Jose Antonio Ramirez y un zapato
Jose Antonio Ramírez y un zapato
por Dixon Moya y Orlando Mejía Rivera

Publicamos en primer lugar un reportaje a este autor y finalmente el prólogo a la novela, donde se explica un poco el porqué esta curiosa novela se puede ubicar cerca de la CF.
Entrevista al escritor colombiano Campo Ricardo Burgos
por Dixon Moya
Ante todo debo advertir, que nuestro entrevistado no deseaba aparecer en QuintaDimension.com, no por cuestión de excesiva vanidad o porque su agente literario no se lo aconsejara, sino por físico pudor. Al ser Campo Ricardo Burgos, colaborador permanente de esta publicación, se resistió a que la página divulgara una grata noticia, la próxima aparición de su primera novela. Por ello, si existe algún culpable soy yo, por si hay algún lector que manifieste su desacuerdo (algún seguidor de J.J. Benítez, por ejemplo), en esta ocasión no se desahoguen con el amigo Burgos, sino con el suscrito. La verdad, Ricardo no lo sabe, pero está cumpliendo una vieja fantasía personal, sentirme por un momento periodista. Bueno, pero vamos a la esperada conversación. Debo informar que se trató de una entrevista vía correo electrónico, pues no me encuentro en Bogotá, ciudad donde transita el amigo Ricardo. Es un diálogo muy cercano con cientos de kilómetros de por medio.
Q.D.: Buenos días (o noches), Ricardo le agradezco permitir finalmente acceder a ser entrevistado, conozco de su modestia casi franciscana y de su temor a que los lectores de Quinta Dimensión consideraran su aparición en la página como autopublicidad o un acto vanidoso, me equivoco?
Campo Ricardo Burgos López: No. No se equivoca, y cuanto puedo decir es que le agradezco aquello de "modestia casi franciscana", lo cierto es que para mì, que siempre he admirado a San Francisco de Asìs, eso es un piropo.
Su primer nombre es Campo, su apellido es Burgos, aunque yo le llamo Ricardo, pareciera tener una contradicción rural-urbana en su identificación, para quienes desconocen sobre su persona, háblenos (o mejor escríbanos) sobre su vida.
Tiene razón en la "contradicción rural-urbana" que hay en mi nombre y no me extraña. Mis padres vinieron a Bogotá hace muchos años desde una población semirrural llamada Túquerres, en el departamento de Nariño. En cuanto a mi vida pues no hay mucho qué decir, siempre he sido aficionado a los cómics, a las teleseries y al cine serie B. Crecí rodeado de cómics de Batman, Superman, Kalimán y Starman (de hecho el dinero que mi papá me daba para los recreos del colegio yo no lo empleaba en comida sino que compraba cómics y aguantaba hambre, a veces pienso que por ese acto de beatitud merecería alguna clase de reconocimiento de la DC Cómics a la cual nutrí por años a costa de mi actual gastritis). En fin. En cuanto a teleseries creo que me alimenté de las mismas que se alimentó sumercé: "The six million dollars man", "Cosmos 1999", "The avengers", "Centella", el "Batman" aquel que protagonizaba Adam West y que hoy se considera un monumento kitsch. En cuanto a cine, todas aquellas películas de acción de los años 70 y 80 que le provocarían un infarto fulminante a un crítico fílmico que sólo avale lo que proyectan en Cannes. En la década del 90 comencé a escribir algunas cosas en poesía, cuento y ensayo, y ahí voy.
Qué motivó su interés en la ciencia ficción, particularmente la literaria, en un país que a pesar (o por esa causa) del garciamarquismo macondiano es mucho más afín al realismo.
Hay varias razones. En primer lugar está el hecho de que yo (igual que usted y que todas las personas que Orlando Mejía Rivera ha llamado "La generación mutante") fuimos individuos en cuya formación tuvieron mucho impacto las historietas, los seriales de televisión norteamericanos y el cine "made in Hollywood". Reconozco que a mí me cuesta mucho leer cierta literatura colombiana y latinoamericana de ambientación rural, por cuanto mis referentes de infancia son más bien el asfalto y una pantalla de televisión. En segundo lugar está el hecho de que, cuando me encontraba en mis primeros años de universidad me encontré con los autores que a uno siempre lo enamoran: Bradbury, Clarke, Asimov, Pohl y, por supuesto, el deslumbramiento que significa Borges. Yo no olvido que la primera vez que leí a Borges experimenté un orgasmo (y de hecho, todavía hoy sostengo que se consiguen más orgasmos en la vida leyendo a Borges que los que se consiguen en relaciones sexuales con mujeres). Cuando descubrí la literatura fantástica y la ciencia ficción –y no sabría explicar cómo, ni por qué- me sentí como en casa.
Usted es psicólogo de profesión, en su primera novela ("José Antonio Ramírez y un zapato") esta disciplina aparece como factor determinante, lo que quizás no había sucedido (me corrige si me equivoco) en sus cuentos.
Es cierto, en mis publicaciones anteriores más bien me había dedicado a explorar otros personajes como Dios, el diablo, las máquinas del tiempo o las diferentes variaciones escatológicas. No obstante, aunque "José Antonio Ramírez y un zapato" tiene un cierto aire psicopatológico (al fin y al cabo se trata de un hombre que se enamora de un zapato), considero que su temática es universal. Es el problema del amor y quizá del pecado, pero desde una perspectiva declaradamente bizarra..
Sobre esta novela, el médico, humanista y escritor Orlando Mejía Rivera la considera una obra de ciencia ficción intimista, al estilo de J.G. Ballard, comparte esa apreciación?
A mí me sorprendió cuando Orlando Mejía la vió así, para mí tan sólo era una novela de temática extravagante. Empero, entiendo lo que quiso decir. En su novela Crash, Ballard plantea el hecho de que todos los objetos del planeta tienen posibilidades sexuales y de allí que se recree en el erotismo de las heridas, los vómitos o la paraplejia. Eso que Ballard planteaba al amparo de la "New Wave" inglesa, es lo mismo que han planteado autores como Farmer cuando en Los Amantes habla del enamoramiento de un hombre con una extraterrestre absolutamente feucha y hasta repulsiva. Lo que ocurre es que Ballard se dio cuenta que no había que buscar a los extraterrestres afuera del Planeta Tierra pues ya están aquí: ¿Acaso tener sexo con una extraterrestre con apariencia de cocodrilo no es lo mismo que hacerle el amor a una pantalla de computador? La genialidad de Ballard en una obra como Crash está por ese lado. En cuanto a mi texto es obvio que hay diferencias: José Antonio Ramírez y un zapato no tiene ese tono de "tecnopornografía lúgubre" que Ballard buscó a propósito para su obra, y más bien es encuadrable a partir del humor y la inevitable "weltanschaung" de la clase media bogotana.
Una obra de ciencia ficción literaria, necesariamente debe tener elementos científicos o técnicos, para ser considerada como tal, o puede explorar otros territorios como el psicológico o social?
Bueno, creo que eso ya quedó de cierta manera contestado en la respuesta anterior, pero agreguemos algo. La llamada "New Wave" de la ciencia ficción, se hizo célebre por que relacionó el género con lo social y psicológico, y ya no sólo con el artilugio técnico o científico (cosa que, si se mira bien , ya muchos habían hecho antes de la llamada "New Wave"). Además, yo soy de los que creo que la ciencia ficción más interesante es aquella que no sólo es sociológica o psicológica, sino también ontológica.
(Es decir, que use a los marcianos pero para reflexionar sobre la condición humana).Por otro lado, yo comparto el criterio que René Rebetez esbozó en sus últimos años: En la actualidad la ciencia ficción y la literatura fantástica son indistinguibles. Cada vez es más difícil adscribirle un género a una obra por cuanto la literatura contemporánea es promiscua ad infinitum :Allí lo más sublime se mezcla con lo más ridículo y lo más burdo procrea con lo más sofisticado. Por otro lado, quisiera recordar un libro que yo siempre recomiendo por lo atrevido de sus tesis Para entender los extraterrestres de Stokowski. En ese libro, Stokowski –un etnólogo francés- trata de entender por qué la cultura occidental ha necesitado crear a los extraterrestres y los ovnis en el siglo XX, y por qué ya no puede vivir sin ellos. Hay allí un magnífico análisis del género de la ciencia ficción donde se demuestra que la ciencia ficción sólo es una hija bastarda del esoterismo, la teosofía y el espiritismo de los siglos XIX y XX, y por último Stokowski concluye que lo típico de la ciencia ficción es el bricolaje: La ciencia ficción es una especie de animal con patas de elefante, cuerpo de caimán, cabeza de cerdo, ojos de jaguar y piel de serpiente. Con semejante antecedente ¿cómo no va a poder medírsele a cualquier cosa?.
Usted es posiblemente el autor más activo en materia de ciencia ficción actualmente, excluyendo a Antonio Mora Vélez, con cuentos antologados, una tesis universitaria sobre el tema, colaborador de publicaciones como Quinta Dimensión y ahora una novela, cómo ha sido este proceso, ha sido muy difícil?

Dificilísimo y usted lo sabe. En una entrevista que le hice a Antonio Mora Vélez para QD, yo recuerdo que él lleva más de tres décadas de producción en Colombia y sin embargo sólo lo conocemos unos pocos. Mire. Yo he hecho la experiencia de preguntarle a tipos que tienen posgrados en literatura aquí en Colombia si han oído hablar de René Rebetez –que es más popular que Antonio- y no tienen ni idea. En Colombia, si usted es aficionado a la ciencia ficción o la literatura fantástica usted se siente todo el tiempo como si perteneciera a una secta satánica: Casi todo está oculto, casi todos los actos son herméticos y apenas unos cuantos iniciados de la secta se reconocen entre sí. Es más, dado el auge que en estos momentos tienen las sectas satánicas aquí en Colombia, yo diría que en Colombia es más fácil que a usted lo inviten a una "misa negra" de un satanista que encontrarse un auténtico aficionado de la ciencia ficción.
En el pasado usted recibió un premio nacional de poesía en Colombia, cree que se puede escribir poesía de ciencia ficción, si es así, lo ha intentado?
Eso es relativo. Ray Bradbury es "poesía de ciencia ficción", Philip K. Dick es "poesía de ciencia ficción", Clive Staples Lewis es "poesia de ciencia ficción" (los tres se merecían el Premio Nobel pero a ninguno se lo dieron por que por lo visto hacer ciencia ficción no es considerado serio por los señores suecos). .Pero entiendo a lo que se refiere. Yo creo que sí es posible crear poemas a partir de extraterrestres, viajes espaciales o artefactos técnicos. Al fin y al cabo, la poesía puede crearse a partir de cualquier material. No obstante, yo no me le mediría a hacerlo, la considero un subgénero particularmente resbaloso.
Cuando nos conocimos en la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, hace algunos años (no digamos cuantos), fue durante un taller de guión cinematográfico, ha pensado escribir para el cine?
Sí, es mejor no decir cuántos. Pero, de hecho, tengo una historia triste alrededor de eso. Hace unos años, una empresa de audiovisuales de aquí de Bogotá llamada Punch, patrocinó un concurso para que le enviaran guiones de miniseries que podrían llevarse a la televisión. Yo envié el guión de una miniserie de cuatro capítulos de media hora llamada Invasión, que trataba de una pareja que queda atrapada en un apartamento en medio de una invasión de extraterrestres a Bogotá. Varios meses después de enviada, me llamaron de Punch para decirme que no iban a hacer mi propuesta, pero que les parecía interesante y deseaban agenciarla a ver si podían venderla. Yo acepté pero, curiosamente, parece que a Punch se lo tragó la tierra y de todos esos proyectos que en teoría iban a agenciar, nunca se volvió a saber nada.
Cómo aprecia el panorama actual de la ciencia ficción literaria y audiovisual en Hispanoamérica, cómo intuye su futuro?
A mi modo de ver, en la actualidad el panorama es claroscuro. Dentro de lo claro mencionaría que existen escritores interesantes como tantos de los que han sido mencionados en QD, por ejemplo Javier Negrete cuya novela Buscador de Sombras me parece entretenidísima, o, por citar alguien más, Luis Britto García, cuyos cuentos fantásticos en Rajatabla son ingeniosísimos. Además, tendría que citar autores colombianos diferentes a Rebetez y Mora Vélez como Julio César Londoño u Orlando Mejía Rivera, quienes han escrito relatos bien significativos. También en la sección "clara" del asunto mencionaría un hecho demográfico y es que hoy siento que en Latinoamérica hay más gente que suele estar familiarizada con la estética de la ciencia ficción que antes, y esa puede ser una condición importante para que en la ciencia ficción escrita en español aparezcan autores de calidad. En la parte oscura del asunto creo que debería mencionar lo de siempre: Latinoamérica –salvo excepciones- no suele tener países con suficiente "normalidad literaria" como para apoyar el género, y lo que le respondía antes: Si uno quiere hacer literatura fantástica y ciencia ficción en Latinoamérica, ha de tener alma de topo. En cuanto a lo audiovisual reconozco que no sé gran cosa. Recuerdo alguna película con tema vampírico del mexicano Del Toro (¿Cronos?)y ese filme tan gracioso del español Alex de La Iglesia, Acción Mutante. No obstante, ya para generalizar, diría que la literatura fantástica y la ciencia ficción hechas en español, hacia el futuro tienen un terreno amplísimo por explorar.
A usted le gustan las enciclopedias, recuerdo un cuento suyo sobre el último hombre de la tierra que leía su nombre en un libro de estos, al Maestro Antonio Mora Vélez en una entrevista similar, usted le preguntaba cómo pensaría que podría aparecer en una enciclopedia futura, le devuelvo la pregunta.
A ver qué se me ocurre. "Campo Ricardo Burgos López. Escritor colombiano que toda la vida soñó con aparecer en una enciclopedia literaria y que, una vez lo consiguió, ya se le había olvidado para qué diablos quería eso".
Una Novela De Ciencia Ficción Del Espacio Interior
(Prologo A "Jose Antonio Ramírez y un zapato")
por Orlando Mejía Rivera.
Hace ya varios años, en mi época de estudiante de medicina, estaba rotando por el área de Siquiatría y un afamado profesor nos refirió el extraño "caso clínico" de una mujer joven, bonita, diseñadora de modas reconocida, que cinco años atrás se había enamorado del gerente de una empresa de computadoras, de origen alemán, muy adinerado, quien a los tres meses le pidió que se casaran. La luna de miel comenzó y terminó de manera muy inusual.
Él se la llevó en un crucero por las Antillas, le compró muchos zapatos y todas las noches la desnudaba, le hacía poner un par de los zapatos nuevos, luego le pedía que caminara por la habitación con los ojos cerrados, se sentaba en el suelo y sin que ella pudiera hacer nada, él atravesaba sus dedos y al ser pisado por su mujer el hombre tenía un orgasmo. Jamás la poseyó, ella pensó en divorciarse, pero él le rogó que no lo dejara, que se consiguiera los amantes que deseara y que a cambio él le daría dinero suficiente para que viviera "como una reina". Su única condición era que continuaran los rituales que ella ya conocía.
La mujer aceptó. Durante cinco años se sometió al ritual de los zapatos de su marido, mientras tuvo los amantes que quiso. Ahora bien, cada par de zapatos los usaba una única vez, después eran recogidos por su esposo y nunca los volvía a ver. Al quinto año él murió de un infarto fulminante en su oficina. Ella quedó con toda la fortuna de su marido y todavía joven y bella para rehacer su vida. Sin embargo, dejó los amantes, comenzó a sentir una gran tristeza y terminó sola, durmiendo con los propios zapatos de su marido muerto, añorando sus pisadas, sus curiosos orgasmos, la complicidad de ambos. Consultó porque creía que estaba loca, aunque el profesor nos explicó que su caso no "cuadraba" con ninguna patología mental conocida.
Este libro de Campo Ricardo Burgos me ha recordado la historia relatada y, sobre todo, me ha vuelto a generar las mismas inquietudes acerca de esa vida secreta de los seres humanos, que se sale de las dimensiones de lo conocido y aceptado por la sociedad. Claro está que la historia tiene un valor literario indudable, porque su autor va más allá del "lugar común" de mostrar una simple anécdota psiquiátrica, un ejemplo más de la locura humana. Precisamente, durante toda la narración su personaje José insiste en que no está loco, que sólo se ha enamorado de un zapato y que se siente feliz. Pero esta negación no es el síntoma del esquizofrénico, que vive en su propio mundo y ha roto el "principio de realidad", sino es la expresión de un individuo "normal", que continúa con su trabajo, con las responsabilidades para con su mamá, y que se da cuenta que su problema consiste en que: "el mundo sólo quería amores a lo ya conocido y que se manifestaran de modos conocidos; el mundo sólo quería que se amara lo que siempre se había amado y eso ¿Qué clase de mérito tenía?".
Estas palabras del personaje me dan la pista para contextualizar las coordenadas literarias del libro de Burgos, pues me han recordado la revolucionaria propuesta de los años setenta, planteada por J.G. Ballard, el buen escritor inglés de Ciencia Ficción, de que dicho género ya se estaba agotando en su exploración del "espacio exterior" con sus extraterrestres, sus planetas de galaxias desconocidas, sus naves interplanetarias y sus viajes al futuro. Entonces, propuso que la nueva literatura de Ciencia Ficción debía mirar hacia adentro, explorar el desconocido "espacio interior" de la psicología humana y sus relaciones con el mundo.
La expresión práctica de esta teoría fue su novela Crash, en la que un grupo de personas descubre la satisfacción sexual en medio de accidentes automovilísticos buscados a propósito, y las secuelas monstruosas en los cuerpos accidentados se vuelven íconos del deseo pornográfico y del voyerismo.
Creo que esta obra de Campo Ricardo puede ser leída también como otra novela de Ciencia Ficción del "Espacio Interior", y de hecho debo resaltar que su autor es un gran conocedor de este género literario. Pero, además, el tema específico de los zapatos como objetos del deseo erótico y de las fantasías sexuales, tienen una interesante tradición en las letras occidentales y en las culturas orientales. En la narrativa occidental su más prestigioso ejemplo es Flaubert, obsesionado y erotizado con los botines de su Madame Bovary, que como recuerda Vargas Llosa en su ensayo La Orgía Perpetua, se atreve incluso a confesarle a su amante Luisa Colet, en una carta, que para él "los zapatos son un mundo" y que si fuese profesor universitario escribiría un texto sobre el "apasionante" tema de los "zapatos comparados en todas las literaturas".
En Oriente la fascinación por los pies ha ido de la mano del deseo amatorio por los zapatos. En un antiguo tratado chino del siglo VIII AC, su autor anónimo recomienda que primero se deben acariciar las zapatillas de la potencial amante antes de ser tocada, y si el olor y la textura del calzado le son gratos a la sensualidad del aspirante, entonces sí debe hablarle y sugerirle "el contacto definitivo". Las zapatillas y las telas en las que las geishas envuelven sus diminutos pies, son motivo de culto para ciertos discípulos de algunas escuelas de alquimia sexual taoísta, pues consideran que el olor de los zapatos guarda el secreto del corazón y anuncia el grado de suavidad y espiritualidad de su "florecita misteriosa".
En fin, aunque en un primer momento nos sorprendamos por el tema de la novela corta de Burgos, lo cierto es que él lo ha manejado con destreza narrativa, ingeniosidad y, en especial, con un sugestivo tono irónico, presente en la voz del narrador de la historia, que logra construir un puente de verdadera comunicación con el lector. Además, para terminar, nunca sobra recordar que en literatura no existen los "buenos" o "malos" temas, sino cualquier tema será literario dependiendo del manejo acertado que le de su autor.
Entonces, estamos ante una narración interesante y sutil que se ha atrevido a navegar por los profundos "espacios interiores" de la psicología humana y sus "posibilidades infinitas" de encontrarle, o inventarle, otros sentidos a la vida de las personas. Es decir, esta obra nos propone una historia que se encuentra "más allá" de la cordura y de la locura.
Otra crítica sobre José Antonio Ramírez y un zapato, por Antonio Mora Vélez.
Comments
CLASICO
Ricardo:
Acabo de leer Jose antonio ramirez y un Zapato y desde ya puedo decirte que, suceda lo que suceda con es libro, es un clasico.
Tu ya sabes quien
Re: Jose Antonio Ramirez y un zapato
Si bien cuenta una historia fetichista; yo creo que es una aproximación hacia la búsqueda de nuevos campos de exploración, por medio de objetos, quizas sea una invitación para buscar una mayor sensibilidad hacia los objetos que poseemos y que podemos disfrutar por medios de nuestros sentidos.
Re: Jose Antonio Ramirez y un zapato
El libro, respondiendo positivamente a su deseo, me hizo reir mucho. Además, inconscientemente me puse a pensar en las cosas materiales que tengo, y que a veces llegan a obsesionarme, y a ratos a preocuparme demasiado por perderlas. Aunque creo que lo mío en realidad es el típico materialismo absurdo y excesivo de adolescente.
Quería, primero, felicitarlo por su primera novela publicada, y porque en mi punto de vista inexperto e insignificante, es una historia muy original y entretenida.
Segundo: me surgió la duda de poder llegar a una experiencia similar a la del personaje, pero con un animal, como un gato o un perro, que suelen ser los animales más comunes en las casas de las ciudades.
Tercero: fuera de la historia, o del autor, creo que el libro tiene serios problemas de edición. Por ejemplo, ¿qué demonios es eso de "-¡Déjeme en paz, si?". Eso de iniciar una oración con un signo de admiración, y cerrarla con uno de interrogación no existe.
Cuarto: suerte con su nueva tarea angloparlante bajo el sol y en la arena.
Saludos
Alejandro
Re: Jose Antonio Ramirez y un zapato
Estimado Alejandro:
Me alegra mucho encontrármelo por aquí. Me alegra también que se haya reido y le agradezco sus felicitaciones. En cuanto a algunos problemas en el sentido de esos signos de puntuación, seguramente se le pasaron al corrector pero ese es un inconveniente menor. Por último, y espero que no se moleste por esto, pídale mi e-mail a su amigo Pablo o a Maylin y por favor escríbame.
Un saludo
Campo Ricardo Burgos López
Re: Jose Antonio Ramirez y un zapato
Para Campito un gran urra por atreverse a incursionar en un mundo literario poco explorado en nuestra sociedad, leeré el libro (espero el autor pueda autografiarlo) y estaré enviando nuevos comentarios.
Angela Patricia
Re: Jose Antonio Ramirez y un zapato
Gracias Angelita. Yo tambièn espero que un dìa de estos me regales tu autògrafo
Campo Ricardo Burgos Lòpez
Re: Jose Antonio Ramirez y un zapato
¿Donde adquirir el libro?
G. Turner
gturner@binal.ac.pa
Re: Jose Antonio Ramirez y un zapato
He encontrado algo novedoso esa relacion entre el pie y el zapato y como surguen emociones a partir de ello.
Atentamente.
Lili
Re: Jose Antonio Ramirez y un zapato
Estimado Señor Turner:
Por el momento el libro sólo se consigue en algunas librerías de Bogotá y muy pronto en algunas otras ciudades de Colombia. En estos días se hacen contactos para ver si es posible distribuirlo por fuera de Colombia vía Amazon (la editorial La Serpiente Emplumada de Colombia está gestionando un acuerdo en tal sentido). Tan pronto tenga más información, aquí mismo se la proporcionaré o directamente a su e-mail.
Cordialmente
Campo Ricardo Burgos López