Manual Práctico del Viajero en el Tiempo

Manual Práctico del Viajero en el Tiempo

Por Jotar

Este informe recopila sucesos y eventos relacionados al ya mítico viaje en el tiempo originado en la literatura y principalmente plasmado en el mundo del cine. Detalles que, en su mayoría, han sido pasados por alto por guionistas y escritores con el noble fin de no entorpecer los caminos que permiten al género de la ciencia-ficción alimentar nuestras fantasías. Una vuelta de tuerca pseudo-científica al tema sin perder el sentido del humor.

 

Usted es el Doc, Doc

Estimado amigo viajero en el tiempo, antes de emprender su próximo peregrinaje temporal, ya sea este de placer o sólo por negocios, deberá usted leer atentamente estos comentarios a modo de consejo. Le serán de gran provecho en un futuro cercano o en algún pasado distante. La exhortación prometida, empezando bajo estas líneas y sin mayores dilaciones...

Existen múltiples formas de viajar por el tiempo, tanto hacia los planos de tiempo ya transcurridos o hacia aquellos que aún ignotos nos deparan en el porvenir. De esto, guionistas cinematográficos influenciados por la chispa iniciática del Sr. Herbet George Wells (H.G., para los íntimos), han dado rienda suelta a sus fantasías en reiteradas ocasiones con sobradas muestras de diversidad creativa, en la mayoría de los casos, ilimitadas. Aunque, pensándolo bien, debiésemos utilizar la frase "dentro de ciertos límites" en esta ocasión.

Los límites más comunes a los que se enfrentan los viajeros en el tiempo de las películas de cine, suelen estar relacionados con las paradojas temporales, conflictos causales –no casuales–, destinos imperturbables y falta de desplazamiento topográfico.

Los crononautas (como los denominaremos a partir de éste momento, evocando simultáneamente la intransigencia y el nombre del dios griego Cronos, papá de Zeus) suelen ser sujetos de perfil tozudo pero de mentes abiertas. Nunca dudan en saltar a sus máquinas del tiempo, sean estas gráciles De-Lorean o armatostes dignos del podio central de cualquier feria de arte abstracta, para viajar usualmente sin ton ni son hacia desconocidos planos pasados o futuros, evitando cualquier tipo de cavilación sobre las consecuentes distorsiones universales de sus actos.

De átomos perdidos y trivialidades olvidadas

Ahora bien, viaja la máquina, viaja el pasajero. ¿Viaja algo más? ¿Cómo es que los crononautas logran delimitar el vórtice o zona de abducción temporal que impulsa sus máquinas hacia atrás o hacia delante? Convengamos que se hace uso del convencionalismo "atrás y adelante" para simplificar lo que aún hoy se mantiene como una postulado imposible de la física actual, pero totalmente comprobado en el campo de la ciencia-ficción.

Este es uno de los baches –o agujeros en el tempus continuum– que se producen más frecuentemente en este tipo de narraciones. Analicemos los ejemplos más habituales: En la vieja producción de George Pal de "La Máquina del Tiempo", que protagoniza el estimado señor Rod Taylor, el instrumento del crononauta se presenta en formato premium, a todo confort, con asiento de pana y adornados controles relucientes. Un juguete de lujo. Cómo se puede apreciar, ningún científico decente viajaría en el tiempo sin un nivel básico de distinción.

El Impulsador Temporal, como llamaremos al "motor" de la máquina del tiempo, estaba aparentemente conformado por un disco repleto de diseños bastante poco ilustrativos que hacían referencia al tiempo y a las formas de medirlo. El disco giraba… y ¡pam! …el desplazamiento daba a lugar. En el De-Lorean de Volver al Futuro el Impulsador tenía apariencia de un circuito de cables convergentes y era llamado "capacitador de flujo". Bueno sería saber de qué clase de flujos estaba conduciendo el aparatejo.

¿Pero cómo es que el área a transportar quedaba determinada? ¿En el nombre de qué enunciado científico la máquina desplazaba su propia estructura, al crononauta, el oxígeno que éste respiraba y nada más, ni siquiera un trocito de cerámica del piso del laboratorio o una sección del asfalto de la calle?

Lo que nos lleva a otro pequeño detalle pasado por alto: Si la máquina se las ingeniaba para transportarse a sí misma, la pequeña porción de atmósfera respirable y al crononauta sin excepciones, ¿qué sucedía con los átomos de la materia que de pronto se verían reemplazados o desplazados al arribar el crononauta a su destino?

Como sabrán, el "espacio vacío" que nos envuelve está conformado de átomos básicos que pululan en derredor –cual la Fuerza mística de la religión Jedi– aunque no necesariamente sólo en la materia orgánica sino en el TODO. Si analizamos primero el problema del "vacío atómico" que el crononauta ha dejado tras de sí, sería prudente citar a un colega de QuintaDimension.com, el Sr. Jorge Balej, físico y divulgador argentino.

"¿Qué ocurre con el espacio vacío que queda en el lugar de partida? Esto no es tan dramático, simplemente se llena, como ocurre con las explosiones; En el caso de una bomba nuclear, por ejemplo, su explosión produce un vacío, ya que la onda expansiva expulsa a la materia. Se puede observar que luego del pasaje de la onda expansiva –acompañada de viento y seguramente algún que otro edificio– se produce un reflujo de materia en dirección contraria, es decir, el vacío se llena."

En cambio, si abordamos la cuestión referente al arribo del crononauta, nos enfrentamos a la siguiente posibilidad: Superposición de átomos. Tomemos como base que el crononauta acierte viajar hasta un punto futuro dónde sólo se vea rodeado de espacio abierto, lo cual siempre ha sido el caso y eso habla muy bien de la suerte de todos ellos, y de la sagacidad de los guionistas.

Puede que en tal caso los átomos se superpongan y el crononauta realice una simbiosis con las partículas de oxígeno, el polvo residual, y los microbios aeróbicos que se encontraban allí sólo un segundo antes, resultando en un grave pastiche nocivo para su salud física inmediata –se los digo: ser crononauta tiene sus contramarchas–, o todo lo antes mencionado desaparece creándose un agujero negro, o la materia se ve forzosamente desplazada en una incontrolable fisión de átomos, creando un efecto devastador en cadena.

En la opinión del Sr. Balej, la hipótesis es amplia. "Si el infortunado crononauta aparece en el interior de un objeto sólido –por ejemplo, una montaña– podrían pasar una de dos cosas: a) La densidad de la materia en la zona de destino aumenta sin mayores consecuencias para la montaña, pero no así para el pobre tipo. ¿Recuerdan las manitos que sobresalían del casco del barco en "El Experimento Filadelfia"? O bien, b) el brusco aumento de densidad produciría una explosión que convertiría al crononauta en fragmentos diminutos."

Volviendo al caso del crononauta promedio con suerte, el cual siempre se las apaña para librarse de obstáculos sólidos, el Sr. Balej concluye: "Aquí podemos descartar la fusión de partículas con cierta confianza. Los átomos del crononauta ocuparían espacios entre los átomos del aire y estos últimos pasarían a formar parte del cuerpo de nuestro amigo aumentado así su masa. Sí, viajar por el tiempo engorda…"

¿O cabría la posibilidad que el arribo del crononauta a su destino –pasado o futuro– desencadenase la creación de un universo paralelo a partir de su misma materia, y cada vez que su viaje continuara se seguirían creando nuevos planos del mismo universo? Así lo sugiere, por ejemplo, el escritor Richard Bach en su libro "Un puente hacia el infinito". Aunque nada de esto hemos observado sin embargo en los ejemplos fílmicos y relatos literarios más populares.

Dejando de lado por un momento los aspectos cronológicos y abriendo el manual en el capítulo de los aspectos planimétricos, se nos presenta otra duda recurrente: ¿Por qué en general las obras relacionadas con este tópico omiten el desplazamiento de la Tierra, del universo mismo, de las placas tectónicas, etc? Hemos de comprender que los continentes no estarán en el mismo sitio en 800.000 años en el futuro, y que sin asirnos a una cifra tan difícil de imaginar, se desplazan unos cuantos centímetros por año, que basta para el ejemplo. La rotación de la Tierra sobre su eje, la órbita que describe nuestro planeta alrededor del sol, son detalles que no han sido muy tenidos en cuenta. Y sin contar con que tanto más ocurre lo mismo con la galaxia y con el siempre en expansión universo.

Un consejo práctico para el crononauta avezado: Debe tener el buen recaudo de construir una máquina de tiempo con sensor de posicionamiento global, para facilitar el desplazamiento geográfico consecuente, y fijar un punto de referencia en latitud y longitud si no quiere aparecer cerca de la órbita de Venus al tratar de conocer a sus padres, cuando usted mismo no había nacido aún...

Tampoco omita construir un sistema de propulsión independiente al desplazamiento temporal que facilite la corrección de esta trayectoria en pleno viaje, ya que el nivel del suelo tiende a subir por acción de la acumulación de estratos, contaminación humana, o, eventualmente, el agua, por el derretimiento de los cascos polares. Ya lo sabe: Si olvidó esto último y viaja para atrás, lleve escaleras y paracaídas de emergencia, pero si lo hace hacia adelante, pico, pala o equipo de buceo.

Destino y desatino

Hollywood ha avanzado en el tiempo conforme los florecimientos tecnológicos han estimulado la pobre neurona del común de las masas y ha volcado íntegramente este desarrollo visual sobre las ocasionales apariencias de las máquinas del tiempo. Fue así como los crononautas accedieron a trasladarse en mejores y más atractivos artefactos.

Algunos ya memorables como el automóvil De-Lorean del doctor Emmet Brown en la popular trilogía de "Volver al Futuro", otros más prácticos –ideales para el bolsillo del caballero y la cartera de la dama– como el "ovni" en forma de reloj que usaba Phineas Bogg en la serie "Viajeros", también por los ochentas, y sin olvidar los medios de desplazamiento francamente psicodélicos, acordes a la época, como el laboratorio con cueva en espiral incorporada que usaban los buenos de Tony y Doug en "El Túnel del Tiempo", y que jamás los llevaba a buen puerto aunque bien mantenía atornillado a su silla al hipnotizado espectador en una inverosímil pero precursora acción anti-zapping sin precedente.

No mencionaremos aquí a los pobres viajeros que sin comerla ni beberla fueron enviados a través del tiempo en misiones que ni ellos mismos terminaban de comprender y en las cuales siempre estaban a punto de recibir el gratuito aplanamiento de sus ondas cerebrales. La mayoría llegaban desnudos y más que confundidos. Cabe citar a la némesis del Terminator, el soldado Kyle Reese, subalterno de John Connor en un ruinoso futuro, y a la vez paradójico padre del nonato líder. También integra esta lista el torturado peón observador James Cole –un calvo Bruce Willis– en la aún más compleja "Doce Monos". Ellos no tenían control sobre las máquinas del tiempo que los desplazaban, más concretamente, sucedía lo opuesto.

Los crononautas que sí sabían lo que hacían, o al menos así lo creían, se encontraron sin embargo, a pesar de estos artilugios que la ciencia-ficción moderna les había suministrado, creando todo tipo de paradojas y situaciones desopilantes tanto en el futuro como en el pasado. Un buen ejemplo de lo que el crononauta debería evitar es encontrarse con su propio yo en el futuro, primero porque rompería con la tradicional creencia que nos ilustra sobre las líneas continuas de tiempo: Si el crononauta se sube a su máquina del tiempo y, digamos, decide viajar al futuro sin avisarle a nadie, sus familiares deberían presentar un Habeas Corpus por su desaparición física, ya que justamente nadie sabrá de su paradero hasta que arribe a su destino.

Jennifer, la novia de Marty McFly en "Volver al Futuro II", se encuentra accidentalmente con su propio yo tres décadas mayor, en el cándido y tecnológico futuro del año 2015. Según el Doc Brown, legendario crononauta si los hay, esto pudo haber acarreado una tragedia de escala cósmica, aunque afortunadamente lo que ocurre es sólo un doble desmayo de ambas Jennifers. Estimado crononauta amateur: No corra riesgos, es factible que en la mayoría de los mundos de ciencia-ficción una acción similar pueda tener consecuencias mucho más severas. Medítelo.

Sin movernos de la misma secuencia, y a pocos minutos de distancia, apreciamos quizá la paradoja más grande en la cronología cinematográfica de las máquinas del tiempo. Biff, el buscapleitos y eterno rival del padre de Marty, ya viejo en el año 2015, encuentra la forma de escamotear al pasado un calendario de resultados deportivos de la segunda mitad del siglo XX, dárselo a sí mismo en 1955 y luego devolver el De-Lorean al año 2015. Bien, analicemos este acto de insensatez argumental que nos ha fascinado –sin embargo– hasta el punto de jamás habernos cuestionado el hecho y disfrutar de la historia en cuestión.

Con esta acción de viajar al pasado y obsequiarse a sí mismo un libro con material permeable de generar ganancias ilimitadas, Biff cambia su propio futuro. Ahora bien, si prestamos atención a la teoría del buen Doc que versaba sobre las constantes lineales, entenderemos que existe sólo una forma de avanzar en el tiempo, y es hacia delante: Entonces, ¿cómo pudo volver el viejo Biff a un futuro que acababa de cambiar con dicho acto? ¿Debemos suponer que nada había cambiado el joven Biff aún, al momento de retornar al futuro el viejo Biff, y esto le posibilitó transitar el mismo camino de regreso antes que la línea del tiempo se viese afectada? Paradoja, amigo crononauta, paradoja.

La duda suprema que nos hace tambalear y repetir a voz de cuello la palabra "paradoja" cada vez que una explicación no parece amoldarse a las leyes lógicas del hombre pensante es la siguiente: ¿Realmente el tiempo es una línea continua o se trata de un ensamble de dimensiones paralelas a través de las cuales nuestra consciencia se arrastra desplazándose instantáneamente, dando saltos infinitos, ignorante de ocupar múltiples planos físicos y etéreos todos a la vez? ¿Somos todos crononautas en tiempo real sin advertirlo?

Mil intentos y un invento

No todas son espinas en un jardín de rosas. Observemos ahora la mitad inferior del vaso con agua, la parte llena. Conforme nos acercamos al presente, la inquietud de los espectadores ha llevado a los asesores científicos a prodigar buenos consejos a productores y directores de turno para la recreación de una creíble y respetable obra sobre viajes en el tiempo.

Simon Wells, el bisnieto de H.G., recrea en parte el cuento que diera origen a las interminables hipótesis, mitad basándose en guiños a la mencionada película "La Máquina del Tiempo", mitad haciendo caso a los productores modernos que le aconsejaron introducir el "elemento femenino de acción-reacción" que, en este caso, incluye la necesidad de transformarse en crononauta para volver al pasado y salvar a su novia muerta trágicamente. En esta película advertimos pequeños detalles –exceptuando todas las erratas usuales ya comentadas– que nos dan indicios sobre cierta perceptibilidad científica a la hora de contar.

Cuando el Profesor Alexander Hardegen, crononauta torturado y protagonista de esta última producción, impulsa la palanca que activa la máquina, somos testigos de como el disco solar nace y se pone cada vez con mayor velocidad, frenéticamente, hasta convertirse en una única banda de luz que se desplaza en el firmamento siguiendo el principio de los equinoccios y los solsticios, es decir, el alejamiento y acercamiento de la Tierra del astro rey. Más preciso aún hubiese resultado incluir la banda más pequeña pero también visible de la luna –que sí es mencionada por el bisabuelo Wells en el texto original de su cuento. Pero considerando que "esto es Hollywood…" nos encontramos entonces frente a un acierto por demás portentoso.

Otro detalle juicioso –ya más librado a hipótesis de teóricos sesudos de pipas fumar y barbas portar–, es aquel que vemos se ha cuidado en producciones como "Terminator" y, justamente, la nueva versión de "La Máquina del Tiempo". Al principio de esta reseña conjeturábamos sobre qué tipo de campo debiese limitar la zona de abducción temporal, es decir, la porción de materia que el crononauta desea transportar en su viaje. De existir una energía que pudiese crear semejante campo de fuerza, ésta lógicamente debiese responder a ciertas características estructurales en armonía con las premisas universales conocidas.

Círculos y esferas. Sí, señor crononauta, el universo conocido se rige por fuerzas gravitatorias dentro de cada sistema solar, y éstas se repiten para cada planeta en mayor o menor escala dependiendo del tamaño y masa del mismo. Parece lógico suponer que el vórtice temporal generado por una máquina del tiempo responda a dichas proporciones esféricas.

Recordemos nuevamente a nuestro buen amigo Arnold Schwarzenegger mostrándonos sus inmaculados pompis robóticos después de aquel fogonazo que precedía su arribo a nuestros tiempos. La materia reemplazada por este campo energético circular se desvanecía cual manteca cortada por un cuchillo al rojo …Pero omitamos volver a la inexplicable cuestión de los vacíos atómicos, no nos alejemos del esférico asunto.

En la nueva versión fílmica de la obra de H.G. Wells, el Profesor Hardegen, interpretado por el australiano Guy Pierce, construye su máquina al estilo de las misiones Apolo de la N.A.S.A.: Dotada de patas retráctiles que, una vez generado el campo de energía circular del área de traslado, se recogen sobre sí mismas para quedar a resguardo dentro del aún no activado vórtice temporal.

Cabe destacar también un concepto filosófico extraído del mismo film que podría explicar la imperturbabilidad del tiempo como una causal. Hardegen busca la respuesta a la pregunta "¿Por qué no puedo cambiar el pasado?" para así evitar la muerte de Emma, su novia, luego de un fallido intento previo donde ella moría nuevamente, atada a un destino inquebrantable. El líder de los Morlocks, un pálido Jeremy Irons, a propósito de esta pregunta le responde: "Si Emma no hubiese muerto, tú no habrías construido la máquina del tiempo. […] Como ves, eres el resultado ineludible de tu propia tragedia."

Un punto abierto a debate pero lógico. ¿Puede ser eliminado un proceso previo y necesario para el desarrollo de un medio que persiga justamente el fin de eliminar dicho proceso? Parece chino, mi estimado amigo crononauta, pero lea nuevamente… ¿Podría usted construir una máquina del tiempo con el propósito de salvar a alguien que ha muerto, y evitar la tragedia, no sin erradicar al mismo tiempo el suceso que motivó dicha construcción? En este hipotético caso, quizá debamos prestar atención a las palabras del Morlock, atadas a una lógica aterradora.

A modo de colofón ¿Sabía Ud. que…?

Existió un telefilme estadounidense de 1949 que adaptó la versión original de H.G. Wells de "La Máquina del Tiempo", bajo el mismo título ("The Time Machine"), dirigida por Robert Barr y protagonizada por Russell Nappier como el crononauta. Una poco conocida adaptación de la que solo ha llegado hasta nuestros días algunas fotografías. Fue transmitido a las 20:30 del 25 de enero de 1949 en vivo, tales eran las limitaciones de la época. Un mes después, repitiendo las actuaciones nuevamente, se volvió a transmitir el programa. Siguiendo más fielmente la obra original, este telefilme fue estructurado como si se tratase de una única escena continua, al estilo teatral. Se sabe que los efectos especiales utilizados para dar la impresión del viaje temporal fueron realizados con proyecciones de fondo. Debido a la rudimentaria tecnología televisiva de mitades del siglo XX, esta histórica emisión ha quedado perdida para siempre. (fuente: www.cinefania.com)

Mis estimados crononautas, ya lo saben, si han de viajar hacia el presente o hacia el futuro, no intenten copiar el modus operandi de advenedizos viajeros del cine, la TV y la novelística. Ármense de un buen libro de física cuántica y encomiéndense a San Cronopio, el santo de los crononautas sensatos, puesto que la propia atomización corporal o, aún peor, la responsabilidad de una catástrofe de proporciones galácticas puede recaer sobre vuestros corazones aventureros.

Nos volveremos a ver, sin duda, algún día de estos… al recibir quizá, quien escribe, la sorpresa de ser visitado por sí mismo para demostrarse y demostrarles que todo es relativo y nada es absoluto. O cuando las emblemáticas creencias que nos envuelven se fundan al calor de una nueva era, más propensa a entregarse a las posibilidades del porvenir.

"– Sr. Filby, ¿cree que regresará algún día? –

– Pues… Sólo podemos especular. Porque él, …él tiene todo el tiempo del mundo."

(Diálogo entre la Sra. Watchett, ama de llaves del crononauta y David Filby, su eterno amigo en el clásico "La Máquina del Tiempo")

Jotar

Buenos Aires, 18 de julio de 2003

Filmografía de cine y TV sugerida

La Máquina del Tiempo

("The Time Machine" de George Pal con Rod Taylor, 1960)

Traspasando la Barrera del Tiempo

("Beyond the Time Barrier" de Edgar Ulmer, 1960)

El Túnel del Tiempo

("The Time Tunnel", serie de TV con James Darren y Robert Colbert, 30 episodios, 1966/67)

Encuentros Cercanos del 3er. Tipo

("Close Encounters of the Third Kind" de Steven Spielberg, 1977)

La Cuenta Regresiva

("The Final Countdown" de Don Taylor con Kirk Douglas y Martin Sheen, 1980)

Los Ladrones del Tiempo

("Time Bandits" de Terry Gilliam con los Monty Python, 1981)

Viajeros

("Voyagers!", serie de TV con Jon-Erik Hexum y Meeno Peluce, 20 episodios, 1982/83)

El Experimento Filadelfia

("The Philadelphia Experiment" de Stewart Raffill con Michael Pare, 1984)

Terminator 1, 2 y 3

("The Terminator" y "Terminator 2 – Judgement Day", ambas de James Cameron, 1984 y 1991, y la esperada "Terminator 3 – Rise of the Machines" de Jonathan

Mostow, siempre con Arnold Schwarzenegger, 2003)

Volver al Futuro 1, 2 y 3

("Back to the Future", trilogía de Robert Zemeckis con Michael J. Fox y Christopher Lloyd, 1985, 1989 y 1990)

A Través del Tiempo

("Quantum Leap", serie de TV con Scott Bakula y Dean Stockwell, 97 episodios, 1989/93)

Freejack

(de Geoff Murphy con Emilio Estevez y Anthony Hopkins, 1992)

Misión en el Tiempo

("Time Trax", serie de TV con Dale Midkiff y Elizabeth Alexander, 44 episodios, 1993/94)

Policía del Tiempo

("Timecop" de Peter Hyams con Jean-Claude Van Damme, 1994)

12 Monos

("12 Monkeys" de Terry Gilliam con Bruce Willis y Madeleine Stowe, 1995)

Viaje a las Estrellas: Primer Contacto

("Star Trek – First Contact" de Jonathan Frakes, 1996)

La Máquina del Tiempo

("The Time Machine" de Simon Wells con Guy Pierce, 2002)

Comments

Nesecito Manual

Pues ya tengo el manual de viajero ahora solo mandenme el manual para construir la maquina del tiempo, lo demenos es construirla si alguien tiene un articulo sobre como construirla mandenmelo a :

sexanddeath3@prodigy.net.mx

sexanddeath3@hotmail.com

ATTE
Irwing Amisadai S.R ..

gracias.

Re: Manual Práctico del Viajero en el Tiempo

Saludos, Jotar.

He estado leyendo algunos de tus artículos, y éste en especial es el que más ha generado mi agrado. Algunos de tus textos (permíteme que te tutee) son buenos, otros francamente regulares, y otros en los que, sin ánimo de ofender, resultan bastante absurdos (no absurdos en su composición, sino en las opiniones vertidas en ellos). Un ejemplo de este último lo tenemos en el comentario acerca de Matrix, trilogía patética y verdaderamente poblada de errores argumentales y técnicos que, lejos de parecer interesante, demuestra en sus últimos pasos como la filosofía Hollywood es molestamente difícil de ser pasado por alto. Impresiona como puedes hablar de errores argumentales en la nueva trilogía de Starwars y luego pasar por alto los innumerables fallos de este bazofio cinematográfico que es Matrix. Pero bueno, que me voy por los cerros de Úbeda...

A lo que voy es a que tu artículo de los viajes del tiempo es harto interesante, y de hecho no he podido evitar sonreír ante muchas cosas que comentas y que yo siempre había criticado y cuestionado.

Puedo añadir un suceso "paradójico más" a tu colección que curiosos errores sobre los susodichos viajes en el tiempo. En TODAS las obras de ci-fi en la que apreciamos viajes en el tiempo hacia el pasado y hay cambios en este, el presente irremediablemente cambia. Tenemos el ejemplo perfecto en la saga de "Regreso al Futuro", en la que al regresar del pasado, McFly observa cómo sus padres son en la nueva actualidad mucho más afortunados que lo que les deparaba el antiguo presente. Sin embargo, si esto ocurre, ¿cómo es que la propia mente del protagonista no se ve afectada? Es decir, Martin tendría nuevos recuerdos consecuentes del nuevo hilo del tiempo, ¿o es que el viajero del tiempo está libre de estos cambios? En caso de que así sea, habría que meditar de nuevo esa idea tuya de que en realidad no existe una línea temporal propiamente dicha, sino infinitos universos paralelos que visitar, cada uno con sus propias alteraciones diminutas con respecto a sus hermanos, ya sean estas temporales o causales.

Sin más, un saludo.

Sinceridad que aplasta

Estimado amigo,

Muchas gracias por tu sinceridad tan vehemente, tanto como un yunque en la cabeza por momentos, je je. Siempre ten presente que sobre gustos no hay nada escrito. Suelo enmascarar mis "criticas" cinematográficas como tal, pero a no confundirse, porque no suelen ser lo que aparentan. Un crítico debiese dar su opinión técnica sobre el film... yo en cambio prefiero decir lo que me ha disparado la experiencia. Con el tiempo las experiencias se solidifican o resquebrajan. Quizá en unos años Matrix me guste más o menos de lo que me ha gustado en el momento que las vi.

Nada es absoluto, todo relativo.

Saludos!

Mucho tiempo despues...

Mi comentario llega mucho "tiempo" despues del ultimo realizado por otras personas.
Es paradojico, digo/decimos "tiempo", pero nadie puede definirlo con autoridad o verdad..

Leyo Ud. Caballo de Troya (JJ.Benitez) ?
Que opinion le merece el salto del tiempo de ese libro ?

Mis mas cordiales saludos y respetos.
Julio Nery

El tiempo es relativo... no absoluto

Estimado Julio,

No, no he leído la obra de J. J. Benítez. Debo decir que me produce curiosidad saber porque la mitad del mundo lo alaba y la otra mitad, lo odia.

Saludos!

Re: Manual Práctico del Viajero en el Tiempo

Te recomiendo que leas algunos libros que te van a dar mas ideas con respecto al viaje en el tiempo

El fin de la eternidad, de Asimov (obligatorio)
Rescate en el tiempo, de Chrinton (se escribe asi?)
El libro del dia del juicio final, no me acuerdo (pero gano el nebula, el hugo y el locus)

Salu2,
Pablo

"Hay una mariposa en mi suela"

Muy buena lista, amigo Pablo.

El de Asimov me reconozco en deuda. No lo leí. El de Rescate en el Tiempo es de Michael Crichton (autor en cierta época de todo blockbuster hollywoodense que se preciase de tal). Si no me equivoco transcurre en un pasado medieval donde unos científicos del presente son los que viajan. El del premio Nébula, no tenía idea.

De hecho no recuerdo haber leído libros sobre viajes en el tiempo, más bien cuentos cortos, principalmente de Asimov, Bradbury, y otros, de los cuales es un clásico de Bradbury el titulado The Sound of Thunder -"El Sonido del Trueno", parodiado hasta en Los Simpson, donde en un safari temporal a la prehistoria un cazador-turista se baja de la plataforma elevada que se supone no debe abandonar y cambia todo el futuro con el simple hecho de aplastar una mariposa con su bota.

Hay mucho más por allí escrito,
Jotar

Re: Manual Práctico del Viajero en el Tiempo

En el fondo de mi memoria, recuerdo haber leido un cuento que especulaba sobre este punto.
Si el viaje al pasado fuera posible, entonces deberia haber sucedido ya, y deberiamos encontrar indicios en la historia de viajeros temporales... En el cuento en cuestion, los viajeros volvían (creo que sin querer) a la Francia en la epoca previa de la Revolucion, y armaban un gran despelote - de hecho, provocaban la revolucion francesa. Por ejemplo, Robespierre, en realidad, era Robot Pierre, uno de los viajeros. Un par de guillotinajes y chau protagonistas... y chau viaje en el tiempo.

A riesgo de parecer Fox Mulder de los X-Files...

Estimado amigo,

Puedo parecer paranoico con estos de los complots y encubrimientos gubernamentales, pero hay que dar por descontado que de realizarse viajes en el tiempo no seremos nosotros, la gente común, la que que se entere de dichas aventuras.

Sin embargo nunca hay que perder esperanzas de que las viejas utopías se vuelvan realidades.

Saludos

Re: A riesgo de parecer Fox Mulder de los X-Files...

existe un cuento de asimov, que ahora no recuerdo el titulo, en el que se mantenia deliveradamente atascado el progreso de la maquina del tiempo. En realidad era un cronoscopio, para "ver" el pasado. La maquina era de acceso publico, pero tenia tal burocracia para su uso, que muy poca gente la utilizaba al final. Esto era porque solo era posible "ver" hasta 100 años en el pasado, por el ruido temporal que se generaba conforme pasaban los años. No quiero contar el cuento, pero por lo que en realidad el gobierno no queria que se utilizara la maquina es porque se podria saber todo lo que pasaba en el momento en todo lugar que se quisiera. Calculemos que la maquina debe hacer un desplazamiento temporal y tambien espacial (asi que el lugar a donde se enfoca no es problema) y uno pone el "nivel de pasado" en 0,00001 segundos, y tenemos la maquina espia totalmente segura.

Otra Area 51

Sí, coincido plenamente. No sabía del cuento, gracias por el dato.

Jotar

Re: Manual Práctico del Viajero en el Tiempo

Es verdad, yo pienso lo mismo. Si por ejemplo las principales potencias del mundo acordaran crear un monumento que sería cuidado y mantenido por siempre y se estableciera que cuando fuera posible el viaje hacia atras en el tiempo se viajara a la fecha y hora exacta de constitución del monumento, sabríamos con seguridad al momento si es posible o no ¿no?
JAMG

Sí, en un mundo utópico

Muy buen punto. Estoy de acuerdo con vos, JAMG, pero si el viaje en el tiempo fuera posible no estaría al alcance de la opinión pública ni mucho menos del ser humano común y corriente. Tantas cosas ocultan los gobiernos, y son menos trascendentes, que si el viaje en cuestión fuera viable, seguramente no nos enteraríamos.

Si viviésemos en un mundo al estilo Asimov, quizá esto fuese factible.

Saludos!

El tiempo no perdona...

Bueno, lamento mi ausencia involutaria durante este periodo ya que la conversarción tomaba ciertamente un tono interesante, pero , como rezá el titulo de este comentario, el tiempo no perdona a nadie... salvo que hagamos algo para evitarlo, claro está.

Primero, agradecer de nuevo el tema de conversación arriesgandome a parecer repetitivo. Vencer al tiempo no solo constituye una pasión por mi parte, sinó que pensar sobre ello se ha convertido en casi una dedicación. Por eso agradezco encontrar a contertulios con la misma afición.

Ya alguien dijo antes que nosotros que el tiempo es aquello que impide que todas las cosas pasen a la vez. Por consecuencia, si no existiera el tiempo, quizás nuestras mentes serían incapaces de asimilar todo lo que nos ocurriría, retrayendonos en un estado de locura o quizás (y quiero recordar que trabajo, al igual que todos , bajo suposiciones) no seriamos capaces de entender nada.

"Alterar el curso del tiempo" es quizá la sentencia más correcta para lo que aquí se busca. Modificar su flujo a nuestro antojo. Luego, para ello sería necesario adaptar nuestras mentes a tal proceso. Cuando eso ocurra, el alterar el corriente temporal típica dejará de ser un problema ... o una ilusión.

Desde aquí,deseo suerte a todo aquel que, compartiendo ese sueño, se encamine con tal fin.

Gracias personalmente a Jotar, quien demuestra con maestría como debe ser un moderardor de un foro de discusión, además de ser un excelnte comentarista. Y felicidades por la página. No solo de "tiempo" vive el hombre y las aficiones a las que se dedica este espacio también las comparto en su mayoría. Y si , yo también soy de esos que preferiría un DeLorean, pero hay que tener en cuenta siempre que en la reentrada vas pegando tumbos...

Saludos a todos

K.

Tertulia virtual

Muchas gracias a Ud. también, Mr. K, por ser tan buen opinador. (Vistos desde fuera debemos parecer parientes o amigos simulando esta larga encadenación de mensajes)

¡Pero no es así! El tiempo dirá que ninguno de nosotros no hizo lo que el destino le adjudicó de antemano.

Hasta la vista, K.
J.

(K y J... como los Men in Black, curioso)

Re: Tertulia virtual

Agredezco su opinión al respecto Mr. J.
Queda usted invitado para el viaje en el tiempo que logremos desarrollar en base de las hipotesis aquí recogidas. Pero recuerde que si es en base de un Delorean... conduzco yo, Mr J ( al igual que MiB) Wink

Saludos
K.

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