El Planeta de los Simios, novela de Pierre Boulle
LOS SIMIOS DE BOULLE
por Campo Ricardo Burgos López
Mucho se ha hablado ultimamente de El Planeta de los Simios, sobre todo en relación al estreno de la muy exitosa Planet of the Apes de Tim Burton. Un elemento que se ha dejado sistemáticamente fuera de discusión es la novela de Pierre Boulle, Le planete des singes, puntapié inicial de toda esta historia. Esta nota ofrece un breve -pero imprescindible- análisis de este interesante (y casi olvidado) texto.
A fin de efectuar algunos comentarios alrededor de la novela El Planeta de los Simios de Pierre Boulle, dividiremos este artículo en tres partes. En la primera proporcionaremos algunas noticias del autor, luego describiremos sucintamente la historia, y por último esbozaremos algunas apreciaciones que pueden ayudar a orientar (o desorientar) al lector que se adentre en sus páginas.
1. ALGO ACERCA DEL SEÑOR BOULLE
Pierre Francois Marie-Louis Boulle nació en 1912 en Avignon (Francia) y murió en 1994 en París, se graduó de ingeniero en la Escuela Superior de Electricidad, y luego corrió múltiples aventuras que lo llevaron en 1942 a ser prisionero de un campo de trabajos forzados que administraban los japoneses en Malasia, escapar a los dos años de prisión y acabar con varias condecoraciones por cuenta del gobierno de su país. Su fama se la debió a dos best-sellers que curiosamente dieron lugar a dos célebres adaptaciones cinematográficas: Su obra Le pont de la riviere Kwai (1952) ocasionó el filme The Bridge Over the River Kwai (Puente sobre el Río Kwai) que dirigió David Lean ganándose -si mi memoria no me falla- varios de esos despreciables premios que denominan "óscares". Su otra novela -que es la que aquí abordaremos- fue La planete des singes (El planeta de los simios) de 1963, que ocasionó la popular saga cinematográfica de los años sesenta y setenta, y la muy discutida versión burtoniana de reciente cuño.
2. LA HISTORIA
La novela se inicia cuando una pareja de ricos ociosos (Jinn y Phyllis) pasean en una nave espacial y encuentran un raro manuscrito en una botella. En el manuscrito se narra cómo tres hombres (Ulises Mérou, Arturo Levain y el profesor Antelle) hacia el año 2500 viajaron desde el planeta Tierra hasta un lejano mundo llamado Soror. En este Soror, los humanos son primitivos que andan desnudos y viven como animales, mientras los simios son seres civilizados. En una cacería, Ulises y Antelle son capturados y matan a Levain. Luego, Ulises y Antelle son separados y llevados a una ciudad simia donde les someten a toda clase de experimentos. Tras múltiples peripecias, Ulises consigue que algunos científicos simios adviertan que él no es un animal carente de lenguaje sino un ser inteligente venido de otro planeta, y finalmente logra que la sociedad simia acepte que incluso los humanos pueden tener conciencia. Así, es adoptado por dos científicos, Zira y Cornelio, y comienza a vivir como un simio más. No obstante, la vida de Ulises se complica cuando ocurren dos hechos: Por diversas razones Zira y Cornelio descubren que hace unos diez mil años, hubo una civilización humana que dominó Soror, pero que luego entró en decadencia y fue reemplazada por la cultura simia. La otra razón es que una humana llamada Nova queda embarazada de Ulises, y los simios temen que los hijos de Ulises sean tan inteligentes como él y vuelvan a dominar a los simios. Aquí, cuando los simios pretenden tomar medidas en contra de la amenaza de retornar al dominio humano por cuenta de Ulises y su familia, detengo mi sinopsis (no pretendo quitarles el gusto de las sorpresas finales). Sólo anticipo que la novela culmina cuando Jinn y Phyllis terminan de leer el manuscrito y ocurre algo.
3.ORIENTANDO (O DESORIENTANDO) AL LECTOR
La lectura de la novela suscita varios comentarios:
1) Como es típico de la ciencia ficción, es un texto centrado en la pregunta ¿qué es lo humano del hombre? o más bien ¿qué es lo que hace humanos a los humanos? En todo caso, no parece ser nuestra apariencia física lo que nos confiere la calidad de "homo sapiens", por cuanto en el planeta Soror quienes han desarrollado una cultura son los simios y quienes viven al modo de animales son los que Ulises identifica como físicamente idénticos a él. Ulises reconoce que lo que nos hace humanos es el espíritu y de allí su escándalo cuando al contemplar la expresión facial de cierto gorila encuentra en él "carácter humano" (p.39) (1). De hecho, la novela gira alrededor de la paradoja "Los simios son humanos y los humanos simios" como un modo de mostrar que no somos "seres espirituales" por el mero hecho de pertenecer a una especie zoológica (de acuerdo con la novela, la chispa "espiritual" bien puede conseguirse empleando un sustrato zoológico diferente), y que la calidad de "hombre" no es algo irreversible sino una conquista que debe custodiarse permanentemente, ya que por desdicha puede perderse en cualquier momento.
En este preguntarse por lo humano de El planeta de los simios también juega un papel importante la burla que Boulle plantea respecto de ciertas ideas comúnmente arraigadas en la gente: A Ulises le duele mucho verse tratado como un animal cuando -por lo menos eso dicen- el hombre ha sido creado "a imagen de la divinidad" (p. 64). ¿Será entonces que la imagen de Dios es diferente a la que imaginamos? ¿Será que Dios tiene apariencia de simio? ¿Será que debemos entender de otro modo la frase "a imagen y semejanza de Dios"? En otra página, Mérou se duele del modo en que lo humillan a él, "uno de los reyes de la creación" (p. 65). Nos preguntamos entonces -también viejo tópico del género- ¿si seremos los hombres los reyes de la creación? ¿no nos estaremos adjudicando un título que no nos pertenece? ¿no será que en vez de reyes de la creación somos sólo un súbdito más de ella?
2) Es curioso que desde el texto de Boulle, se puede concluir que el verdadero planeta de los simios, no es otro que el planeta Tierra ¿Por qué? En cierto momento, Ulises descubre que para que exista una civilización no se requieren muchos sujetos geniales, sino más bien uno que otro sujeto al cual alguna vez se le ocurre una idea genial que luego es repetida de modo rutinario y monótono por miles de seres humanos por miles y miles de años. Ulises descubre que fue así como la civilización simia sustituyó a la humana en el planeta Soror, poco a poco los humanos fueron siendo víctimas de la "pereza cerebral" (p.130) y dejaron de consultar libros (p. 130), y en cambio los simios comenzaron a emplear su cerebro hasta acabar sustituyendo a los humanos. Como veremos, esa bien podría ser la descripción de nuestro mundo actual: Por cada individuo genial u original en algún campo, existen miles y miles de individuos que se resisten a emplear su cerebro y sencillamente copian al sujeto original. Por cada buen libro que aparece cada cierto tiempo, hay miles y miles que se limitan a imitarlo; por cada película clásica que aparece cada cierto tiempo, hay miles y miles que se limitan a copiarla; por cada individuo que esboza un enfoque nuevo acerca de un problema, hay miles y miles que se limitan a repetirlo. Como bien apunta Boulle, la clave de la civilización humana no es la constante creación, sino la constante repetición (de libros, de cine, de programas de televisión, de lugares a visitar, de modos de vestir, de modos de pensar, etc.); por cada ser verdaderamente humano (es decir, original) existen miles de "simios" que lo imitan. Si seguimos la lógica de Boulle, en este momento en el Planeta Tierra sólo hay unos pocos "verdaderamente humanos" y miles de millones de "simios" (todos los imitadores, copias, clones o alienados). Al lector de la novela de Boulle, siempre se le lanza esta pregunta: "¿En el Planeta Tierra -querido lector- está usted en la sección de simios o en la sección de humanos ?"
3) También llama la atención como de cierta manera El Planeta de los Simios repite la tesis bíblica sobre la des-humanización. Como se sabe, para La Biblia la tragedia humana reside en la caída desde su verdadera naturaleza. En un principio el hombre fue creado con una serie de dones naturales y sobrenaturales, debido al pecado los ha perdido (ha caído) y ahora debe tratar de retornar a su condición originaria. El Planeta de los Simios coincide con esta versión: Los hombres dominaban originalmente a Soror, luego, como producto de su propia desidia han caído y han sido sustituidos. Mérou cree que él será el nuevo salvador de la raza humana. Como vemos, las versiones bíblica y de Boulle son iguales, salvo que en La Biblia no se menciona que Dios establezca sustitutos para el lugar que dejan los hombres. Además, mientras en La Biblia los seres des-humanizados que hoy somos, podemos volver a nuestra condición humana a través de la mediación de Cristo, en El Planeta de los Simios los hombres ya hemos dejado de ser hombres, y Mérou fracasa en su papel de "nuevo Cristo" del planeta Soror. Anotemos también que tanto La Biblia como El Planeta de los Simios coinciden en otro propósito: La Biblia pretende narrar toda la historia del género humano (desde la creación pasando por la caída, la salvación en Cristo y finalmente la restauración de la condición humana y del universo); El Planeta de los Simios pretende narrar cómo los hombres se degradan y desaparecen del universo. La Biblia es optimista (al final del tiempo -y como diría García Márquez- los hombres tendrán derecho a una segunda oportunidad sobre la tierra), El Planeta de los Simios es pesimista (al final del tiempo los humanos sólo seremos un recuerdo o curiosidad arqueológica).
4) El Planeta de los Simios recuerda también cierta tesis del poeta Mallarmé: "Todo existe para ir a parar a las páginas de un libro". Esto por que la novela culmina cuando Jinn y Phyllis terminan de leer el manuscrito de Mérou. Toda la historia humana con sus grandezas y pequeñeces, con su bondad y su maldad, con sus alegrías y desventuras, sólo ha servido para llenar ese manuscrito y nada más. Parece muy triste, pero al final de la novela Boulle nos lleva a concluir que todos los dolores y logros humanos sólo servirán para transformarse en literatura (Tristeza que debería matizarse señalando que, al fin y al cabo , en eso han concluido todos los afanes humanos; hoy en día Bolívar o San Martín sólo llenan textos de historia, cada uno de nosotros quizá sólo está destinado a ser recordado alguna vez en algún texto. Recordemos también, que La Biblia menciona constantemente que todo el empeño del hombre debe centrarse en quedar algún día en el "Libro de los Elegidos de Dios", que nos habremos condenado si no conseguimos convertirnos en un renglón de ese texto).
5) Por último digamos algo que ciertos cánones estéticos prohiben, pero de los cuales haremos caso omiso: Desde el punto de vista intelectual me pareció más estimulante la novela de Boulle que sus dos versiones fílmicas (tanto la de los años sesenta como la reciente de Burton). Primero que todo las dos películas que se han hecho basadas en la novela son primordialmente de acción, épicas; en cambio la novela de Boulle es más completa, no sólo incluye el componente épico sino que también es una muestra de literatura de ideas con agudo sentido del humor. En segundo lugar, la novela de Boulle maneja un concepto más adulto que sus dos versiones cinematográficas. Por poner un ejemplo, en la novela de Boulle todos los humanos siempre andan desnudos y el pobre Ulises Mérou,
por no tener ninguna prenda que cubra su desnudez, siempre está ruborizadito ante los simios que lo interrogan. En cambio en sus dos versiones cinematográficas, un elemento como éste que desde una consideración visual les hubiera proporcionado otro tono, claramente ha sido desperdiciado (se me ocurre que para la tercera versión en el cine, este es un factor a tener en cuenta). Para finalizar, los dejo con un fragmento de la novela que enseña más de literatura, que tantas y tantas aburridas clases en una facultad de letras; es un momento en el cual está reflexionando Ulises Mérou sobre las civilizaciones simia y humana, y sobre la capacidad de imitación de los monos:
"¿Qué es lo que caracteriza una civilización? ¿Es el genio excepcional? No. Es la vida de cada día, de todos los días... Demos prioridad al espíritu. Hagamos que lo primero sean las artes y, en primer plano, la literatura. ¿Es que la literatura está verdaderamente fuera del alcance de nuestros grandes monos superiores si admitimos que son capaces de juntar las palabras? ¿De qué está hecha nuestra literatura? ¿De obras maestras? La respuesta debe ser negativa. Se escribió un libro original -no se escriben muchos más de uno o dos cada siglo- y los hombres de letras lo imitan, es decir, lo copian, de manera que se publican centenares de miles de obras que tratan exactamente de las mismas materias, con títulos algo distintos y combinaciones de frases modificadas. Esto, los monos, imitadores por naturaleza, pueden ser capaces de realizarlo, siempre a condición de que puedan utilizar la lengua...
....No es indispensable que los monos comprendan lo que copian para componer cien mil volúmenes partiendo de uno solo. Esto no les es evidentemente más necesario que a nosotros mismos. Igual que a nosotros, les basta con poder repetir las frases después de haberlas oído. Todo el resto del proceso literario es puramente mecánico." (pgs 114-115).
Bogotá, Septiembre de 2001
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(1) Todas las páginas señaladas pertenecen a Pierre Boulle, El planeta de los simios, Barcelona, Ediciones Orbis, 1985.