El Impostor, de Philip K. Dick

El impostor en su vuelta de tuerca

por Arturo Villalobos

Inesperadamente P.K. Dick se ha convertido en uno de los autores de CF mas versionados en el cine. Mas allá de las grandes producciones como Blade Runner, Total Recall o Minority Report aparecen otras a las cuales se les prestó menos antención, como Screamers o Impostor.
Justamente en base a este último film -y al cuento que le dio origen- se desarrolla el presente análisis.

¡Atención! Este articulo contiene SPOILERS (en otras palabras, te contamos el final). ¡El que avisa no es traidor!

Es casi seguro que el escritor Philip Kindred Dick nunca hubiera imaginado que uno de sus relatos, El Informe de la Minoría (Minority Report), sería trasladado al cine en una versión dirigida por el monarca de Hollywood, Steven Spielberg, intitulada en los países de habla hispana como Sentencia Previa. Aunque estuvo a punto de asistir al estreno de la mítica Blade Runner, dirigida por Ridley Scott, basada en su novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, si no la mejor, una de sus mejores obras. Dick murió semanas antes de recibir la recompensa a una vida asolada por carencias de todo tipo, pero fecundada por una carrera creativa como pocas en la historia de la literatura y única dentro de su género, la ficción científica, por la forma en que hace confluir interrogantes filosóficas sobre la naturaleza de la realidad y visiones mitológicas propias de la moderna sociedad de masas, un cierto cristianismo gnóstico y el no siempre bien disimulado fascismo del capitalismo norteamericano.

Un cuento suyo, Impostor, fue llevado al cine por Gary Fleder con una película del mismo nombre, que casi pasó desapercibida. El cuento de Dick gira alrededor de la pregunta sobre cómo definimos la identidad, o bien: ¿Qué es lo que hace a una persona ser ella y no otra? En alguna entrevista, Dick se declaraba más un "filósofo ficcionalista" que un narrador puro, y la historia de Impostor es una muestra del poder de la narrativa para expresar con imágenes vívidas una cuestionante que de otra manera se volvería demasiado abstracta o sólo formulable en términos filosóficos, psicológicos o biológicos.

Salvo en el tratamiento y en el final, el cuento y el film Impostor no difieren esencialmente. En ambas narraciones, la civilización tiene un enemigo en Alpha Centauri que quiere destruir a la humanidad para invadir la Tierra. En el cuento, el enemigo es una civilización alienígena; en el film, se trata de una raza de hombres genéticamente superiores (un guiño de ojo, tal vez, a una idea constante en Dick: la raza de hombres genéticamente "avanzados" que domina y controla a otra destinada a soportarles). Un científico de la tierra, Spence Olham, ha diseñado un arma con el que se esperan grandes resultados en la lucha contra los enemigos. Cuando el arma está a punto de ser terminada y asiste al centro de investigación donde trabaja, le detienen y le sujetan agentes de la seguridad terrestre, comandados por un detective gubernamental, con la orden de eliminarlo sin juicio sumario siquiera. La razón es que, al parecer, el verdadero Spence Olham ha sido asesinado por un extraterrestre que ha usurpado su lugar. Olham ya está muerto y el que ahora lo usurpa es un extraterrestre (un robot en el cuento), que lleva implantada una bomba en el pecho para estallar mediante una frase clave y que ha robado a Olham todo aquello que prácticamente definiría su identidad: cuerpo, personalidad, recuerdos. Pero aquí viene la vuelta de tuerca que Dick preparó para su argumento: este alienígena o robot no sabe que lo es, sigue creyendo que es Olham, su memoria es artificial y funciona exactamente igual que como funcionaba en Olham, produciendo así un fuerte cuestionamiento de lo que entendemos por identidad personal. Spence logra escaparse y busca a su esposa en un intento por demostrar su identidad. Tanto el cuento como la novela conservan la duda hasta el último momento sobre la identidad de Olham (el defecto señalado a la película consiste en que recuerda demasiado al clásico trama de fugitivos y persecutores –en el que también caerá Sentencia Previa– pero también este recurso es utilizado para mostrarnos rasgos bastante representativos del futurismo de Dick: ambientes primitivos y decadentes contrastando con la fastuosidad de una sofisticadísima civilización, paranoia a la vez imaginaria y real ante un fascismo persecutor, control totalitario de la población bajo la investidura de un régimen democrático, dominio global ejercido por una élite, tecnología empleada para reforzar el control de la población así como para desarrollar aplicaciones militares y favorecer a las clases altas excluyendo al resto que vive en condiciones inhumanas - cualquier parecido con el presente es mera coincidencia, estimado lector), salvo que en la película hay un detalle final que provoca una doble vuelta de tuerca y que pasó por desapercibido para gran parte de la crítica, ya que introduce una variación y una reinterpretación inéditas a la historia de Dick.

Si el cuento concluye con una explosión que se pudo ver hasta en Alpha Centauri, cuando el falso Olham se da cuenta que, efectivamente, es una réplica tan perfecta que ni siquiera se reconoce como tal, el final del film es todavía más extraño: resulta que su esposa también es "una cosa", como le llama brutalmente uno de los agentes, una réplica alienígena que cree ser la esposa de Olham. Se produce entonces una escena que recuerda la lógica de los sueños: la pareja de replicantes observa, con un aterrado estupor que se niega a creer, a esa pareja asesinada por ellos mismos, unos momentos antes de que la bomba dentro de Olham estalle. Un flash-back mostrando a los amantes esposos nos recuerda que Olham y su cónyuge pasaron una noche en una cabaña en el campo, cerca del lugar donde se estrelló una nave alienígena, la noche del suplantamiento.

La conjetura final concierne a cómo concebimos la identidad: el film sugiere que esas últimas horas que Olham y su mujer pasaron juntos fueron como un encuentro, después de la muerte, entre fantasmas, pero fantasmas de carne y hueso, fantasmas realizados. Y sin embargo, la duda persiste porque nada nos impide negarles toda realidad como personas, despojar a cada cual de aquello que se concibe como "alma" o "unicidad", y verlos como proyecciones perfectas de seres que han dejado de existir, pero no más que proyectos, simulaciones, creaciones.

Este tipo de ambigüedades fueron una continua obsesión temática para Dick, quien también en ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? plantea el problema de la identidad humana frente a la identidad de seres artificiales con pensamiento, emoción y conciencia humanos. Blade Runner realiza con más emotividad, aunque no con mayor profundidad, este planteamiento, al imaginar a los androides como productos de experimentos genéticos, y también porque nos enfrenta más directamente, en sus conmovedoras escenas finales, a nuestra conciencia como un fluir que será interrumpido por una muerte impredecible, dejando en el aire esta pregunta: ¿Cómo debemos considerar a un ser artificial que, a pesar de su artificialidad, tiene un comportamiento éticamente superior al de un ser humano?

Salvador Elizondo reflexionaba en un aforismo que el arte hace visibles los problemas abstractos, al encarnarlos en imágenes. No es casual que el cine esté comprobando que la obra de Philipk K. Dick es un brillante ejemplo de esta transfiguración narrativa de pensamiento a imagen, y sus cuestionantes se preservan vigorosas, algunas desgraciadamente, pero otras con el vértigo de asomarse a un futuro que puede ser tanto un sueño realizado como una tangible pesadilla.

 

El Impostor (película)

Protagonistas: Gary Sinise, Madeleine Stowe y Vincent D'Onofrio
Basada en una historia de Philip K. Dick
Adaptación: por Scott Rosenberg
Guión: Caroline Case, Ehren Kruger y David Twohy
Dirección: Gary Fleder

 

Impostor (cuento)

Publicado en español en
Dick, Philip K. Cuentos Completos 2: La segunda variedad. Editorial Martínez Roca, col. Gran Super Ficción. Barcelona, 1987.

 

Otros artículos publicados en QuintaDimension.com

Facebook Comments Box
Cumulus Tag Cloud