Biografía de John Ronald Reuel Tolkien
Vida de J.R.R. Tolkien
Por Matias Castro
Si bien ya está llegando a los cines Las Dos Torres, la esperadísima segunda parte de El Señor de los Anillos, no estamos usando esto como excusa para contar la vida de J.R.R. Tolkien... Simplemente porque no hace falta ningun pretexto para plantear una biografía de uno de los mas brillantes autores del siglo XX.
Inocencia interrumpida
"Historias semejantes no nacen de la observación de las hojas de los árboles ni de la botánica o la ciencia del suelo; crecen como semillas en la oscuridad, alimentándose del humus de la mente; todo lo que se ha visto o pensado o leído, y que fue olvidado hace tiempo... La materia de mi humus es, principal y evidentemente, materia lingüística". J.R.R. Tolkien.
Este artículo apareció en El País Cultural (Uruguay), noviembre de 2001 http://www.diarioelpais.com/Suple/Cultural/.
Cuando en abril de 2000, la compañía New Line Cinema puso en línea el avance de la adaptación cinematográfica de El Señor de los anillos, no preparó sus servidores para que en menos de una semana 6.6 millones de personas lo bajasen. Los rumores habían corrido a la velocidad de la luz entre los fans, y en Internet, y cualquier cosa, incluso ese avance que tenía más tomas detrás de cámara que escenas definitivas, calmaba su ansiedad. Los mails con rumores comenzaron a circular a diario por las listas de las Asociaciones Tolkien de todo el mundo.
Hoy ya se han visto varias versiones del avance, incluso una especial de 22 minutos presentada en el último Festival de Cannes. La fecha del estreno mundial se planea para el 19 de diciembre, y en Hollywood se ha definido una nueva forma de publicidad, que especula con expectativas, falsos rumores y ansiedades de fans, y se había insinuado en la Edición Especial de Star Wars en 1997 y se definió en 1999 con El Proyecto Blair Witch. Durante el último año, muchísimos sitios web de fanáticos piratearon fotografías y chismes acerca del estreno. Para contrarrestar esto, los productores decidieron apadrinar 40 sitios, proveyéndolos constantemente con imágenes y sonidos oficiales controlados. Así y todo, cuando las noticias corrieron acerca de los cambios que se habían hecho sobre algunos personajes para acercarlos al canon de Hollywood, las protestas no se hicieron esperar.
El riesgo es grande, ya que la inversión es de 270 millones de dólares para una trilogía que tomará, a su vez, tres años en llegar a las pantallas. Pero los antecedentes de los libros, que han vendido casi cien millones de ejemplares desde que se publicaron en 1954, fueron el punto de partida. Han generado lectores, críticos, analistas y adictos que los han leído decenas de veces. Han derivado indirectamente en el primer juego de rol, Dungeons and Dragons; y fueron adaptados al dibujo animado en la película de Ralph Bakshi de 1978, más popular por el empleo de técnicas de rotoscopio (1) que por la adaptación en si misma. Tolkien nunca imaginó el éxito que tendría, tampoco imaginó que ese sería el resultado cuando se le encargó hacer una continuación para El Hobbit, su primer novela. La trilogía, que a través de sus constantes reediciones nunca dejó de estar presente en las librerías, es, según ciertas encuestas, el libro de ficción más popular del siglo XX.
La imaginación lo es todo, y las lecturas también. Leyendo la obra de Tolkien es dable imaginar a este inglés como testigo cercano de las conquistas de Gengis-Kan en el siglo XIII, o de la batalla de las Termópilas junto con 300 hombres para resistir a los persas en el 480 a.C. No fue, sin embargo, más que un filólogo, profesor de Oxford, que obtuvo varios doctorados honoris causa, creador de nueve lenguajes diferentes, de vida relativamente sedentaria.
La historia empieza hace más de un siglo, en 1891, cuando un matrimonio joven, Mabel Suffield y Arthur Tolkien, se muda de Inglaterra a Ciudad del Cabo. Antes de los best sellers, antes de Internet, de la televisión, de la radio, antes de las mediciones de taquilla y a tres años de la invención del cinematógrafo de los Lumiére. El, un empleado del Lloyds Bank que provenía de una familia de fabricantes de pianos, y ella, que provenía de una familia en bancarrota, habían sido novios casi en secreto, desde los 18 a los 21 años. Cuando el padre de Mabel les permitió casarse, no lo dudaron. Sin embargo, tras el nacimiento de John Ronald Reuel, el 3 de enero de 1892, y luego de Hilari Arthur Reuel en 1894, ella decidirá volver a Inglaterra con sus hijos, enferma y también cansada de las aburridas obligaciones sociales. Y cuando Marconi, en 1895, hace en Italia sus primeros experimentos de telegrafía sin hilos, cambiando para siempre los medios de comunicación, los tres desembarcan en Inglaterra. Al año siguiente, Arthur Tolkien moriría de una hemorragia, en Sudáfrica, sin volver a verlos.
Correspondencias.
De esos pocos años en Sudáfrica, Tollers, como le decían sus amigos, no recordaría más que unas palabras de afrikaans y la imagen de un paisaje seco y polvoriento, según le dijo a su biógrafo Humphrey Carpenter.
A Tolkien no le gustaban las biografías. Es más, según se hace constar en la suya (2), aceptó la idea a regañadientes. La mejor forma de conocer al autor es, desde su punto de vista, a través de su obra. Pero claro, para un escritor que se volvió un mito del último siglo a través de una obra terriblemente coherente, elaborada e imaginativa, y que es idealizado más por sus fanáticos que por sus lectores, una biografía acerca al hombre que sostiene la pluma, le hace abandonarla por un rato y volverse de carne y hueso.
El libro de Carpenter es desparejo, recorre los primeros 33 años con ritmo y casi de un plumazo, para luego comenzar, en la página 129, afirmando que "después de esto podría decirse que no sucedió nada más". La vida del escritor se vuelve sedentaria en este punto, ya instalado en Oxford como profesor de Lengua. Carpenter especula, por ejemplo, contando su rutina en un día imaginario para acabar con el profesor, sentado en el escritorio, escribiendo las primeras líneas de El Hobbit.
Luego de su vuelta a Inglaterra, Mabel Suffield, con sus dos hijos, se encontró casi desamparada por los Tolkien, y se mudó con su familia a Birmingham. John Ronald Reuel, extrovertido y amable con los adultos, se encontró de pronto oyendo historias legendarias e improbables acerca de su propia familia. Su abuelo materno le contaba del orígen monárquico del apellido Suffield y las distinciones obtenidas por sus antepasados. La historia más ambiciosa, tal vez haya sido la que le contaba su tía Grace Tolkien, acerca del orígen de su apellido. Le decía que el nombre de la família era Von Hohenzollern, por provenir del distrito de Hohenzoller, en el Sacro Imperio Romano. Un tal George von Hohenzollern había luchado junto al archiduque Fernando de Austria durante el sitio de Viena de 1529, condujo luego una invasión contra los turcos y se apoderó del estandarte del sultán, por esta razón había recibido el apodo de Tollkühn, temerario, y luego en su versión francesa du téméraire. Contaba diferentes versiones de cómo había llegado a Inglaterra, una decía que fue en 1756, escapando de la invasión prusiana a Sajonia, donde tenía tierras. Tía Grace también contaba que un du téméraire había huido a través del canal en 1794 para eludir la guillotina, historia que, básicamente, se repetía en varias famílias de clase media. Pero en los hechos es que se comprobaba la presencia de varios Tolkien a comienzos del siglo XIX, y que efectivamente eran fabricantes de relojes y pianos. A pesar del tono épico de estas historias, J.R.R. se sentía más cercano a su família materna, y escribió una vez: "aunque Tolkien de nombre, soy Suffield por mis gustos, aptitudes y educación".
Su madre se encargaría de complementar la educación de los hermanos enseñándoles primero latín y luego francés. A pesar de sus propias aptitudes, no tuvo éxito en contagiarles el gusto por el piano. A raíz de los dibujos de árboles y paisajes de J.R.R., también le enseñó muchas cosas sobre botánica. Los cuidó como madre, padre, institutriz y tutora a la vez. Tolkien comentaba, a propósito de su primer intento de narración a los siete años: "No recuerdo nada de él, a excepción de un hecho filológico. Mi madre no hizo comentario acerca del dragón, pero señaló que no se podía decir 'un verde dragón grande', sino 'un gran dragón verde'. Me pregunté porqué, y todavía me lo pregunto. El hecho de que recuerde esto tal vez sea significativo, pues no creo que haya intentado volver a escribir un cuento por mucho tiempo, y me concentré luego en el estudio del lenguaje". Mabel les daba toda la lectura que estaba a su alcance. Recordaría el escritor cómo se divirtió con Alicia en el país de las maravillas, pero no con Stevenson o los cuentos de Andersen. Sus favoritos eran los libros de George Macdonald, que hablaban de un reino remoto donde bajo las montañas acechaban deformes y malévolos duendes. Estudiando Macbeth en la escuela le desagradó la idea del bosque de Birnam avanzando hacia la colina de Dunsinane, "yo anhelaba crear un entorno donde los árboles realmente pudieran marchar a la guerra". Cosa que a su modo hizo cuando le dio vida a los Ents, seres vegetales que aparecen en El Señor de los anillos. |
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Mabel falleció cuando él tenía doce años. Junto con su hermano fueron puestos bajo la tutela del padre Francis Morgan, amigo de la família que a su vez los envió a vivir con una amiga personal. Allí conoció a Edith Bratt, otra pensionista, tres años mayor que él y aplicada estudiante de piano. Se enamoraron en secreto, y al enterarse, el padre Francis lo trasladó de alojamiento. Un año después seguían viéndose, y fueron otra vez descubiertos, tras lo que se les prohibió hacerlo hasta tanto no él cumpliera los 21 y estuviese fuera de su tutela. En este punto es que Carpenter se aleja del rigor con el que se espera trate la vida del escritor, y, tal vez para darle cierto dramatismo, supone un desencuentro final en la estación de tren, el día en que ella partía a continuar sus estudios en Cheltenham. Detalle secundario, pero punto final de un capítulo, y principio de otro que los reencontraría unos años después, para llegar a su casamiento en 1916.
Oxford y el T.C.B.S.
Carpenter volverá a imaginar situaciones sin ningún propósito más que intentar aportarle una innecesaria carga trágica a la narración. Lo hace cuando imagina a un Tolkien cabizbajo y meditabundo, volviendo de su primer fracaso para entrar a Oxford. Inútil digresión pues, ya que lo lograría en 1910 cuando gana una beca para el Exceter College.
Todo ese año lo dedicaría a trabajar en la biblioteca de la King Edwards School, donde estudiaba. Allí se uniría al Tea Club Barrow´students (el Barrow era el club de té donde terminaron reuniéndose), un grupo de amigos que se encontraban fuera de hora para discutir sobre literatura y leer sus trabajos. A ellos les presentaría "Wood Sunshine", su primer poema, que básicamente trataba de forma por demás inocente de un grupo de hadas bailando en un bosque. Carpenter arriesga la idea de que tal vez haya sido el asistir a una representación de Peter Pan lo que lo haya animado a escribir esto. Cosa más bien improbable, por el tono idealista de los versos frente a la madurez de Barrie en su obra de teatro.
Además de la TCBS participaba de la Sociedad de Debates en su escuela. Allí participaría con mucho esfuerzo leyendo sus textos sobre Shakespeare o las conquistas normandas a partir del siglo IX, y más adelante, exponiendo no sólo en latín, como era la costumbre, sino en griego e incluso gótico, que desde hacía unos años estudiaba por su cuenta.
Católico practicante, por herencia de su madre, que a su vez se había alejado un poco de su família por esto, Tolkien gustaría de debatir largas horas sobre el tema. Años más tarde, su amigo, el filólogo C.S. Lewis abandonaría el protestantismo por un tiempo, gracias a su influencia. Su futura esposa, Edith, también se acercaría a la iglesia católica, por su cercanía. Carpenter entiende que su religiosidad y la mitología apócrifa que creó no se contradicen en ningún momento. Dice: "El Silmarillion es la obra de un hombre profundamente religioso... en la leyenda no se adora a Dios, pero está allí, incluso de forma más explícita que en El señor... el universo de Tolkien está regido por Dios, 'El Único' (llamado también Eru o Ilúvatar). Por debajo de El, en la jerarquía están los Valar, guardianes del mundo, que no son dioses sino potencias angélicas, sagradas en sí y sujetas a Dios". Va un poco más allá, colando un sutil comentario personal al afirmar que "como buen cristiano, no podía situar esta visión en un cosmos donde no estuviera el Dios que él adoraba". Su idea de 'buen y mal cristiano' y la de 'adorar' quedan sin desarrollo, y de todas maneras, son ajenas al pretendido fin que persigue.
Ya en Oxford, participó de cuantas actividades pudo, el Club de Ensayos, la Sociedad Dialéctica, la Sociedad de Debates y de su propio club para ponencias, discusiones y cenas. Joseph Wright, su profesor de filología comparada, al saber del gusto de Tolkien por el galés, le aconsejó: "dedícate al celta, muchacho, ahí hay dinero". Profético, el profesor no anunciaba una mina de oro, aunque sin saberlo, de algún modo se adelantó a ciertos ecos lejanos de la New Age. Tolkien, por su parte, no desatendió esto, y utilizaría runas en El Hobbit y en El Señor..., signos alfabéticos tomados de la escritura de los pueblos germánicos y escandinavos, para alimentar su propia mitología. Y a propósito de la mitología, al estudiar el poema épico finlandés, Kalevala, diría en 1911: "querría que tuviéramos más de esto atesorado, algo de este mismo carácter y que hubiera pertenecido a los ingleses".
Durante esos años estudió islandés, y las sagas nórdicas de la Edda Menor y la Edda Mayor, que lo fascinaron con su relectura del orígen del universo. Descubrió también al pintor y poeta William Morris (3), quien en su poema The house of the Wolfings había tratado de recrear la fascinación que él mismo había sentido ante las primeras narraciones inglesas e islandesas, utilizando un estilo cargado de arcaísmos que buscaban darle el tono de las viejas leyendas.
En 1914, durante unas vacaciones en la granja de su tía Jane, escribió un poema titulado The voyage of Earendel The Evening Star. Estaba inspirado en dos líneas de Crist, un conjunto de poemas religiosos anglosajones. De acuerdo a la definición que aporta Carpenter, tomada del diccionario de anglosajón, Earendel significa 'luz brillante'. "Detrás de aquellas palabras había algo muy remoto, raro y hermoso -escribió sobre el poema original-, si podía asirlo, algo que estaba mucho más allá del antiguo inglés". Luego, las trincheras. Poco después fue convocado por el ejército, al estallar la Primera Guerra Mundial.Al comienzo, esto lo alivió bastante al alejarlo de aquellos que él denominaba sleepies (dormilones) de Oxford. Pasó a ser instructor en la división de los Lancashire Fusiliers. Meses después serviría en los campamentos en forma rotativa, y mientras dedicaba su poco tiempo de descanso a seguir con sus lecturas en Islandés, escribía a Edith: "Estos días grises, malgastados en ir de un lugar a otro, no son entretenidos, los temas aburridos, las oscuras aguas estancadas del arte de matar". En 1916 se especializó en señales y, tras un breve aprendizaje, fue designado oficial de señales de su batallón. |
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La biografía deja en este punto, gusto a poco. Aparte de la mera representación del caos en el campo de batalla, que se extiende por un par de párrafos, la bibliografía que el autor cita, da la impresión de que el capítulo podría haberse enriquecido con más detalles y una más completa ubicación histórica.
Durante el entrenamiento, Tolkien escribiría su primer cuento, inspirado en el estilo de Morris, y cuyo tema era tomado de uno de los poemas de Kalevala. Luego, a partir de un breve encuentro en 1914 con los cuatro compañeros que en ese momento integraban el TCBS, volvería a escribir en verso. Y comentaría de ese mismo encuentro, que descubría con ellos "una voz para toda clase de cosas ocultas. Siempre he atribuido esto a la fuerza de inspiración que sentíamos los cuatro, luego de pasar unas pocas horas juntos". Después vendrían poemas como "The man in the moon came down too soon", "Lay of Earendel" y "Goblin Feet", que vendería al volúmen anual del "Oxford Poetry". Llegaría a la conclusión de que estos textos no podían contener simplemente ideas dispersas, sino que necesitaban una historia detrás, que les diese coherencia.
En 1916 se casa con Edith, tras lo que debería volver al frente, en Francia, mientras ella quedaba embarazada. Es en esa etapa que se dedica a los 'Cuentos perdidos', muchos de los cuales darían origen a El Silmarillion. Le contaría a su biógrafo que los paseos con su esposa por el bosque, y la imagen de ella cantando y bailando ante él, inspiraron el relato que originaría este libro: la historia de un hombre mortal, Beren, que amaba a la doncella inmortal, Lúthien Tinúviel, a quien había visto por primera vez bailando entre las plantas de cicuta, en medio del bosque.
Pero la realidad del continente era un tanto más cruda. Durante la guerra, Gran Bretaña perdió una generación, medio millón de hombres que no habían cumplido aún los treinta años, en su mayor parte de las capas altas, cuyos jóvenes, obligados a dar ejemplo en su condición de oficiales, eran los primeros en caer. Una cuarta parte de los alumnos de Oxford y Cambridge de menos de 25 años, que estuvieron tras las trincheras en 1914, perdieron la vida (Eric Hobsbawm, Historia del siglo XX). Allí Tolkien también perdería a dos de sus compañeros del TCBS.
Afectado de una pirexia, se retiraría del frente por algunas semanas. Ahí escribiría "La caida de Gondolin", relato que sería incluido hacia el final de El Silmarillion. Esos cuentos, comentaría años después, "surgieron en mi mente como cosas dadas, y se vinculaban entre sí a medida que iban llegando. Una tarea absorbente, aunque llena de interrupciones, no sólo por las necesidades de la vida, sino porque mi mente volaba hacia el otro polo y se entregaba a la lingüística; no obstante, siempre tuve la sensación de registrar algo que ya estaba allí, en alguna parte, jamás la de inventar".
Gran Bretaña no volvió a ser la misma a partir de 1918, porque la economía del país se había arruinado al luchar en una guerra que quedaba fuera del alcance de sus posibilidades y recursos. La vida de Tolkien tampoco volvería a ser la misma. A su regreso se encontraría con su primer hijo, John Francis Reuel, y lograría un puesto como lexicógrafo asistente en la preparación del New English Dictionary. En 1920, luego del nacimiento de Michael, su segundo hijo, conseguiría un puesto en la Cátedra de Lengua de la Uiversidad de Leeds, donde en poco tiempo ganó una gran resposabilidad sobre ese departamento. Ese mismo año, envió a su hijo una falsa carta de Papá Noél, cosa que haría todas las navidades durante años, acompañándolas por sus dibujos y que serían editadas póstumamente. Continuó trabajando en El Silmarillion, añadiéndole textos en verso y en prosa sin pensar en publicarlo aún, a pesar de la popularidad que tenían los libros de Lord Dunsany por ese entonces. Crearía, junto con otro profesor, el Viking Club, donde los alumnos se reunían a tomar cerveza, leer poemas nórdicos y cantar. En 1924 nace Christopher Reuel Tolkien, y en 1929 nace Priscilla Mary. Por ese entonces ya es el titular más joven de la cátedra de Lengua Inglesa y de la de Anglosajón.
Segundas partes.
A través de sus fotografías, se lo puede distinguir como un hombre de vestir moderado y discreto. Coincidían con su amigo, el profesor C.S. Lewis, a quién había conocido en 1926 y que fundaría la sociedad The Inklings, en rechazar todo lo que fuese signo de dandismo o amaneramiento. Toda referencia a Oscar Wilde parecía ajena a ellos.
Desde su adolescencia y en adelante, sería notoria la velocidad e imprecisión de su discurso. Hablaba rápidamente y con poca claridad, pero, afirma Carpenter a partir de testimonios de algunos alumnos, que cuando el oyente se acostumbraba a esta característica, no era difícil comprender la mayor parte de su discurso. Se dice que, a pesar de la velocidad con la que pasaba de una idea a otra y la cantidad de referencias que mezclaba, a poco de comenzar la charla se ganaba a su auditorio por su simpatía. Esta característica se agudizó con el tiempo y su mala articulación y uso de frases entre paréntesis lo harían cada vez más difícil de seguir.
Luego de la primera guerra, las cátedras de Lengua y Literatura en Oxford se habían separado en virtud de animosidades personales y académicas, cada una ocupada en opinar e influir sobre el programa de la otra. El sector Lang, o de Lengua, procuraba que los estudiantes de Lit pasaran buena parte de su tiempo estudiando las ramas más oscuras de la filología inglesa, mientras que estos insistían en que los otros se apartaran del anglosajón e inglés medio para estudiar las obras de Milton y Shakespeare. A fines de la década del '20, Tolkien comenzó a presentar propuestas para superar esta brecha; al principio rechazadas, hacia 1931 comenzó a ser más escuchado hasta lograr una revisión de los programas que realmente aproximaba ambas cátedras. Entre 1920 y 1953 se dedicó a traducir al inglés contemporáneo y a anotar antiguos poemas como "Pearl", "Sir Gawain and the green knight" y "Sir Orfeo", en parte para un curso de cadetes en la Segunda Guerra, en parte como encargos editoriales. Paralelamente seguiría dedicado a sus trabajos literarios. Acerca de la raza del protagonista de su primera novela, diría que "Los Hobbits son simples campesinos ingleses, pequeños de tamaño, porque esto refleja el alcance generalmente escaso de su imaginación, aunque de ningún modo de poco valor o energía latente... Siempre me ha impresionado que estemos aquí, que hayamos sobrevivido a causa del indomable valor que gentes muy pequeñas opusieron a fuerzas abrumadoras". La referencia a los protagonistas de El señor... es inevitable. El Hobbit fue publicado en 1937 y su éxito inmediato le sugirió a Stanley Unwin, su editor, que debía haber una segunda parte. Segunda parte en la que Tolkien se pone a trabajar de inmediato, y que iría creciendo insospechadamente, sin planificación en los primeros años de trabajo, hasta terminar, en 1949, convirtiéndose en las casi 1500 páginas de El Señor de los anillos. De la misma manera que ocurriría luego con esta involuntaria trilogía, El Hobbit había sido comenzado y abandonado hacia 1930, como un solo capítulo y un bosquejo de mapa. A pesar de sus ideas, no planificó la conexión entre este y los textos que en ese momento formaban El Silmarillion; ya avanzado el trabajo las referencias no dejaban de colarse, de hecho, en el primer capítulo hay una a la leyenda de Beren y Luthien. Años más tarde diría que El Señor... "olvidaba a los niños para convertirse en algo más aterrador que El hobbit", y sin embargo, sobre ciertos comentarios expresamente dirigidos al público infantil, que había colado en este libro, diría que "no estoy interesado en el 'niño' como tal, moderno o como sea, ni tengo la intención de ir a su encuentro a la mitad o un cuarto del camino. Es de todos modos, un error, o bien inútil (cuando se trata de un niño tonto), o bien pernicioso (cuando se le inflige a un niño dotado)". Alucinógeno y antitético. El repentino éxito que tuvo El Señor..., a partir de su publicación en 1954, causó críticas y admiración de cualquier tono. Se le acusó, por ejemplo, de haber ubicado Mordor, las tierras donde reside el mal, al este, como si se tratase de una alegoría sobre Rusia, porque en 1939 había dicho que "Rusia es mucho más responsable que Hitler de la crisis presente". Por su parte, él había dicho que le desagradaba la alegoría y que había ubicado esas tierras allí simplemente por necesidades formales.Tal vez el comentario más curioso sea el que apareció en 1959, como prólogo a la edición sueca; en donde el traductor la interpretaba como una "alegoría de la política mundial contemporánea" relatada a un "ejército de nietos" (sic), y describía el corriente suburbio de Headington donde el profesor vivía, como "un paisaje de jardines... con las quebradas o las colinas de Headington al fondo". Como consecuencia de sus protestas, esto sería eliminado de las sucesivas versiones en sueco. |
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A su editor, le diría en el momento de enviarle una copia del primer manuscrito, que "está escrita con la sangre de mi vida, gruesa o delgada, como sea, y no puedo hacer otra cosa".
Relato épico, de iniciación, de aventuras; y, a diferencia de la excelente La Historia Interminable del alemán Michael Ende, homenaje a la imaginación sin necesidad de alegorías, justamente. Narra el viaje de un grupo de seres de diversas razas, buscando la destrucción del anillo que terminaría por darle el poder de dominar la Tierra Media a Sauron, el Señor Oscuro. La acción continúa la historia de El Hobbit a partir de la herencia del anillo, que en esta novela fuera obtenido en medio de la búsqueda del tesoro que guarda el dragón Smaug.
De acuerdo al primer lector que tuvo, el hijo de Unwin, la novela no era para niños ni para adultos, difícil de encajar en una línea editorial, difícil de vender. Unwin se arriesgó y decidió dividirla en tres tomos, formato con el que se popularizó hasta hoy. Tolkien cobraría 50% de las ganancias, en lugar de un adelanto por derechos de autor, cosa que abarataba levemente los costos previos a la edición. Un arreglo similar haría Alec Guinness con George Lucas, para su personaje en La guerra de las galaxias en 1979; y los resultados, serían también, a la larga, mucho más beneficiosos.
En 1957 recibiría la primera oferta para adaptarla al dibujo animado, de parte del productor Forest J. Ackerman, que rechazaría de plano. En Estados Unidos sería editada en 1964, y superaría muy pronto el millón de ejemplares vendidos. Comenzó allí un culto universitario, muchas veces asociado con un espíritu naturista y con el retorno a la novela heroica que suponía. Los críticos hablaron de escapismo y de un éxito debido a la influencia de las drogas alucinógenas. Aparecieron artículos con títulos tales como "Análisis paramétrico de la ironía y el conflicto antitético en El Señor de los anillos y J.R.R. Tolkien". Se fundó pronto una Tolkien Society of America, y luego una en Inglaterra; el ejemplo seguiría en muchos países, incluso en lugares insospechados (recónditos, de acuerdo a Carpenter) como Borneo.
Como consecuencia del éxito diría que "ser en vida una figura de culto no es nada agradable. Como quiera que sea, no creo que ayude mucho a engreirlo a uno, en mi caso, me hace sentir en extremo pequeño e incapaz. Pero ni siquiera la nariz de un ídolo muy modesto puede mantenerse del todo indiferente al dulce olor del incienso". Cuando en 1959 se retirase de su cátedra en Oxford, haría referencia a ciertos cambios que le molestaban y de "la degeneración de la curiosidad y el entusiasmo legítimos en economía planificada, según cuyas normas se embutía un tiempo determinado de investigación en tripas de tamaño más o menos estándar, para fabricar salchichas del tamaño y forma aprobados por nuestro propio y pequeño libro de cocina".
A partir de allí, sus trabajos perdieron método. La reescritura de El Silmarillion se enlenteció, mayormente por el tiempo que dedicaba a contestar correspondencia, a sus trabajos de traducción y a redactar textos laterales a sus libros. Estos enriquecían el universo en el que ambientó las historias y tratan, por ejemplo, de la industria tabacalera de los hobbits o la muerte de animales y plantas en la Tierra Media.
Murió el 2 de setiembre de 1973, dos años después que Edith, tras haberse reencontrado con su hermano Hilari. El Silmarillion quedó inconcluso y sin orden, así como decenas de apuntes, genealogías, mapas y cronologías que con paciente trabajo serían recopilados, anotados, publicados y explotados por su hijo Christopher. Parte homenaje a la enorme labor de su padre y parte mantenimiento de una pequeña industria Tolkien, que hoy, más que nunca, con las películas, vuelve a florecer.
Su padre había fallecido muy lejos de 13 Días, la película también de New Line Cinema, con Kevin Costner, que trata del episodio de la crisis cubana de misiles. Esta fue la primera acompañada por el avance de la trilogía fílmica de Peter Jackson. Los productores sabían que el público de Tolkien probablemente no la vería, a menos que les agregaran una carnada de tres minutos. Tolkien no supo de carnadas ni de marketing, y por suerte, sus páginas fueron impregnadas de la inocencia suficiente como para escapar a la vorágine del mundo moderno y animar a cualquier lector a caminar con él por su Tierra Media.
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(1) El rotoscopio es una técnica de animación que utiliza dibujos sobre fotogramas reales; es más cara por implicar el trabajo de filmación y luego el de animación, pero produce movimientos más realistas.
(2) J.R.R. Tolkien, una biografía
, de Humphrey Carpenter, ed. Minotauro, 1990, 295 pp.
(3) William Morris, 1834 a 1896, fue un poeta, pintor prerafaelista y escritor de arte inglés, abandonó la pintura por la poesía, y entre sus obras están El paraíso terrenal, La vida y la muerte de Jasón y La caída de los Nibelungos.
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Comments
Re: Biografía de John Ronald Reuel Tolkien
Excelente.
Re: Biografía de John Ronald Reuel Tolkien
ESTA RE BUENA