Frankenstein y sudamérica
FRANKENSTEIN Y SUDAMERICA.
por Dixon Moya
Otra breve reflexión en torno a la criatura creada por el Doctor Frankenstein... ¿A donde ha ido a parar?Algo nuevo puede decirse sobre la novela de Mary Shelley, "Frankenstein"? Posiblemente no. Son interminables y sesudos los análisis literarios que ha despertado la obra, e incluso los mas variados estudios sobre la autora y su personaje. A riesgo de descubrir el agua tibia y reiterar lo que alguien ya pudo decir, considero que la novela trata sobre la rebeldía, la noción de libertad expresada en el eterno interrogante del ser que le pide cuentas a su creador, lo cual llevado a un plano familiar, es el típico discurso del hijo adolescente frente a un duro e inexpresivo padre. Al fin y al cabo, la criatura de la señora Shelley se trataba de un monstruo ilustrado, pues había leído obras claves como "El paraíso perdido" de Milton, "Vida de los hombres ilustres de Grecia y Roma" de Plutarco y "Las desventuras del joven Werther" de Goethe, lecturas que terminaron por perfilar su espíritu.
Entre los escritores románticos europeos es fácil detectar la identificación entre el continente americano y el ideal utópico. Como se ha dicho en diversas oportunidades, América más que un descubrimiento geográfico ha sido una invención social e imaginaria de propios y extraños, los europeos concebían esta tierra como el escenario para cumplir sueños de progreso material y bienestar espiritual, lo cual no sólo se evidencia en los libros de intelectuales sino en las gigantescas corrientes migratorias de hombres ordinarios, sin talento literario pero con sentido de historia. Por ello no extraña, que el monstruo diseñado por Víctor Frankenstein, quien como ya fue comentado en QuintaDimension.com, no ha tenido una fiel representación iconográfica en el cine (si hay una seña física en el libro es su larga y enmarañada cabellera), se haya fijado en Sudamérica como posible destino.
La aborrecible criatura, cuando vivía su fase de inocencia y esperanza, cual niño que descubre el mundo, gracias a las historias escuchadas y sus primeras lecturas, se compadece del destino de los aborígenes precolombinos. "Supe cómo fue descubierta América y lamenté, junto a Safie, la desdichada suerte de los indígenas habitantes de tan remotos lugares". Luego cuando de apacible infante a pavoroso ente, amenaza a su hacedor y le exige ante la desmesurada soledad, crearle una compañera, piensa emigrar a nuestro continente, a lo que finalmente Frankenstein se niega. "Si aceptáis otorgarme lo que os suplico, nunca, ni vos ni cualquier otro ser humano, volveréis a verme. Me estableceré en las enormes tierras deshabitadas de América del Sur".
Queda una terrible duda, considerando las ambivalencias y contradicciones del monstruoso ser, de quien sólo supimos al final que se fue sobre un pedazo de hielo dispuesto a terminar con su trágica existencia. No podría ser razonable que no hubiera llevado a cabo su idea y por el contrario se embarcara a nuestro continente suramericano? Existen muchas historias elaboradas por la tradición oral campesina sobre seres increíbles. Quizás la trágica e incomprendida creación del Doctor Víctor Frankenstein sea uno de los tantos espantos de nuestra mitología, incluso podría tratarse de la mejor explicación a los hallazgos de los cuerpos de los animales que suelen descubrirse despedazados y que algunos atribuyen a algo llamado (con un nombre aún más horrible) el "chupacabras" . Es factible. Si alguien lo ha visto, por favor, repórtenlo a QuintaDimension.com, tal vez no sea muy tarde y podamos recuperarlo para bien de la humanidad.
Dixon Moya.
Bogotá, junio de 2002.