y Franco. Comprensión de la magnitud de los Ellos. Muerte del Mano.

    16
    Salida de River. Avance por las calles derrumbadas.

    17
    Batalla de Plaza Italia. Aparición de los Gurbos. Derrota. Sensación de encierro.

    18
    En el subterráneo. Ataque de Hombres-robot, Gurbo y Mano. Batalla intelectual contra el Mano.

    19
    Proyecto personal: Batalla de la Plaza de los Dos Congresos. Episodio de la atracción amorosa entre Franco y una Mujer-robot. Destrucción de la Base Invasora.

    20
    Estallido atómico.

    21
    Estado de derrota del invasor. Un Mano amigo. Gurbos sueltos. La Nevada mortal, contraataque.

    22
    Regresión al primer estadio. Informe radial sobre zonas libres. Huida.

    23
    Zona sin nevada. Picnic final. Aparece un renacuajo (vida tras la muerte).

    24
    Ataque final. Derrota. Franco y Favalli Hombres-robot. Huida con Elena y Martita.

    25
    La nave de Ellos. Golpe de mano para capturarla. Cerco. Intento de conducción: mecanismo del Tiempo. Entrada en el Continum Espaciotiempo. El mensaje del Mano en el Continum 4.

    26
    Cierre de la historia. El Eternauta advierte que ha llegado antes de la Invasión. Vuelve a su casa. Final abierto.

    3.3.1.3.Personajes

    Principales:

    JUAN SALVO: Unos 35 años, "no rico", dueño de una fábrica de transformadores, con una buhardilla para sus hobbies y los de sus vecinos. El suyo es aeromodelismo. Apenas rubio, de rostro abierto, es un hombre "normal", dueño de un importante sentido común, arraigado sentimiento familiar, líder democrático natural.

    FAVALLI: Unos 40, profesor de física, amante de la navegación y la electrónica. Analítico, frío, calmo, organizador. Complexión robusta, gruesos anteojos.

    ALBERTO FRANCO: Fundidor, unos 20 años. Casi un niño al aparecer, en la plancha 75, va creciendo hasta aparentar 25 años. Hábil, decidido, práctico, valiente, arriesgado, frío.

    Secundarios:

    OESTERHELD: guionista de historietas que oye la historia.

    ELENA SALVO: Unos 28 años, culta (tiene libros en su mesa de luz). Práctica, valiente, calma, casi réplica de Juan Salvo.

    MARTITA SALVO: unos 11 años, reposada, poca actuación.

    LUCAS HERBERT: 60 años, "loco por la electrónica", muere en página 47.

    POLSKY: unos 75. Muere en la plancha 11.

    PABLO MENO: 12 años. Aparece entre páginas 35 y 80.

    RUPERTO MOSCA: Historiador. Aparece en página 72 y permanece hasta el final de la historia. Sólo registra hechos.

    Otros soldados, como el Cabo Amaya, el miliciano Sosa, etc.

    Dos Manos (extraterrestres con una mano de múltiples dedos).

     

    3.3.1.4.Ambientes

    Del episodio 1 al 11, Vicente López, Gran Buenos Aires.

    Del 12 al 16, barrio de Nuñez, cancha de River Plate.

    17 y 18: Plaza Italia, superficie y subterráneo.

    19: Avance hacia y en la Plaza de los Dos Congresos.

    20: Ciudad de Buenos Aires.

    21 y 22: Vicente López.

    23 y 24: En camino hacia Pergamino.

    25: La Nave alienígena y el Continum 4, desierto rocoso.

    26: Vicente López.

     

    3.3.2.Lenguaje.

    3.3.2.1.Lingüístico.

    Oesterheld utiliza la primera persona. Al principio y al final, y en breves intervalos, es él mismo quien narra su encuentro con El Eternauta. En el resto, es el propio Eternauta quien asume la primera persona para narrarnos la historia. Esto permite al autor jugar con el desconocimiento que tiene Salvo de la situación, a la vez que acentuar el rol vicario protagonista-lector. No hay acciones paralelas: todo pasa por El Eternauta. No se narra ninguna acción en la que él no esté presente.

    Utilización sistemática del texto vertical, superiores e inferiores.

    Textos en lenguaje normal, de clase media. No usa el voseo, cosa que sí hace en Breccia y Segunda Parte (en general no se usaba el voseo ni en las historietas, en esa época).

    Frases cortas. Constantes reflexiones.

    Lenguaje encapsulado (sugiere constantemente historias paralelas que no desarrolla: "vaya uno a saber qué drama se ha vivido allí...", "Tarde o temprano terminaremos por conocerlos. No estés tan seguro, Juan. Es muy posible que ni se tomen el trabajo de mostrarse.")

    Apelación constante al suspenso, mediante entrevisiones, acciones demoradas, "errores" de estimación, recuerdos.

    Hay metáforas no muy rebuscadas, jugando más bien con los contrastes ("siniestramente bellos").

     

    3.3.2.2.Icónico

    La obra está hecha en cuadros regulares, a razón de tres "tiras" por página. Hay sólo dos cuadros de dos tiras de altura: la llegada a River y el episodio de la chica robot; uno de 3/4 de página con otros superpuestos (hallazgo de la chica robot, y sólo uno de página completa: la base Ello de Congreso.

  • «¿Qué puede decirse sobre el dibujo de Solano López?. De lo mejor que nos ha ofrecido. Claro. Preciso. Sereno. Duro por momentos. Realista. Caras, ojos, manos, un sinfín de expresiones e impresiones. Todo lo que pueda decirse es poco.»

    García y Ostuni, Op.Cit., 8

    «...una de las virtudes más notables de Solano López está en la convicción de sus puesta en escena argentinas, y, más precisamente, para transmitir con veracidad los ambientes y lugares de la ciudad de Buenos Aires... Y nunca ha hecho decorativismo o escenografía ornamental: sólo perfiles de casas, veredas, automóviles, paseantes, árboles, portales, umbrales, plazas, interiores de viviendas humildes o de clase media... Hay un aire especial, un cielo en blanco y negro, un horizonte que se sabe bajo, una cierta desolación melancólica siempre presente.»

    Sasturain, Solano, el que dibujó el mito. En Puertitas, 28, 28

  • El estilo de Solano es clásico. Con todo lo que de admirativo o peyorativo que eso implica. Proviene de la escuela fotografista de Alex Raymond (mucho menos estilizada), de los claroscuros de Milton Caniff (pero sin su síntesis), y de una larga experiencia que comenzara al imitar al italiano Campani, iniciador de su personaje Bull Rockett. Es un dibujo de corte realista, con gran detalle casi siempre, aunque por la gran extensión de la obra sufre altibajos. No hay en Solano una aptitud especial para definir los enfoques, y el trabajo generalmente memorístico de los escenarios achata las ocasiones en que éste debiera adquirir relieve.

    (Aclaración: en todas las reediciones se han ampliado los cuadros iniciales, para tapar un cuadro anterior de título. Esto rompe el equilibrio y coherencia de esas viñetas.)

    Utiliza, sí, el lenguaje de las expresiones; a pesar de la "suciedad (exceso de líneas)" del dibujo las situaciones son dramatizadas a través de rostros y ojos, constantemente.

    Y es esa economía de recursos, ese escaso divismo de la parte icónica lo que refuerza, precisamente, la faceta verobicónica del relato.

     

    3.3.2.3.Verboicónico.

    La narración historietística es soberbia. Aquí reside la genialidad de los autores. La complementación exacta de guión y dibujo. Es sabido, además, que HGO inauguró el estilo "argentino" de guionar historieta: se entrega la mínima descripción posible al dibujante, para que éste desarrolle con la más absoluta libertad su talento imaginativo.

    Los complementos a la narración, de este modo, pueden atribuirse a Solano.

    Sus picos son seguramente la secuencia inicial...

  • «....esa magistral secuencia de los amigos alrededor de la mesa, unidos por el juego mientras cae la nevada mortal.»

    García y Ostuni, Op. Cit., 7

  • La Batalla de Barrancas de Belgrano, el incidente de la chica robot... Pero sin duda el punto de inflexión de toda la historia es, en dibujo y guión, la muerte del primer Mano en la cocina de una casa común, mientras nacen los pollitos.

    Hay sencillos cambios de enfoque siguen "la cámara" de los ojos del lector.

    La escenografía es ascética de tan carente y despojada. No sintética en un sentido artístico: sí en un sentido semántico. Por ejemplo: el chalet de Juan Salvo no es mucho más en dibujo que una casita de ocho líneas de escuela primaria. No hay detalles que lo singularicen. Ese despojamiento imaginativo vuelve al icono un símbolo. Las cosas adquieren caracteres prototípicos. Toda la historia se desarrolla en la misma base: las personalidades, los lugares, las situaciones. Estamos seguros de que no es un hallazgo consciente de Solano: sólo sus limitaciones.

    Si, como dice Luckacs:

  • «El arte épico consiste en el descubrimiento de los rasgos actuales y significativos de la praxis social.»

    Luckacs, De ¿Narrar o describir?, 49

  • El Eternauta constituye una epopeya. Acaso nuestra más grande epopeya nacional después del Martín Fierro, en el caso de que el poema lo haya sido.

     

    3.3.3.Semántica.

    3.3.3.1.La Ciencia Ficción

    El Eternauta es una historia de Ciencia-Ficción. El tema que toca es clásico. Se trata del Holocausto. Acaso el primer maestro que lo utilizara haya sido Julio Verne en El Eterno Adán, pero es muy difícil que Oesterheld lo haya conocido (no estaba divulgado). Sí conoció, porque colaboraba, la revista Más Allá (que posiblemente lo haya tenido como uno de sus mentores). Allí se publicó, en su primer número, una de las más hermosas novelas sobre el tema: El Día de los Trífidos, de John Wyndham. HGO tomó mucho de aquel ambiente post-holocausto de esa novela.

  • «Este clima irrespirable y persecutorio que tiene lugar en conocidas calles de Buenos Aires, y donde intervienen monstruos extraterrestres como los "cascarudos" y "gurbos", recuerdan los pasajes más brillantes de un clásico de la literatura de ciencia ficción: El Día de los Trífidos (1951), de John Wyndham.»

    Cáceres, Op.Cit., 199

  • Y es posible que de otras, como Un balde de aire, cuento de Fritz Leiber (Más Allá nº 1), o de la novela El mundo sumergido, de J. G. Ballard (Buenos Aires, Minotauro). Lo novedoso en Oesterheld es, por una parte, el género. Es una de las primeras (y acaso una de las pocas) historietas verdaderamente serias. El conflicto que se plantea es real, las situaciones son angustiosas verdaderamente. No hay superpoderes u superhéroes (una de las fallas del E. Dos). El desarrollo es pautado, in crescendo.

    La segunda novedad es su ambientación.

  • «Ahora me doy cuenta de que lo que más nos enganchaba era reconocer gente que era como nosotros, sentir que lo que se estaba invadiendo era la ciudad, la ciudad de uno, ese era el gran impacto.»

    Adolfo Aristarain, en Página/12, 20

  • Esa -repito- epoyeya criolla la convierte en uno de los picos de nuestra literatura, y la máxima en el género. Aristarain, precisamente, tiene "hambre de filmación" de la historia desde hace mucho. Quizás algún día los costos se equiparen a sus deseos, y veamos otra obra mayor.

     

    3.3.3.2.Significado.

    ¿Qué sucede realmente en El Eternauta?

  • «Siempre me fascinó la idea del Robinson Crusoe. Me lo regalaron siendo muy chico, debo haberlo leído más de veinte veces. EL ETERNAUTA, inicialmente, fue mi versión del Robinson. La soledad del hombre, rodeado, preso, no ya por el mar sino por la muerte. Tampoco el hombre solo de Robinson, sino el hombre con familia, con amigos. Por eso la partida de truco, por eso la pequeña familia que duerme en el chalet de Vicente López, ajena a la invasión que se viene. Ese fue el planteo. Lo demás... lo demás creció solo, como crece sola, creemos, la vida de cada día. Publicado en un semanario, EL ETERNAUTA se fue construyendo semana a semana; había, sí, una idea general, pero la realidad concreta de cada entrega la modificaba constantemente. Aparecieron así situaciones y personajes que ni soñé al principio. Como el "mano" y su muerte. O como el combate en River Plate. O como Franco, el tornero, que termina siendo más héroe que ninguno de los que iniciaron la historia. Ahora que lo pienso, se me ocurre que quizás por esa falta de héroe central, EL ETERNAUTA es una de mis historias que recuerdo con más placer. El héroe verdadero de EL ETERNAUTA es un héroe colectivo, un grupo humano. Refleja así, aunque sin intención previa, mi sentir íntimo: el único héroe válido es el héroe "en grupo", nunca el héroe individual, el héroe solo.»

    Oesterheld, prólogo a El Eternauta, 1976.

  • Esa es la opinión del autor. Pero, como siempre, los autores son los últimos en enterarse del significado de lo que escriben. En tal caso, nos da algunas claves: el significado inicial de la idea (un Robinson moderno); el significado que el propio autor encontró posteriormente (el héroe colectivo); la clave de la plurisignificancia ("se fue construyendo semana a semana").

    Basados en estas definiciones de HGO, algunos estudios se han ceñido a ellas:

  • «Esta condición de Héroe Grupal es, sin lugar a dudas, una de las mayores (y mejores) innovaciones que HGO realiza en el género.»

    García y Ostuni, Op.Cit., 7.

  • Y otros han avanzado en interpretaciones más adultas:

  • «De la "situación Robinson" inicial a la "situación de combate" que surge de la Invasión, hay un cambio cualitativo que Oesterheld va descubriendo junto con sus personajes al acompañarlos coherente, amorosamente. Allí se le revelan en toda su grandeza, en toda su humanidad. Algo que le pasó a Walsh y a Cortázar en Operación Masacre y Los Premios

    Sasturain, Oesterheld y el Hombre Nuevo, 8

  • Juan Salvo es un hombre de clase media argentina, establecido, típico, con una familia normal. Pertenece a los fines de la 1ª mitad del siglo, cuando la mujer no ha adquirido un rol decisivo aún, cuando los adolescentes no son agresivamente contestatarios. Más bien, es un mundo que ha salido de la 2ª Guerra Mundial (recordemos la enorme cantidad de guiones bélicos de HGO), que ha salido de un autoritarismo grosero en la Argentina, en un país que está en manos de los "Salvadores de la Patria" a 27 años de su última venida (Uriburu), suficientes para el olvido y el estofado (en el sentido bibliotécnico) del Tiempo-pasado-que-fue-mejor. Es tiempo de recogimiento y de vuelta a los "valores fundamentales" y "naturales". A ese hombre, a Juan Salvo, se le derrumba el mundo, el orden establecido. La noche lo cerca, la libertad es la muerte. Es una moderna Anna Frank. La situación es de huis clos.

    Una vez recreado un orden en el caos, Juan Salvo comenzará a reestructurarlo. Establece un orden clásico: el de la guerra de ocupación. Los enemigos son visibles, a pesar de Sasturain. Para la aventura, primero viene la infantería, luego la caballería, más tarde los blindados. Cuando lleguen los tanques pesados, Juan Salvo reconocerá su derrota. Y se hará maqui. Commando. El golpe de mano individual podrá más que la maquinaria colectiva. El guerrillero por sobre el ejército. Sólo que entonces, cuando llegaba la hora de reconstruír las relaciones originales del mundo, el Ente Informe (ahora sí), golpea de nuevo. El nuevo mundo de Juan Salvo vuelve a derrumbarse. Y su salida de él no es heroica. Es una fuga. Una fuga hacia atrás en el tiempo. Una fuga hacia el pasado, hacia el Tiempo-que-fue-mejor. Como un aviso. Como una llamada de atención a la clase media. Que podría ser: "actuemos antes de que nuestro mundo se derrumbe". O podría ser, también, el planteo de este trabajo.

    4.-La premonición.

    Esta teoría de la predicción ha sido barajada por más de un estudioso. El mismo Rivera la propone, hablando de Rolo, personaje anterior:

  • «En Rolo, como en otros textos del escritor, se confrontan la excepcionalidad de los hechos con la textura de lo cotidiano e histórico; y se confrontan al mismo tiempo -luchando con la monstruosa contundencia de esas criaturas o esos hechos excepcionales, las reacciones de pequeños seres que deben asumir conductas muy distantes de las que formaban su rutinario universo cotidiano (algo que en la Argentina tendrá un carácter casi predictivo, y que de alguna manera aparecía ya en las crónicas de guerra del inolvidable Ernie Pike, como una exaltación del heroísmo, la solidaridad y el sacrificio frente a la gratuidad y la desesperanza de las circunstancias). Del ahondamiento de ese planteo surgirá, poco después, una obra maestra como El Eternauta, dibujada como en el caso de Rolo por el lápiz convincente y limpiamente dramático de Solano López.»

    Rivera, Op. Cit., 54

  • Pero luego la cuestiona...

  • «Hay quienes se preguntan si personajes como "El Eternauta" adelantaron lo que pasaría en la Argentina de los '70 o, en verdad, relataban el pasado reciente de aquella época que era, básicamente, la Revolución Libertadora y la represión de los peronistas. Una cosa queda clara en esa trama, que empezó a publicarse en 1958: marca una sociedad de la que, de repente, mucha gente queda excluida....Supongo que reflejaba la falta de diálogo que ya imperaba en la Argentina entre los distintos sectores y que, luego, se acentuaría. Como Oesterheld, a fines de los '70, figuró como uno más entre los desaparecidos, muchos creyeron ver en sus tiras una lectura del futuro.»

    Rivera, en Clarín, 11/10/92, 19

  • Aún inconsciente de ello, Oesterheld nos propone una reflexión sobre la realidad inmediata y presente (a la publicación), pero también una exposición de los miedos, las angustias, las esperanzas, las preparaciones intelectuales y emocionales del argentino para los años por venir.

  • «La distinción entre mensajes de función referencial (el mensaje indica algo unívocamente definido y, en caso necesario, verificable) y mensajes de función emotiva (el mensaje mira de suscitar reacciones en el receptor, de estimular asociaciones, de promover comportamientos de respuesta que vayan más allá del simple reconocimiento de la cosa indicada).»

    Eco, Obra Abierta, 99

  • La larga y entrañable carrera de El Eternauta, el amor que muchísimos le profesan, nos asegura que se trata, en el sentido de Eco, de un mensaje de función emotiva. ¡Y mucho!

    Esa historia de adhesiones también apunta al concepto de Obra Abierta:

  • «No se descarta que todos los aspectos del arte actual, desde el cine hasta la poesía peroratoria y comprometida, hasta las historietas gráficas, puedan incluirse en una temática general de la obra abierta.»

    Eco, Op. Cit., 49.

    «1) Las obras "abiertas" en cuanto en movimiento se caracterizan por la invitación a hacer la obra con el autor; 2) en una proyección más amplia (como género de la especie "obra en movimiento"), hemos considerado las obras que, aun siendo físicamente completas, están, sin embargo, "abiertas" a una germinación continua de relaciones internas que el usuario debe descubrir y escoger en el acto de percepción de la totalidad de los estímulos; 3) toda obra de arte, aunque se produzca siguiendo una explícita o implícita poética de la necesidad, está substancialmente abierta a una serie virtualmente infinita de lecturas posibles, cada una de las cuales lleva a la obra a revivir según una perspectiva, un gusto, una ejecución personal.

    Eco, Op.Cit., 87

  • En esta nueva ejecución de la obra, mi planteo es que, como obra de función profundamente emotiva, El Eternauta encierra (o libera), muestra (o propone) una premonición. Una premonición que alguien en su tiempo pudo haber analizado (quizás involuntariamente lo hizo) y haber comprendido que en el espíritu nacional estaba el germen de lo que después vendría. Y no era, desde luego, parapsicología. Era, eso sí, eso sí, materia del inconsciente.

     

    4.1.HGO y el inconsciente colectivo. Señales. Climas.

    Ritos de preparación.

  • «El tipo se caracteriza por el hecho de que en él concurren todos los rasgos predominantes de la unidad dinámica en la cual la auténtica literatura refleja la vida, de que estas contradicciones, las más importantes contradicciones sociales, morales y espirituales de una época se conjugan en una unidad vital. La representación del hombre medio, en cambio, provoca necesariamente que esas contradicciones, que son siempre el reflejo de los grandes problemas de cualquier época, aparezcan ahogadas y aminoradas en el alma y destino de un hombre medio, perdiendo precisamente por ello sus rasgos esenciales. En la representación del tipo, en el arte típico, se unen lo concreto y lo legal, lo eternamente humano y lo históricamente determinado, lo individual y lo socialmente general.»

    Luckacs, Sociología de la Literatura, 221.

    «Las aventuras más extraordinarias aparecen vacías y privadas de contenido si no revelan rasgos humanos esenciales, si no expresan las cambiantes relaciones entre los hombres y los hechos del mundo exterior, de las cosas, de las fuerzas naturales y de las instituciones sociales. Sin embargo, no debemos olvidar que cualquier acción, aún cuando no ponga de manifiesto rasgos humanos típicos y esenciales, contiene el esquema abstracto de la praxis humana aunque sea de manera deformada y borrosa....Cuando la literatura artística de una época no está en condiciones de ofrecer la relación entre la praxis y la riqueza de desarrollo de la vida íntima de las figuras de su época, el interés del público se refugia en substitutos abstractos y esquemáticos....Los clásicos modernos se leen, en parte, por sentido del deber, y en parte por un interés hacia el contenido en cuanto refleja los problemas de nuestro tiempo; pero para distraerse, para divertirse, se devoran las novelas policiales.»

    Luckacs, de ¿Narrar o describir?, 47, 48

  • Empero, Salvo no amplía demasiado su problemática íntima. No nos cuenta su historia. Nada sabemos de él, antes de la Nevada Mortal. Sin embargo, su reacción a partir de esa noche de invierno constituye "el esquema abstracto de la praxis humana". Y eso lo vuelve un clásico. Y este sí es uno de esos clásicos que se leen para distraerse y para divertirse. Un clásico popular.

    Evidentemente El Eternauta es el tipo de Luckacs. Juan Salvo encarna al promedio social, al sentimiento común de los argentinos: él trae a la luz el inconsciente colectivo.

    ¿Por qué Oesterheld es capaz de semejante tarea, digna de sociólogos o psicólogos? Oesterheld es un hombre humilde, un literato de géneros marginales; y es conciente de esa marginalidad. Escribe para los niños, mucho menos valorados en los '50 que en los '90. Escribe para los semialfabetos, para los muchachos, para los adultos "cómplices", "snob" o de pocas luces (ese es el concepto oficial del lector adulto de historietas). Ese auditorio light (al decir actual) permite (acaso exige) una cierta liviandad, una falta de rigor académico, un permiso para liberar la corriente de la conciencia. Eso no implica que sea más "fácil" esta literatura: es más difícil, por cierto. Oesterheld escribe entonces "construyendo semana a semana", poniendo lo que se le antoja, digamos. Y los antojos, las inspiraciones, los repentismos vienen del inconsciente. El entrenamiento del escritor para satisfacer a ese su público especial lo vincula con el pensamiento general. Con el inconsciente colectivo.

    ¿Cuáles son las señales? Por lo dicho, podríamos sustituir el nombre "Juan Salvo, El Eternauta" por "el argentino".

    Este argentino gusta de su familia, de sus amigos, de la vida ordenada y apacible y cotidiana. Entonces, un tremendo, ominoso, oscuro, imprevisible, inidentificado golpe acaba con la cotidianeidad, amenaza a su familia, quiebra la amistad. Destruye absolutamente la libertad, confinando al argentino a los límites de su casa o a un traje aislante del mundo. El argentino reúne provisiones para irse al campo. Pero llega el Ejército Argentino, Salvador de la Patria. El argentino se entrega filialmente a su protección. Bajo su amparo puede reconstruir la cotidianeidad, la cadena de mandos. Puede identificar al enemigo común y apoyar la estrategia de la guerra. La estrategia se convierte en un juego, el más popular juego argentino: el fútbol.

    En la cancha de fútbol el argentino jugará un gran partido. En el que empata, una y otra vez.

    Entonces, el argentino recupera la libertad, se lanza a la acción individual. Se mezcla con el enemigo. Y encuentra que el enemigo es tan prisionero como él, es tan derrotado como él. Casi es su hermano.

    Y la situación adquiere para el argentino una definición absolutamente clara, como no la había tenido aún: la lucha es entre la opresión (convertirse en hombre-robot) o la libertad. Entre Liberación o Dependencia.

    El que era hasta entonces el enemigo pasa a ser solamente el adversario: el verdadero enemigo adquiere su carácter psicológicamente numinoso:

  • «De otro modo enfocó el tema (EL DE LOS VILLANOS DE LA HISTORIETA).... un clásico de la ciencia ficción contemporáneo, El Eternauta (Oesterheld y Solano López, 1957). El guionista partió del transitado tópico de la invasión extraterrestre y enfrentó a los hombres sobrevivientes con sucesivos monstruos -"cascarudos", gurbos, "manos", hombres robots que resultaron ser, finalmente, meros instrumentos en manos del verdadero invasor, ese poder que encarna el odio cósmico y tiene un nombre revelador: Ellos. Los hombres, derrotados, nunca, nunca llegan a enfrentarse a ese vago y temible enemigo y, cuando en una secuela de la historia, el protagonista lo ve, sólo percibe una nube gaseosa e indefinida, apenas la metáfora visual de una fuerza ciega y destructora... Acaso sea la misma que la religión llama demonio o el psicoanálisis freudiano precisamente "Ello", lugar de los impulsos instintivos. Porque en la historia de Oesterheld los Ellos son, por definición gramatical, los otros; pero la violencia, la soberbia y el destructivo deseo de poder que representan anida, parece decir, en cada uno.»

    Sasturain, Los Malvados del Comic. En Puertitas Nº 30, 10.

  • Es decir, el verdadero enemigo, el que mueve los hilos, el que nos acorrala y encierra, el que nos esclaviza y nos somete, está en el interior de nosotros mismos. Es el Ello.

    Una vez desplazado el objeto del mal, el ahora adversario puede morir. Y su muerte se transforma en renacimiento, en vida nueva, en esperanza.

    Poco después, el argentino descubre que el Ejército no es el Salvador de la Patria. Que es tan derrotable, tan corrompible como él mismo. Ante su vista se derrumba, se hace pedazos, desaparece. El argentino asume en sí mismo la defensa de la opción libertad-dependencia.

    En un gesto de introspección, acaso de voluntarismo, toma una decisión individual. El argentino rompe la burbuja, abre la mente, libera el sueño. Ha vencido.

    Pero Ello reinicia el ciclo. Contragolpea. Corrompe. Esclaviza a sus amigos.

    El desencantamiento ha sido constante, la derrota sucesiva. La inconmensurabilidad del enemigo, la calidad de arañazos en la piel insensible de un rinoceronte que tienen los golpes del argentino se refuerza en el último ataque. Todo queda circunscripto al núcleo familiar mínimo, último.

    Al argentino sólo le queda escapar. Hacia cualquier lado. Y le ofrece, alguien, algo, la huida hacia el pasado.

    Los climas son densos: la situación de encierro, de aislamiento, de soledad del hombre y su familia frente a un mundo mudo en absoluto. La cotidianeidad se ve interrumpida. Los esfuerzos por restaurarla configuran el clima de la Derrota Constante.

    Los ritos: Los Salvadores de la Patria y su caída. El guerrillero. La muerte colectiva, ominosa y omnívora. La Desaparición sucesiva. El fútbol y la muerte (la cancha de River y el mundial '78). El renacimiento y la esperanza. La ayuda del Norte: peor el remedio que la enfermedad.

     

    4.2.El antes. El después. Contraposición realidad - ficción.

    ¿Qué había pasado antes, para que Rivera proponga un reflejo de lo ya sucedido? La caída del totalitarismo peronista y su substitución por el totalitarismo militar. La prohibición absoluta para todo lo que tuviera color peronista. Sucesivos desencantos y muertes solapadas.

    ¿Podemos decir que Eternauta describe ese pasado, o esa actualidad? La universalidad de la Nevada Mortal parece demasiado metáfora para el silenciamiento de los peronistas o el exilio de los opositores. Recordemos que HGO no era por entonces definidamente peronista, ni acaso definidamente político. La incomunicación entre gobierno y personas, entre gorilas y peronistas no era tan grande como el autismo monstruoso a que se somete a los ocupantes del chalet de Vicente López. La guerra posterior no describe el terrible 16 de junio: es mucho más fría y limpia.

    No creo que estemos ante una parábola del pasado, ni reciente ni lejano.

    Sí tendría sentido como épica a partir de ese pasado y esa contremporaneidad.

    En este sentido, Eternauta hablaría de una extensión de la proscripción, de un encierro progresivo y una derrota de los ideales que sólo se remediaría volviendo al pasado. ¿Al peronismo? ¿Devolviendo la voz y los derechos a los proscriptos? El Ejército se mostraría impotente, entonces, y la acción guerrillera sería la que debería triunfar. Pero el Norte ayudaría a los mismos enemigos, aún inconscientemente, y habría que cuidarse también de él.

    Lo que vino después, en nuestra realidad, fue marcando los Tiempos del Eternauta, fue cumpliendo la premonición. La acción guerrillera para salir de la creciente marginación. La llegada de los Salvadores de la Patria. Los fracasos reiterados. Hasta que Ellos, parte de nosotros mismos, imponen la nevada mortal que silencia a todos, que los confina a sus casas y a sus familias, mientras la calle se llena de cadáveres insepultos. Y los que no se cubren, los que no se encierran, los que no se aíslan, van desapareciendo. Sin dejar olor, sin corromperse públicamente. Desaparecen. Como las víctimas de la Nevada

     

    Lo que vino después fue más asombroso aún. El propio autor, el propio narrador, se convirtió en Eternauta. Dejó su tiempo. Desapareció...

  • «Un chirrido espantoso un golpe de puertas metálicas tipos que corren golpes abajo insultos más insultos olor a pólvora vieja gritos golpe contra el piso de goma suciedad barro aplastado se mueve el piso nos trasladamos dónde me llevan por qué no me merezco tanta atención si apenas se lo llevaron dónde dónde quién lo vio nadie nadie nadie pregunten no puede ser díganle a Collins qué puede averiguar no no está en ningún lado seguro salió del país qué es país pero tendría que escribir para él vivir sin escribir tiene que ser como vivir sin pensar no está desaparecido como las hijas el yerno los yernos que pasa no puede ser aquí está aquí hecho un guiñapo viejo para qué sirve para qué de rodillas traigan la ametralladora ahora un sonido agudísimo una luz crudísima gritos tan lejanos ahora la calle de piedra qué arrastran parece un dinosaurio gritando de terror caer caer caer... ¡¡¡¡¡HIIIIIIIIJAAAAAAAAAAAAAAAAA AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAS!!!!!»

    Morhain, de El Viejo, Nuevomundo 6, 8

  • 4.3.Señales sociales y señales subyacentes en la historieta.

    Las señales sociales debieron estar en el aire, en el fermento, en la entrelinea. Ha de haber sido difícil leerlas con los ojos. Pero no con la mente abierta y sensible, sensible a lo popular, que tuvo HGO. Y las presentó al pueblo. En una historieta.

    Esas señales, esos arquetipos sociales estaban en los argentinos. Estaban allí las mayorías de clase media, que sabían que vendrían las derrota y los Salvadores y las nevadas, y que una de esas nevadas acabaría con la realidad como un partido de fútbol, e impondría el silencio de las tumbas. Estaban allí los autoritarios: los militares por un lado, aferrándose a estrategias ciegas y mandos inútiles; los sobrevivientes por otra parte, usando el sálvese quien pueda por el expediente de acabar con el otro (tal vez no con el fusil, pero sí con el negociado, con la estafa, con el abuso de confianza). Estaban allí los blandos, los espectadores, como Heriberto Mosca, tomando nota, sin intervenir. Estaban las familias sin futuro, huyendo al azar, perdiéndolo todo una y otra vez. Estaba, sobre todo, Ello, el interior de nosotros mismos, que nos llevaría de derrota en derrota, hasta... ¿cuándo?

    Y el cuerpo social fue cumpliendo los pasos, como si Eternauta hubiese sido un ensayo general para el horror.

    ¿O una advertencia?

    Acaso no en el orden estricto en que las presentara Oesterheld... Acaso vino primero una nevada leve, el Ejército fracasó, aparecieron los guerrilleros, y cuando creían haber triunfado, haber roto en 1973 la gran burbuja de los enemigos, una bomba del Norte impidió gozar de la libertad. Llámese atómica, deuda externa, lobbies o políticas derechistas. Y vino una nueva nevada, mucho más densa, mucho más ominosa. Porque nadie se salvó de ella.

    Pero... un momento. Cabría otra interpretación. Otra vuelta de tuerca a esta especie de determinismo social, de destino preanunciado. Cabría la posibilidad de que la Nevada Mortal haya sido, sí, la de 1976. Y Malvinas el golpe de mano individual del argentino, que rompió la burbuja del Ello. Algo hubo de eso: despertó las conciencias, marcó los bandos. Entonces, ahora estaríamos en el interregno. En la espera del contragolpe que está por llegar...

    ¿Será posible...?

     

    4.4.Significado del final abierto.

    Porque como en los antiguos cuentos con moraleja, Oesterheld nos dice en el último cuadro: ¿Será posible?.

    ¿Por qué esa explicitación, esa admonición? ¿Recurso literario? ¿O involuntaria toma de conciencia del significado último, de la premonición surgida al desnudar el yo íntimo, los miedos y las angustias, las agachadas y la doxa de los argentinos?

    ¿Esa pregunta era una advertencia? ¿O una propuesta? Sucedió. Una vez, sucedió. Sucedió...

     

     

     

    5.- Conclusión

    Ahora, cuando es fácil hallar sentido a cualquier profecía, hasta a las de Nostradamus, pudimos haber acomodado los hechos narrados en una historieta exitosa para que se ajusten a nuestro pasado inmediato.

    Sólo que nuestro pasado inmediato y El Eternauta son demasiado horrorosos para jugar con ellos a la suerte de una tesis filosófica. Le costó la vida a Oesterheld. Y a treinta mil personas más.

    Ojalá moviera esta inquietud a verdaderos sociólogos y psicólogos que con mayor autoridad analizasen los contenidos de El Eternauta y convalidasen o rechazasen la aventurada tesis que he creído demostrar.

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