Primer Jornada de Ciencia Ficcion en la literatura argentina

Algunas reflexiones en torno
a la Primer Jornada de Ciencia Ficción en la Argentina

Simón Del

La reciente Jornada sobre literatura argentina, organizada por QuintaDimension.com, generó variadas reflexiones. Aqui reproducimos las de un lector de nuestra revista que, claro está, asistió el pasado 20 de octubre al Centro Cultural San Martin, en Buenos Aires.

El motor de cualquier cambio es la creatividad. La chatura, el medio pelo, la frivolidad y el estancamiento poseen un solo remedio: la imaginación. La fantasía permite abrir nuevos horizontes, buscar brotes de vida en medio de las tierras yermas.

Un país que cierra sus puertas a la imaginación es una nación que se niega al avance. Un mundo sin imaginación es un gran terrón a la deriva.

La fantasía debe retornar. Las resquebrajaduras en el suelo lo gritan: un poco de agua, al menos un poco. Una nueva visión. Un nuevo despertar.

La Primer Jornada de Ciencia Ficción en la Argentina fue, precisamente, un reverdecer de la imaginación. Mucho podemos decir en contra. Señalar imperfecciones es tarea sencilla. Pero, como dijo Shakespeare –ese dueño de mil universos fantásticos- es hora de «decir lo que sentimos y no lo que deberíamos decir».

Y lo que sentimos es que hemos dado un gran paso, porque la mayor virtud de la Primer Jornada de Ciencia Ficción en la Argentina no fue la calidad de sus panelistas ni la riqueza de algunos diálogos, sino un hecho mucho más sutil: Lo realmente importante fue que se haya logrado concretar.

Esto implica una apertura y una nueva posibilidad. Implica que hay ganas de volver a la fantasía, pero no como una forma de evasión, sino como un medio válido y refinado de reflexión y crítica.

Y es precisamente eso lo que ha diferenciado a la Primer Jornada de Ciencia Ficción en la Argentina de otras convenciones que se realizan con menor o mayor éxito en el país: Se ha tenido la sagacidad y, por que no decirlo, la audacia de presentar a la fantasía como un medio de expresión valido, intelectualmente activo y ferozmente crítico. Tácitamente se ha honrado la memoria de los grandes del género: C. S. Lewis, Jhonathan Swift, H. G. Wells, Phillip Dick, Mary Shelley y tantos otros escritores que intentaron –y lograron- expresar lo que pensaban a través de un género que es fácil de subestimar, pero difícil de comprender en toda su magnitud.

Porque ese es el desafío de lo fantástico: aprender a leer entre líneas, a encontrar la trama oculta. Lo fantástico es el género de la resistencia: cuando ya no se puede hablar, hay que esconder el grito detrás de la fachada de lo increíble.

Lo fantástico es todo esto y mucho más. Sería absurdo reducir de un modo tan drástico un género tan rico en enfoques y matices. El género fantástico es el reino de la imaginación, pero no de la ilusión absurda y descontrolada: es la tierra que está más allá del océano y que pocos logran ver.

Arte en estado puro, crítica y mensaje. Lo que la Argentina necesita, lo que el mundo necesita: una nueva visión que renueve la sangre, que permita entrever otros horizontes.

La primer Jornada de Ciencia Ficción en la Argentina debe continuar su rumbo. Debe actuar como un disparador que genere un fandom más fuerte, con pluralidad de posturas tanto estéticas como ideológicas, y un apoyo incondicional hacia la producción nacional. Son los caminos para que el género retorne –si es que alguna vez había estado, o si es que alguna vez se había ido-. Como Juan Salvo, oprimido por la nevada mortal, debe resistir.

La Primer Jornada de Ciencia Ficción en la Argentina es una llamada a la resistencia y un estimulo para comenzar a accionar. Sea este texto una humilde exhortación para que todos los que amamos el género nos comprometamos con él y hagamos de la ciencia ficción argentina un nuevo referente para quienes buscan una alternativa, porque la fantasía debe retornar.

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