Ciencia Ficción en España II

Elia Barceló, Armando Boix, Julián Díez y Javier Negrete: ¿Cómo anda la CF en España? (Parte II)

por Jorge Oscar Rossi

Segunda entrega de la entrevista conjunta a cuatro importantísimos autores españoles de ciencia ficción. En esta parte del reportaje se hace hincapié en los principales autores del género y en la situación del fandom hispano.

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En esta segunda parte nos ponemos un poco mas inquisitivos y buscamos que los entrevistados hablen mal de sus colegas españoles, hispanoparlantes y humanos en general. No lo conseguimos porque son buena gente. También quisimos saber como andan las ventas, para qué sirve el famoso premio UPC, los fanzines y otras cosas que podrás apreciar, querido lector, si te dignas posar tus enrojecidos ojos en las líneas que siguen.

ALGUNAS PRECISIONES

QD: ¿Quienes son los principales representantes de la nueva generación literaria española dentro del genero?

Julián Díez:

Depende de qué llamemos nueva... dejémoslo en la gente que ha empezado a publicar en los últimos cinco años, porque a autores que como Mallorquí, Negrete, Rodolfo Martínez, Juan Miguel Aguilera, Armando Boix, Rafael Marín, Elia Barceló y demás, con doce años el que menos en esto, me cuesta llamarles "nueva generación", en particular porque no están muy activos dentro de la cf últimamente.
De los más recientes, mi preferido es sin duda Ramón Muñoz, que en cada cuento aporta cosas de interés. Luego destacaría como los que ya vienen teniendo una obra continuada más interesante a Lorenzo Luengo, Víctor Conde y José Antonio Cotrina, que aunque publicó algún cuentecito años antes es muy joven y no ha explotado hasta hace tres años. En cuanto a gente que sigue publicando con algo más de experiencia, intento leer todo lo que encuentro de Félix Palma, Eduardo Vaquerizo y Daniel Mares.

Elia Barceló:

Es muy difícil hablar de generaciones en este ambiente, pero, quitando a los "semiviejos" como César Mallorquí, Juan Miguel Aguilera, Rafael Marín y yo misma, nombraría a Rodolfo Martínez, León Arsenal, Félix de Palma y Eduardo Vaquerizo. Hay muchos más, por supuesto, pero he nombrado a los que, además de relatos, escriben también novela.


Javier Negrete: Depende de qué entendamos por nueva generación. Ahora mismo siguen escribiendo autores como Rafa Marín o Juan Miguel Aguilera, que llevan ya un tiempo en esto. Más tarde aparecimos César Mallorquí, un servidor, León Arsenal, Rodolfo Martínez, Armando Boix… Pero dudo de que se nos pueda llamar ya "nueva generación", puesto que no han dejado de surgir otros nombres nuevos como Daniel Mares o Eduardo Vaquerizo. Creo que no hay cortes generacionales entre nosotros; eso sí, se encuentra en ellos todo tipo de temas, estilos y preocupaciones, lo que da origen a un conjunto variopinto y, creo yo, bastante recomendable.

Armando Boix:

Como he dicho antes, creo en los últimos cinco años apenas han aparecido nombres nuevos de verdadero brillo, pero si se me permite ir algo más atrás, mis favoritos son León Arsenal y César Mallorquí, pero hace tiempo que no escriben ciencia ficción. Rafael Marín, que empezó a publicar antes que ellos, si sigue dejándonos leer de vez en cuando nuevas obras suyas y guardo una especial simpatía por él desde que devoré con verdadera pasión sus dos primeros libros, "Lágrimas de luz" y "Unicornios sin cabeza".

QD: ¿Y de los hispanoparlantes no españoles?

JD:

Reconozco que no estoy leyendo últimamente mucha producción argentina, apenas cosas de Alejandro Alonso que están francamente bien. Algunos de los autores que parecían despuntar en Argentina, como Saurio, me dicen bastante poco, aunque sus relatos sean legibles. Gardini sigue siendo interesante, por supuesto. De los mexicanos destacaría a José Luis Zárate y Gerardo Sifuentes, además de algunas cosas de Mauricio Schwarz, Alberto Chimal y Pepe Rojo. También leo con mucho placer el material ensayístico de Gabriel Trujillo. De los demás, casi todo lo que he leído me parece flojo, y hay cosas verdaderamente malísimas que me parecen muy sobrevaloradas allí. Ese tipo de entusiasmos, como el que está surgiendo en México, a partir de material en muchos casos deficiente me parece muy peligroso, aunque debo decir que tampoco he leído tantos relatos mexicanos como por ejemplo mi sucesor al frente de Gigamesh, Juanma Santiago.

EB:

Lamento decir que conozco apenas la obra de autores que escriben en español pero no son peninsulares. He leído relatos cubanos y algún argentino, pero no puedo dar opiniones basándome en tan pocos conocimientos de primera mano.


JN: He leído últimamente a Carlos Gardini, aunque tampoco es ningún novato, y a (José Luis) Zárate. Para mí es un honor compartir volúmenes de la UPC con autores de tanta calidad.


AB: La verdad es que no he leído demasiada ciencia ficción de la América hispana. De autores más o menos actuales el que más conozco es Carlos Gardini, sólido e interesante. Si puedo trasladarme a otras épocas y al campo de la literatura fantástica, me confieso un devoto de Borges, quien es para mí el mejor escritor en lengua española que diera el siglo XX.

QD: ¿Y a nivel mundial?

JD:

Honestamente, no creo poder dar un juicio objetivo al respecto, porque no leo demasiado material reciente, como decía más arriba. Pero sí tengo la sensación global de que se están haciendo cosas más interesantes en Inglaterra que en Estados Unidos. Stephen Baxter me parece el mejor autor "científico" del momento, y "La estación de la calle Perdido" es una novela verdaderamente valiosa. Intento seguir lo que publican Paul McAuley o Iain Banks.

EB:

Tampoco conozco a mucha gente de los más nuevos. Para mí los más recientes son los ya mencionados McDonald y Willis. Ahora que la he conocido en persona, quisiera leer algo de Nalo Hopkinson y estoy empezando a leer lo que encuentro de autores europeos como Hammerschmitt, Stimhoe, Eschbach, Evangelisti, etc.


JN: La ciencia ficción que aparece últimamente me cansa un poco. Quizás he leído demasiada y mi "sentido de la maravilla" está un poco embotado. Me gusta Connie Willis, aunque no por la originalidad de sus ideas, sino porque es una autora que escribe con una inteligencia y un sentido del humor deliciosos. En mi mesilla tengo esperando turno el Criptonomicón, del que me han hablado maravillas. En las últimas obras que he leído de Resnick y de Egan he encontrado algunas ideas sugerentes, aunque no me han acabado de convencer como novelas. Pero no me atrevo a criticar demasiado las corrientes actuales, puesto que últimamente he estado un poco desconectado y muchos libros los conozco tan sólo por reseñas.

AB:

Como soy consecuente con mi idea de que la ciencia ficción no debe separarse de otros géneros fantásticos como el terror o la fantasía, siempre me he inclinado por autores de variados registros, como Fritz Leiber, Richard Matheson o George Martin. Dentro de los autores puramente de ciencia ficción, por citar algunos, me quedaría con Robert Silverberg, Greg Egan o Neal Stephenson. Sí, ya se que algunos de los citados tienen sus años o incluso han muerto, pero yo soy así de anticuado.

QD: ¿El premio UPC sigue siendo representativo o está haciendo falta un nuevo concurso para la CF hispana?

JD:

Siempre sería mejor que hubiera más concursos, claro, pero el UPC está bien en sí mismo, es una iniciativa excelente. Todo es mejorable, y uno tiene la sensación de que en el UPC premian siempre el mismo tipo de material, pero bueno... el que quiera hacer algo mejor, que lo ponga en marcha.

EB:

Yo creo que el premio sigue siendo importante para promover la CF hispana –aunque oficialmente es un concurso internacional al que se pueden presentar relatos en cuatro lenguas- pero creo que está mal llevado en el sentido promocional. Lo que de verdad le daría fuerza al premio y proyección internacional sería que sus organizadores se preocuparan de vender los relatos ganadores a editoriales de otros países para que fueran traducidos a otras lenguas europeas y no se quedara solamente al alcance de los lectores que sólo dominan el español. No me explico por qué no han organizado ya unos contactos sólidos con editoriales que cuenten con colecciones de CF en Francia, Italia, Alemania, etc para que el ganador de cada año sea inmediatamente traducido y publicado en esos países, con la garantía del galardón obtenido.


JN: He publicado ya cuatro veces en el UPC, así que sólo puedo hablar bien de él. Sin embargo, ya que existe este certamen de novela corta, y también hay diversos concursos de relatos, como el Pablo Rido, vendría bien un concurso dedicado a novela larga. ¿Sería viable económicamente? ¿Se vendería bien? En esta vida se vende todo lo que se quiere vender, y no se venden los libros que se esconden en segunda fila o debajo del mostrador, ni los que no distribuyen, ni los que no se reponen en las librerías, ni los que son ninguneados por los medios de comunicación… En fin, lo que suele ocurrir con la ciencia ficción.


AB: Su papel fue importantísimo para brindar oportunidades a nuevos escritores -Javier Negrete, por ejemplo, fue un descubrimiento del concurso-, pero creo que está perdiendo algo de fuelle en los últimos años. Yo, al menos, ya no lo sigo con el mismo interés, quizá porque los gustos de sus jurados no se corresponden demasiado con el tipo de literatura que a mí me gusta leer.

QD: Desde el punto de vista editorial ¿como está la situación en su país? ¿Hay más o menos colecciones de CF y literatura fantástica que en años anteriores? ¿que pasa con los fanzines? ¿Que pasa con las ventas?

JD:

El abaratamiento de los costes de producción propiciado por los avances informáticos ha permitido la aparición de colecciones pequeñas, dos pasos por encima de los fanzines y uno por debajo de las editoriales tradicionales, que va a permitir que exista un caudal continuado de género, aunque a un precio alto por las pequeñas cifras de tiraje. Las colecciones de Gigamesh, La Factoría de Ideas, Equipo Sirius o Pulp son apuestas modestas pero realistas, a las que les auguro una vida fructífera pese a los defectos obvios de cada proyecto. Nova es un misterio: sus ventas son bajas para lo que es un monstruo como Ediciones B, hay libros suyos que realmente no parece comprar nadie en el fandom, pero ha superado muchos vaivenes y supongo que llena un hueco para su editorial, en el sentido que decía más arriba de que la cf ya tiene un nicho dentro de la cultura. El gran misterio es Minotauro. Si funciona en unos parámetros aceptables para Planeta, puede que incluso nos veamos sorprendidos por un "boom" del género, aunque supongo que en términos poco duraderos. Si a la larga cierra o se limita a derivados tolkienianos, Conan y ese tipo de material, nos dejará un hueco muy sensible, pero que por fortuna estamos en condiciones de rellenar, cosa que hace cinco años hubiera sido impensable.

En cuanto a los fanzines, tenemos muchos, muchísimos... Ahora mismo contamos con cuatro revistas más o menos profesionales como Gigamesh, 2001, Solaris y la edición española del Isaac Asimov (que es la que corre más peligro de desaparecer), lo que es un récord. Además, debe haber cosa de una docena de fanzines. Yo mismo co-edito con Luis Prado algo así como una antología-fanzine, Artifex, que va por su séptimo número. El único problema que veo es que algunos fanzines están rebajando muchísimo su nivel de exigencia para conseguir llenar sus números. Un fanzine está bien, pero su editor debe aceptar que su misión es la de ayudar a un autor en un determinado punto de su carrera: justo el comienzo. Si el editor se limita a publicar de forma acrítica y luego intenta apoderarse del autor y circunscribirle a su difusión de 200 o 300 ejemplares, le está haciendo daño. Y eso está ocurriendo últimamente.
En cuanto a las ventas, son modestas, pero suficientes en términos de proyectos pequeños. Gigamesh o La Factoría venden con comodidad 2.000-3.000 ejemplares de sus novedades. Artifex comenzó tirando 300 ejemplares, pero hemos agotado los tres primeros números y fuimos ascendiendo la tirada hasta pensar en 600 para el próximo volumen, el de otoño. Espiral, la colección de autores españoles que dirige con cada vez mejor diseño Juan José Aroz, agota en ocasiones sus 500 ejemplares. "Pulp Magazine" creo que se mueve en cifras similares. Y, en el otro extremo, Timun Mas ha vendido más de 10.000 ejemplares de algunas novedades de "franquicias". Creo que alguna editorial grande podría apostar por el género si lo hiciera con precios populares y un programa a largo plazo. No sé si Planeta va a hacerlo así con Minotauro, lo dudo.

EB: Yo creo que hay suficientes colecciones de género, considerando que al parecer sólo hay unos dos mil lectores realmente interesados en España. En cuanto a la literatura fantástica general, es más difícil. Nuestro país siempre ha sido reacio a lo fantástico y es frecuente que las editoriales generalistas no se decidan a apostar por una novela no realista. Yo ahora he tenido la suerte de que mi última novela –que tiene un fuerte componente fantástico- haya sida aceptada con entusiasmo por la editorial Lengua de Trapo, pero no es lo normal. Habría que mencionar también la gran iniciativa de Luis Prado y Julián Díez con Artífex, una publicación periódica muy elegante y de alto nivel que publica relatos fantásticos.

Fanzines y revistas hay también bastantes en la actualidad y yo creo que es un buen momento para los jóvenes escritores que quieren ver publicados sus primeros relatos. El problema es que muchos de los que empiezan ahora no tienen interés en empezar digamos "desde abajo" y les parece insultante que no les paguen por la publicación de un cuento en un fanzine. Pero en la CF tenemos la suerte de que publicando primero en fanzines, conseguimos lo que nunca se puede obtener en la literatura general: conocer casi de inmediato la reacción de los lectores, recibir muchas opiniones y críticas, y mejorar así en cada publicación. Además, si uno consigue poco a poco hacerse un nombre entre los lectores especializados, luego puede intentar dar el salto a un mercado más amplio.

Las ventas son las que corresponden a los aproximadamente 2000 lectores de género. Como las editoriales no se ocupan de promocionar nuestra CF en el extranjero, las traducciones son prácticamente inexistentes y eso limita las ventas a la península. Tampoco parece que tengan mucho interés en ampliar la venta de nuestras obras a otros países de lengua hispana.

En cuanto a la publicación en Austria, es prácticamente imposible porque en Austria no se hace apenas CF. Lo poco que hay se publica en Alemania y hasta este momento no ha habido apenas contactos. Quizá, si los planes de fundar una Asociación europea de escritores de CF progresa, mejoren las cosas. Yo, desde luego, hago todo lo que está en mi mano para ayudar a que se llegue a esta situación. Hace un par de días recibí un mensaje de un colega alemán que quiere editar una antología europea y ya me he puesto en contacto con escritores españoles que puedan colaborar en el proyecto.

JN:

Hay menos colecciones que cuando yo empecé a escribir. Pero a cambio los elementos de fantasía ya no son algo prohibido en las novelas de otros géneros o de la llamada "literatura general" (no sé muy bien en qué consiste), así que en cierto modo nuestro género está impregnando otros. Las ventas de libros, en general, son un problema en España. Se publican muchos títulos, pero la mayoría se quedan en mil y pico, dos mil, tres mil ejemplares vendidos. La cf, obviamente, no es una excepción. En cuanto a los fanzines, no tengo demasiados datos para opinar.

AB:

Hay unas pocas colecciones más que, pongamos, un par de años atrás; pero todas se mueven a unos niveles muy modestos, con tiradas de unos pocos miles de ejemplares, y raramente se venden los libros lo suficientemente bien como para aconsejar una reedición. Como comprenderás, los derechos de autor a cobrar con esas tiradas son ridículos y nadie puede vivir de escribir sólo ciencia ficción en España. En cuanto a los fanzines, hay trabajos interesantes, pero publicar ahí sólo sirve para alimentar la autoestima del escritor novel. Si aspiras a un poco más resulta un escaparate bien pobre. De todas maneras, a mi no me importa colaborar con publicaciones de aficionados cuando me lo piden, pero lo hago por pura diversión y plena consciencia de que el alcance de lo publicado de esa forma es muy corto.

QD: ¿Están divididas o peleadas las asociaciones o grupos de aficionados?

JD:

Hubo problemas a lo largo de los noventa, pero ahora parece que se respira un ambiente más tranquilo. El problema en este caso, como en cualquier grupo pequeño, está en los personalismos, en la gente que hace un fanzine y cree que es más importante que los escritores, la que opina que las pequeñas tiradas o la falta de una cobertura legal les exime de cumplir normas éticas elementales o la que piensa que la cf sólo es como a ellos les gusta y que todos los que tienen un concepto más amplio son advenedizos. Afortunadamente, esas tendencias van quedando enterradas con el número creciente de gente que se incorpora al fandom gracias a las nuevas tecnologías. Gente, además, que viene bastante virgen y que al llegar de otros ámbitos no comprende el lema del "fin que justifica cualquier medio" defendido por los viejos creadores de fanzines.

EB:

Las peleas entre asociaciones y grupos de aficionados son endémicas, por desgracia. Hay buenas épocas, en las que prima la colaboración entre grupos con distintas posturas y metas, y épocas en las que la gente se dedica a polemizar e incluso a insultarse. Yo pienso que ahora estamos en una buena época, pero habría que decir que yo soy una persona muy optimista y tampoco me mantengo demasiado al día de las peleas, a menos que hagan mucho ruido.

JN

: Ha habido peleas sonadas, las hay y sin duda las habrá. Es inevitable en cuanto se juntan personas con intereses comunes y algunas de entre ellas quieren que sus ideas predominen sobre las de los demás para convertirse en una especie de gurús. En la cf hay bastante bandería, y de vez en cuando un autor se encuentra con una censura que no esperaba simplemente por pasar cerca de quien no debía.

AB:

Por lo que se refiere al mundo del fandom, los enfrentamientos y resquemores eran algo tradicional, hasta puede decirse que tenían su gracia, pero como hoy por hoy la actividad del fandom está también bajo mínimos esas rivalidades también han desaparecido en gran
medida. La vitalidad de internet está arrumbando bastante la tradicional edición amateur sobre el papel y esto trae nuevas formas de relación y de compartir actividades muy diferentes a las de antaño. Es muy difícil pelearse de veras con alguien a quien nunca has visto en persona y a lo sumo discrepas por alguna opinión vertida en un foro o una lista de correo.

(En la tercera y ultima parte de esta saga, conoceremos los mas escandalosos secretos de nuestros entrevistados, o alguna otra cosa igualmente interesante y quizás hasta de mayor provecho, como diría mi abuela)

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