Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos

Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos

por Silvia Angiola

Eternal Sunshine of the Spotless Mind es una comedia romántica montada sobre un tema de ciencia ficción que bien podría haber salido de la cabeza de Philip K. Dick: la manipulación de la memoria.

Apasionadamente melancólica. Dolorosamente optimista. Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos es una comedia romántica tan peculiar que se podría definir con palabras de sentido casi antagónico. Porque ¿quién está dispuesto a afrontar lo que viene a continuación del "y comieron perdices"?. Nadie escucharía el cuento sabiendo que años después del beso mágico, Blancanieves vuelve a la casa de los enanos con una valijita y hecha un mar de lágrimas.

No está del todo claro a quién atribuirle el talante agridulce de la película. Charlie Kaufman escribió el guión sobre una historia que imaginó el director Michel Gondry, que a su vez escuchó la idea del artista conceptual Pierre Bismuth. Bismuth, cuyos videos han parodiado muchas veces los productos de Hollywood, formuló la pregunta que suele disparar buenas tramas de ciencia-ficción: "qué pasaría si...". ¿Qué pasaría si recibieras una tarjeta que dice que alguien muy importante en tu vida te borró para siempre de su memoria?. Kaufman se desentendió de la arista dura del género, la especulación tecnológica, para concentrarse en la fragilidad de las relaciones humanas en un mundo bastante desquiciado.

Día de San Valentín del año 2004: Joel Barish (Jim Carrey) se encuentra con Clementine Kruczynski (Kate Winslet) en una playa gélida de Long Island. Hay interés mutuo, descubrimiento, seducción: una esperanza lista para estrenar. Algunos días después los amantes tendrán la oportunidad de escuchar, grabado de sus propios labios, cuánto van a llegar a odiarse en el futuro. Ellos no lo saben, el espectador tampoco, pero ese encuentro en la playa es la última vuelta de tuerca de una historia de amor repetida. Joel y Clementine pasaron por Lacuna Inc., la compañía del Dr. Mierzwiak (Tom Wilkinson) que garantiza a sus clientes "una vida nueva" después de borrarles de la mente cualquier experiencia traumática.

Celoso, desesperado y herido, cuando se entera que Clementine lo ha expulsado de su vida de una forma tan categórica, Joel se dirige a Lacuna Inc. dispuesto a pagarle con la misma moneda. Mary, la recepcionista (Kirsten Dunst), está pegando estampillas en los sobres que se reparten a los allegados de los pacientes para advertirles qué temas no deben volver a mencionar. Es una pequeña pista: Mary y la correspondencia serán elementos claves en el desenlace de la película.

Joel queda a cargo de los ayudantes del Dr. Mierzwiak: Stan (Mark Ruffalo) y Patrick (Elijah Wood), dos sujetos lo suficientemente torpes e irresponsables como para presumir que todo va a salir mal. Narcotizado y conectado a la máquina, Joel se arrepiente en cuanto ve volar las primeras memorias. Para preservar a Clementine, se lanza a la fuga por el interior de su mente con la imagen de ella de la mano. Gracias a su presencia "virtual" durante el borrado, Joel crea nuevos recuerdos que puede revisitar más adelante, para desesperación de los operadores que intentan cazarlo. Las escenas del pasado que ayudan a reconstruir la historia de la pareja en sentido inverso se desvanecen puntualmente cuando la ola de amnesia las alcanza. Todo dentro de la atmósfera surrealista de un sueño del que Joel no consigue despertarse.

El tema del filme, con el mundo del protagonista derrumbándose a su alrededor, era la excusa óptima para habilitar un desfile de efectos especiales. Gondry prefirió elementos simples, evocativos, pero igualmente eficaces: cortes de plano, luces que se apagan, objetos que desaparecen o se transforman. En algunos pasajes de la travesía de Joel la gente ya no tiene cara: uno de los primeros detalles que olvidamos de los demás. Rehuyendo la narración convencional, la mayor parte de la película está formada por fragmentos que se conectan laxamente entre sí y que responden a una sola lógica: la asociación de los pensamientos del protagonista.

Una técnica como la utilizada en Lacuna entraña cuestiones filosóficas y morales que exceden largamente la intriga romántica. Para algunas corrientes de pensamiento uno es lo que recuerda: la identidad personal reposa en el tejido continuo de la memoria. Si nuestros recuerdos no están garantizados no podemos estar seguros ni de quiénes somos. En Blade Runner (Ridley Scott, 1982) Rachael creía que era humana porque le habían implantado los recuerdos de una mujer muerta.

Sin embargo, el recuerdo permanente de una situación traumática puede mutilar el espíritu de una persona hasta el punto de impedirle llevar una existencia significativa.

Charlie Kaufman y Michel Gondry se ocupan de dejar su posición implícita en la película.

El procedimiento de Lacuna Inc. dista mucho de ser perfecto. Las políticas de discrecionalidad de la compañía son muy fáciles de violar: Joel averigua inmediatamente por qué Clementine ya no lo reconoce. Como si se tratara del comercio más ordinario, la operación está en manos de dos empleados indiferentes, licenciosos y con un grado de competencia mínimo. Y los clientes de Lacuna se vuelven adictos, obsesionados por la necesidad de librarse lo antes posible de cualquier tipo de malestar.

Pero la sensación de rechazo que produce la tecnología del Dr. Mierzwiak no surge ni de sus fallos inherentes ni de su uso abusivo ni de la negligencia con la que es implementada. Los personajes que se someten a ella, Mary, Clementine, y Joel, son inseguros y autodestructivos, y su demanda de remover el dolor lo más rápido posible sólo logra desvalorizarlos más. El trastorno causado por la remoción de recuerdos va más allá de lo que se puede medir en términos orgánicos: es la privación de una experiencia y, por lo tanto, de la posibilidad de elegir libremente. En Eterno Resplandor borrar la memoria no es sinónimo de empezar una vida nueva sino de repetir infinitamente los mismos errores. La virginidad de la mente sólo se recupera sacrificando una porción más o menos grande de lo que se ha vivido. Para Mary, enterarse de que ya ha tenido un romance con su admirado Dr. Mierzwiak del que no conserva ni una huella resulta doblemente doloroso.

La mayoría de los espectadores entenderá la reconciliación final de Joel y Clementine como un hecho positivo. Sin embargo, se trata de un happy end con reservas: el nacimiento del romance no tiene el mismo sabor después de haber visto hasta qué punto es amarga la evolución de la pareja.

En Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos la anécdota tecnológica deriva en una reflexión sufrida y, al mismo tiempo, esperanzadora sobre el amor. Que puede sobrevivir a todo, hasta a la peor catástrofe cerebral, pero que también es una trampa en la que caemos gustosamente una y otra vez.

 

Ficha técnica

Título original: Eternal Sunshine of the Spotless Mind.
Director: Michel Gondry.
Guión: Charlie Kaufman, Michel Gondry, Pierre Bismuth.
Reparto: Jim Carrey, Kate Winslet, Elijah Wood, Kirsten Dunst, Tom Wilkinson, Mark Ruffalo, Thomas Jay Ryan.
Género: Drama, ciencia-ficción.
Año: 2004.
País de origen: Estados Unidos.

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