El Retorno del Rey
(Análisis por duplicado)
por Dixon Moya
Una recomendación al lector-espectador, si no conoce el final de la novela pero desea ver la última entrega de la trilogía del "Señor de los Anillos" (El retorno del Rey), por favor, no lea –todavía– el presente artículo, no deseo anticiparle la conclusión de la historia. En mi caso, se trata también de la conclusión de otros dos textos publicados en QuintaDimension.com, con ocasión de los estrenos tanto de "La Comunidad del Anillo [2]", como de "Las Dos Torres [3]".
El Retorno del Rey (novela).
"A Merry lo fascinaban las montañas, o lo había fascinado la idea de las montañas, marco sempiterno de las historias de países lejanos; pero ahora lo retenía abajo el peso insoportable de la Tierra Media. Hubiera querido cerrarle las puertas a aquella inmensidad, en una habitación tranquila junto a un fuego".
El Retorno del Rey.
J. R. R. Tolkien.
El profesor Tolkien [4] aunque para algunos escribía de manera complicada, casi pesada, poseía un rasgo muy cinematográfico, perfecto para la fantasía y el género de aventuras, dejaba a sus personajes de un libro a otro, de un capítulo a otro, en el extremo de las posibilidades, en una situación de agonía que luego se resuelve de manera tan rápida que el lector casi no se da cuenta y tiene que devolverse al párrafo en cuestión. Recordemos que la ex–comunidad del anillo se ha dividido, por una parte Frodo y Sam siguen en su empeño de llegar al Monte del Destino con el fin de destruir el poderoso anillo, por otro lado Gandalf y los demás se encuentran en el frente de la guerra, desafiando las poderosas fuerzas de la oscuridad.
Los dos grupos de amigos en un momento determinado están a punto de fracasar, luego de vencer en Minas Tirith, los combatientes llegan hasta las puertas de Mordor, así como Frodo parece haber sucumbido a la locura y ambición del anillo, todo concluye cuando el Gollum en una lucha contra Frodo por la posesión del preciado tesoro, cae con el anillo en el abismo en donde se consume el poder de Sauron. Quizás algunos lectores hubieran querido presenciar al Señor de la Oscuridad en persona, librando una lucha contra Aragorn, por ejemplo, quien en este libro se descubre para asumir su rol de Rey, pero no es así, Sauron es más una presencia que una persona, que al final se desvanece.
En "El Retorno del Rey", aunque los hobbits no pierden protagonismo, el personaje central sin duda es Aragorn, conocido anteriormente como Trancos, quien debe asumir su nuevo rol en la vida, el de soberano de Gondor, para ello debe pasar una serie de pruebas, en donde al final muertos y vivos reconocen su linaje. Se trata de un Rey, que adquiere una forma más mesiánica que heroica, aunque es decisivo a la hora de la batalla, su poder radica en la curación de enfermos, característica que no trasciende en la película, en la cual la figuración recae en Frodo, un poco ambivalente, quien a lo largo de la narración, ha sufrido la transformación que supone todo viaje, esta vez existencial, pues ha pasado de las horas felices de la juventud al tiempo de las obligaciones y sacrificios de la edad adulta.
Tolkien no finaliza la novela con la derrota de Sauron, el señor de los anillos. Casi en cien páginas ulteriores cuenta otra serie de hechos, la unción de Aragorn como Rey Elsser, su boda con Arwen, las despedidas de los miembros de la comunidad luego de unos días placenteros y el retorno de los hobbits a la Comarca, que había sido afectada por los coletazos de la guerra, con un detalle sorpresivo, la aparición y final de Saruman. La obra no concluye con el clásico "comieron perdices y fueron felices", el profesor Tolkien guarda algunas sorpresas, como el hecho de la enfermedad de Frodo, por haber sido portador del anillo y su viaje final en compañía de Bilbo y Gandalf, mientras sus compañeros de aventuras lloran desconsolados. Un pequeño apéndice nos resume la historia de Aragorn con Arwen, la manera como ella le sobrevivió luego de una vida plena de amor e hijos. Así termina una crónica sobre un pequeño anillo con un poder insospechado. Tal vez Tolkien no sea el primero en hablar sobre el tema, Platón ya había mencionado una fábula en donde menciona el anillo de Gyges que hace invisible a su portador, sin embargo, Tolkien a partir del circular adminículo crea no sólo un cuento infantil, sino todo un universo que hasta el día de hoy asombra por su magnificencia.
Es claro que el autor, presenta la historia como los últimos hechos sobresalientes de una época olvidada y superada en un sitio llamado la Tierra Media, que al mismo tiempo supone la consolidación de las razas de los hombres en el dominio del mundo. Es difícil no ver la relación entre Gandalf/Aragorn con Merlín/Arturo, que funciona en el mismo sentido, la muerte del mundo de la magia y la fantasía, reemplazado por la ciencia y la religión. Un mundo en donde a pesar de la aparente consolidación de la razón, sigue dando muestras de barbarie y locura, por ello, las apreciaciones de Tolkien sobre los peligros ecológicos que supone la industria desmedida así como sus reflexiones sobre la guerra, seguirán siendo vigentes.
El retorno del Rey (película).
"- Para que haya guerra, señor Mayoral, basta con un enemigo, no dos –respondió Éowyn-. Y aun aquellos que no tienen espada puede morir bajo una espada".
El Retorno del Rey.
J. R. R. Tolkien.
Peter Jackson [5] se ausentó de la entrega de premios Oscar del año 2003, tenía varias razones para ello, no estaba nominado como mejor director pero tampoco estaba de acuerdo con la guerra que al mismo tiempo se desarrollaba en Irak. Como he dicho en otras oportunidades, la Academia parecería no estar lista aun para considerar una cinta de fantasía como una obra de arte compleja. Las películas de este género, suelen ser consideradas por los académicos como realizaciones menores para niños , así como no se toman en serio a la comedia. Sin embargo, el hecho de estar nominado "El señor de los anillos" en sus dos primeras partes al premio Oscar como mejor película, es de por sí una victoria. Se abre la posibilidad que, como suele decirse, la tercera sea la vencida, pues hay suficientes argumentos para señalar a "El Retorno del Rey" como la mejor de la serie. De todas formas, independientemente del destino de esta tercera parte, con el paso de los días y los años, los académicos e intelectuales retomarán la trilogía como creación completa y posiblemente reconozcan que nos encontramos ante una obra monumental en la historia del cine mundial.
Es difícil no hablar de la crónica que desarrolla la película y lo sucedido este año con la guerra de las fuerzas angloestadounidenses contra Irak. Como sucedió con "Las dos Torres", no faltan las comparaciones con la realidad, en este caso un ejército "bueno" que se desplaza hacia oriente para terminar con el régimen de la oscuridad. Ahora bien, la realidad es mucho más compleja y puede engañar al lector desprevenido. Gracias a los medios de comunicación contemporáneos, sabemos que los poderosos ejércitos enviados desde occidente se asemejan mucho más a las en apariencia indestructibles huestes de Mordor, que cuentan con los Nazgúl aquellos seres que pueden atacar desde el aire. Pero este no es el espacio para hacer semejante parangón, dejemos la realidad que siga desarrollándose en medio de la confusión y prosigamos con el análisis de la obra de arte que nos compete.
A diferencia de otras sagas presentadas durante este año, "El retorno del Rey" parece ganar con creces en calidad, mientras otras trilogías se perdieron entre argumentos complicados o simplones, dejando a los efectos especiales efectuar la tarea distractora. En este caso no sólo se mantiene el hilo conductor sino que se incrementa la calidad narrativa, la emoción se intensifica y el espectador pasa por una galería de sensaciones provocadas desde la pantalla. La tercera parte es un verdadero broche de oro al esfuerzo de estos años, Jakson realizó un trabajo de edición impecable, retocando su obra como verdadero artista. El director se separa del autor en el final de la historia, sintetiza el regreso de los hobbits que en el libro explica la suerte de Saruman, lo que le habría sumado otra hora a la versión fílmica. Como las buenas películas, al final uno puede notar en el público asistente las señales incontrovertibles de la satisfacción, sonrisas y lágrimas.
Lo único lamentable, es la ausencia de Christopher Lee, quien había soñado con verse en esta tercera parte de "El Señor de los Anillos", lo que provocó una dura reacción del veterano actor británico. Sin embargo, hay mucha gente agradecida, los neocelandeses por la difusión de su país y encontrar un nuevo rubro de economía (el derivado por la trilogía), los descendientes del Profesor Tolkien, incluido un biznieto que hizo un papel de extra en el "Retorno del Rey", así como millones de amantes del séptimo arte.
Aquí los espectadores, no debemos esperar secuelas, la historia ya está contada, pero como los buenos cuentos puede leerse muchas veces, sin que el espectador sienta el peso del cansancio, esa es otra clave de reconocimiento frente a un clásico. Si Peter Jackson filma o no "El Hobbit" es irrelevante, aunque sería el más indicado para ello, nadie mejor que él para interpretar en imágenes las palabras del profesor Tolkien.
Por nuestra parte, festejamos estar vivos para contar lo que sentimos con esta brillante producción. Ignoro si en cincuenta o cien años, se proyecte en el cine o en el medio de esparcimiento vigente para esa época, una nueva versión de la obra de Tolkien, en todo caso, la realización de Jackson se tomará como referente obligado, el clásico que perdurará en el tiempo. Se hablará casi con el mismo respeto de "El Señor de los Anillos" de Jackson, como siempre se comenta el "Señor de los Anillos" de Tolkien.
Dixon Moya
Diciembre de 2003
Links:
[1] http://www.quintadimension.com/user/1
[2] http://www.quintadimension.com/article123.html
[3] http://www.quintadimension.com/article213.html
[4] http://www.quintadimension.com/article210.html
[5] http://www.quintadimension.com/article259.html